Se trata de una infección que se manifiesta en pequeñas ampollas y costras
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Impétigo en niños: qué es, cómo reconocerlo y qué hacer
El calor, la humedad y el aumento de las actividades al aire libre favorecen la aparición de pequeñas heridas o rozaduras en la piel, que pueden convertirse en la puerta de entrada para estas bacterias
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Un día descubres en la piel de tu peque unas pequeñas ampollas o costras amarillas. ¿Será una reacción alérgica? ¿Una picadura? ¿Algo contagioso?
Puede que se trate de impétigo, una de las infecciones de piel más comunes en la infancia. Aunque su aspecto puede alarmar, lo cierto es que es fácil de tratar si se detecta a tiempo.
¿Qué es el impétigo?
Es una de las infecciones cutáneas más frecuentes en pediatría, que afecta sobre todo a niños de entre 2 y 5 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Está causado por bacterias que habitan en la propia piel (normalmente Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes), que colonizan zonas en las que se ha alterado la barrera cutánea, como pequeñas heridas, picaduras, escoriaciones o dermatitis.
“Afortunadamente, no suele ser grave, pero sí muy contagioso, sobre todo en entornos como guarderías, colegios o campamentos, donde el contacto cercano entre niños es constante”, destaca el doctor Sergio Pinillos, responsable asistencial de Pediatría del Hospital Quirónsalud Badalona.
“El verano es una época en la que aumentan especialmente las posibilidades de aparición y contagio, ya que el calor, la humedad y el aumento de las actividades al aire libre favorecen la aparición de pequeñas heridas o rozaduras en la piel, que pueden convertirse en la puerta de entrada para las bacterias responsables del impétigo”, prosigue el especialista.
Sergio Pinillos, responsable asistencial de Pediatría del Hospital Quirónsalud Badalona
¿Cómo se presenta?
Se presenta como habitualmente como una lesión pequeña y localizada, con o sin vesícula, con aparición posterior de una costra de color similar a la miel (de ahí su nombre, melicérica). Suele aparecer en las zonas descubiertas, como la cara (nariz, boca y orejas) y extremidades, más expuestas a pequeñas lesiones, y accesibles a la manipulación y el rascado. En niños más pequeños pueden aparecer también en áreas cubiertas, como es la zona del pañal.
“Aunque el impétigo no es grave, es raro que produzcan fiebre u otros síntomas, el picor que muchas veces asocia, condiciona el rascado y que se extienda alrededor de la lesión inicial y a otras partes del cuerpo, pudieron provocar lesiones múltiples o extensas”, indica el doctor Pinillos.
El diagnóstico es clínico, ya que la lesión es bastante característica, y no precisa realizar otras exploraciones, y se resuelve sin dejar cicatriz.
¿Es contagioso?
Una de las principales características del impétigo es que es muy contagioso. Se transmite fácilmente por contacto directo con las lesiones, objetos que hayan estado en contacto con las mismas (toallas, ropa, juguetes) o incluso al rascarse y tocar otras partes del cuerpo u otros niños. Es por ello que las medidas de higiene adquieren una gran importancia.
Es necesario no compartir objetos personales, lavar bien las manos, mantener las uñas cortas y limpias, y evitar el contacto cercano hasta que las lesiones se hayan tratado adecuadamente. Como normal general deja de ser contagioso a las 24h-48h de iniciado el tratamiento, es por ello que, durante este periodo, se recomienda que los niños no acudan a su centro escolar.
¿Cómo se trata?
“El impétigo responde generalmente bien al tratamiento. En los casos leves, suele bastar con la aplicación de una crema antibiótica sobres las lesiones durante varios días, teniendo en cuenta que dejar demasiado el tratamiento por una aparente buena evolución, puede condicionar recaídas. Además, recomienda lavar la zona afectada, con delicadeza, con agua tibia y jabón suave para retirar las costras y aplicar el tratamiento sobre la piel limpia. Aunque poco frecuente, si hay muchas lesiones, si no mejoran con el tratamiento tópico o aparece fiebre, podría ser necesario iniciar un antibiótico oral”, señala el doctor Pinillos.
Si es picor asociado es importante, y la lesión es extensa, en ocasiones puede ser necesario cubrir la lesión con un apósito limpio (que se ha de cambiar con frecuencia), incluso la administración de un antihistamínico por vía oral.
¿Se puede prevenir?
Las medidas de higiene adecuadas es la mejor estrategia para prevenir su aparición, extensión y contagio a otros niños. Las más destacables son las siguientes:
Mantén una buena higiene diaria, especialmente en niños pequeños. Lava y aplica soluciones antisépticas sobre pequeñas heridas o escoriaciones de la piel, que puedan ser la puerta de entrada Enseña a los niños lavarse las manos con frecuencia, sobre todo si hay lesiones, e insístele en que no se rasque, aspecto no siempre sencillo en el niño pequeño. Mantén las uñas del niño bien cortas y limpias No compartas toallas, sábanas o cepillos, incluso juguetes, con niños que tengan lesiones Si ya hay un caso en casa, lava la ropa de vestir y la de cama con agua caliente y detergente Revisa periódicamente que no aparezcan lesiones nuevas
Con cuidados básicos, tratamiento adecuado y un poco de paciencia, el impétigo desaparece sin dejar huella.