Jonathan Nott, el nuevo director musical del Liceu

Jonathan Nott, el nuevo director musical del Liceu LICEU

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Jonathan Nott, el nuevo director musical del Liceu, ¿más de lo mismo?

Las características de Nott son muy similares a las de Josep Pons, el director musical del teatro en los últimos años, con una predilección por el repertorio centroeuropeo

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Jonathan Nott. La marcha al final de la próxima temporada del Liceu de su director musical podría haber supuesto una oportunidad para iniciar la recuperación de la categoría del Liceu. Sin embargo, la actual dirección ha optado por la continuidad, contratando a un director que mejora algo, que no mucho, en la vertiente internacional, pero empeora bastante en su cercanía a la ópera y, también, aporta un curriculum menos bueno, que en absoluto es malo, que el que tiene el actual titular. Según los medios especializados, su caché también es similar.

Jonathan Nott es un buen director de orquesta, no cabe duda, pero ha dirigido pocas óperas, y la gran mayoría en formato concierto. Las similitudes con Pons son muchas, tal vez excesivas.

A los dos les encanta el repertorio centroeuropeo, han comenzado cantando (escolanía de Monserrat y St John's College, Cambridge) y adoran a Beethoven. También los dos han estado 12 años o más en su actual puesto y vitalmente solo están separados por 5 años, luego sus referencias son muy similares.

En distinciones y grabaciones Pons gana por goleada porque además de superar los 50 discos y DVD’s cuenta con muchas distinciones, entre ellas hasta con un Grammy latino por una colaboración con Tomatito en su brillante etapa como Director de la Orquesta Nacional de España.

Un punto de partida

Pons ha transformado, para bien, la orquesta del Liceu. Ahora es mucho más madura y seria, pero le falta algo de chispa, en muchas ocasiones se pelea con los cantantes en lugar de estar a su servicio. Nott, sin experiencia en el mundo de la ópera, tendrá que aprender a llevar la orquesta al tempo de los cantantes y a adecuar su volumen al que necesiten, y nunca competir con ellos como parecía gustarle a Pons.

Dicen que el primer encuentro con el Liceu de Nott ha sido Rusalka, probablemente la mejor interpretación de Pons y la orquesta en estos 12 años, más allá de Wagner. Ojalá Nott piense que esto es solo el punto de partida y trabaje en ampliar los matices en lugar de incrementar la viveza.

Nott es hijo de sacerdote anglicano y como Pons comenzó a desarrollar su vocación musical en un coro, en su caso en el St. John’s, en Cambridge. Tras el canto estudió flauta, curiosamente lo mismo que Keri-Lynn Wilson, la que era la candidata en varias quinielas o, mejor dicho, en varias listas de deseo. Nott estudió dirección de orquesta en Londres y se formó en Alemania dirigiendo varias orquestas de cámara.

Su carrera se desarrolló entre Alemania y Suiza hasta que en 2011 comenzó su transición a Tokyo. En 2012 se formalizó su acuerdo para dirigir la orquesta sinfónica de Tokyo. Desde 2017 tiene un contrato también con la orquesta Suiza francófona (Romande) de Ginebra.  Ha comunicado que deja la dirección de la sinfónica de Tokio pero está por ver si seguirá colaborando con la orquesta de Ginebra.

Josep Pons, el hasta ahora director musical del Liceu

Josep Pons, el hasta ahora director musical del Liceu LICEU

Nott domina el repertorio centroeuropeo, contando con Mozart, Schubert, Mahler, Bruckner y Shostakóvich entre sus favoritos. Ha dirigido varias obras de Wagner y le gustan cada vez más las óperas en versión concierto, lo mismo que innovar tanto con las emisiones en streaming como con las grabaciones en 360º y, supongo, en realidad aumentada. Donde seguro que mejoraremos es en la plataforma Opera+ ya que a Nott le encanta experimentar.

Empaparse de ópera

Probablemente salgamos ganando en innovación y experimentación, algo en visión internacional y en conocimiento de Japón, aunque eso no creo que importe demasiado salvo para escuchar Madama Buterfly.

Que sea maestro de reiki eso sí es totalmente irrelevante. Perdemos en entendimiento del Liceu pues Pons fue miembro de la escolanía de Monserrat, discípulo de Antoni Ros-Marbà y director musical de las ceremonias de Barcelona 92, debutando en el Liceu en 1993.

Esperemos que en el año que le queda por venir se empape de ópera, especialmente italiana, y que la primera ópera de la temporada 26/27 la dirija él.

Como dirían los taurinos: ¡Suerte Maestro!