El Cruïlla sopla velas esta semana en el Parc del Fòrum y lo hace a lo grande: con Alanis Morissette, Love of Lesbian por partida doble, Thirty Seconds to Mars, Sex Pistols con Frank Carter y St. Vincent como cabezas de cartel de su 15ª edición.
Pero más allá de los nombres —que este año vuelven a mezclar generaciones, géneros y geografías—, el festival celebra haberse consolidado como “el festival del público local, sin discusión”.
Imagen de archivo del festival Cruïlla en Barcelona
“Estamos donde habíamos soñado estar”, resume Jordi Herreruela, director del certamen, que desde 2008 ha levantado un proyecto singular dentro del abarrotado mapa festivalero: cómodo, amable y pensado “con el público en el centro de la experiencia”.
Una fiesta de aniversario con nombres potentes y nuevas pistas
El festival arranca este miércoles con la voz íntima de Gracie Abrams, acompañada por artistas como Maria Hein, Lia Kali, Samuraï o Girl in Red.
El jueves el relevo lo toman Sex Pistols —con Frank Carter al frente—, St. Vincent, Fermin Muguruza, Seu Jorge y Goran Bregovic.
Love of Lesbian
El viernes será el turno de Jared Leto con Thirty Seconds to Mars, Texas, Ben Harper & The Innocent Criminals, Leon Bridges, Crystal Fighters y el primer concierto de Love of Lesbian.
Pero la traca final llegará el sábado, cuando la banda barcelonesa se suba de nuevo al escenario —con invitados sorpresa en cada tema— para celebrar sus 25 años de carrera, coincidiendo con el 15 aniversario del Cruïlla.
Esa misma jornada también marcará el esperado regreso de Alanis Morissette a la ciudad, junto a Kaiser Chiefs, Viva Suecia, Alcalá Norte y Quimi Portet, entre otros.
Música, ‘stand up’… y ahora también danza
A los habituales escenarios de música y comedia en vivo se suma este año uno dedicado exclusivamente a la danza, una apuesta que refuerza el perfil multidisciplinar del Cruïlla.
Imagen de archivo del festival Cruïlla en Barcelona
“Imaginábamos una programación variada y diversa, y la tenemos”, dice Herreruela, satisfecho con una evolución que ha pasado de ser una rareza a marcar tendencia.
Con un aforo máximo de 25.000 asistentes diarios y una vocación firme de arraigo en Barcelona, el Cruïlla ha sabido posicionarse a medio camino entre el festival boutique y el macroevento.