Guillem, el 'cazacarteristas' más viral de Barcelona: "Son bandas criminales y roban a trabajadores de clase media"

Con más de medio millón de suscriptores en YouTube, el canal BCN a pie de calle se ha convertido en una de las plataformas más influyentes sobre la vida urbana en Barcelona.

Su creador, Guillem, un joven barcelonés que comenzó grabando entrevistas en el barrio del Raval, ha transformado lo que empezó como una afición en una ventana directa a la realidad social de los barrios más olvidados de la ciudad.

Desde hurtos callejeros hasta la transformación del espacio urbano, su cámara ha sido testigo —y en ocasiones protagonista— de una realidad que, según él, a menudo pasa desapercibida.

Un primer vídeo que marcó el inicio

“Mi primer vídeo creo que fue uno que grabé en Las Ramblas…”, recuerda Guillem en conversación con Metrópoli.

Aunque afirma que lleva “cuatro o cinco años tomándoselo en serio”, su primer vídeo en YouTube data de 2019. Se titulaba SOS La Rambla y en él, hablaba con una exregidora del distrito de Ciutat Vella.

“Grabé ese vídeo, está muy mal editado, pero le tengo cariño porque es el primero”, dice entre risas.

La idea de empezar a grabar surgió un año antes, durante una estancia en Islandia, donde se fue a vivir y trabajar con 18 años.

“La gente que me rodeaba tenía muchos proyectos. Uno era productor musical, otro quería cantar, otro actuar… y pensé: vaya, la gente hace más cosas que solo ir a clase y salir de fiesta”.

De ahí nació la idea de hacer vídeos enfocados en la población joven de Barcelona. “No había un objetivo muy claro, más allá de conocer otras realidades y hablar con gente”, confiesa Guillem.

De la curiosidad a los barrios

Fue en 2020, durante la pandemia, cuando el canal empezó a tomar un rumbo más definido. “Ahí empecé a interesarme más por la edición. Me compré una cámara y pensé: "quiero grabar un barrio del que todo el mundo habla’”. Eligió La Mina, una zona muy estigmatizada.

“Dije: ¿será que da tanto miedo La Mina? Fui, grabé, y me di cuenta de que igual no era para tanto. Había historias que valía la pena contar”. Ese vídeo, según cuenta, “petó”. Lo subió en junio, mientras trabajaba como camarero, y pronto empezó a sumar miles de visitas.

Desde entonces, el canal se ha centrado en documentar la vida en barrios como Raval, Sant Roc o La Mina, así como en el metro de Barcelona, donde ha captado a bandas de carteristas en plena actividad.

"Hay un interés muy grande en sacar a la gente del barrio"

Uno de los barrios que más ha marcado su trayectoria es el Raval. “Es el barrio que más me gusta de Barcelona, por lo que significa para la ciudad”, afirma. Para Guillem, es un territorio que encarna la tensión entre los intereses urbanísticos y turísticos y la vida vecinal de toda la vida.

“Creo que hay un interés muy grande en sacar a la gente del barrio y convertirlo en un barrio turístico. Como no se consigue, se generan problemas: narcosalas, narcokupas, delincuencia común… Es un caldo de cultivo para que la gente decida marcharse”, explica.

El auge del canal y los carteristas

El gran salto en visibilidad llegó cuando Guillem empezó a documentar los robos en el metro. Lo que comenzó como una observación casual derivó en una cobertura constante de bandas organizadas que operan en estaciones clave como Drassanes, Liceu, Plaza Catalunya, Urquinaona o Torrassa.

“Son organizaciones criminales, funcionan en bandas. Algunos van con pinganillos, se avisan si viene la policía”, detalla. Él y su equipo los graban, los identifican, y en algunos casos, los retienen hasta que llega la policía.

“Si tú lo ves cometiendo hurto, puedes detenerlo y esperar a que vengan los Mossos. Es un derecho por ley”, cuenta.

Aunque estas acciones le han dado una gran audiencia, también han generado debate. Algunos vídeos muestran cómo él mismo reduce a los carteristas. “Obviamente, tienes que saber cómo hacerlo. Si no sabes cómo reducir a una persona puedes hacerle lesiones y entonces se complica la situación”, asegura.

Un mapa directo de la inseguridad

Su canal muestra de forma directa y visual la inseguridad cotidiana que se vive en Barcelona. “Hay mucho hurto. Las bandas organizadas la ven como una ciudad perfecta para robar: pequeña, muy densamente poblada, con mucho turista y con una ley muy dócil para el ladrón”.

Sin embargo, matiza que no se trata de una ciudad violenta. “Si consideramos inseguridad que te roben la cartera sin darte cuenta, sí. Si consideramos inseguridad que te peguen un tiro por la calle, no lo es”.

Sin dilemas morales

Sobre la exposición de los ladrones, Guillem es claro: “Nunca me he planteado si lo estaba haciendo bien o no”. Dice que pixela los rostros solo cuando se trata de menores: "No me parece bien, pero son niños. Espero que haya un proceso de cambio por su parte". 

Pero en el caso de los adultos, no ve motivos para ocultar su identidad. “Forman parte de organizaciones criminales transnacionales. No tengo ningún tipo de empatía. Roban en el metro, donde viaja la gente de clase media para ir a trabajar. ¿Qué empatía debo tener yo hacia ellos?”, asegura. 

Volver al origen

Tras el boom de los carteristas, Guillem se plantea volver a su esencia: contar historias de barrio, hablar con vecinos, recuperar la mirada más social. “Ahora con lo de los carteristas, que es cuando más boom ha tenido el canal, me estoy replanteando un poco volver al origen”, confiesa.

Para él, la observación sigue siendo clave. Y también el disfrute de la ciudad. "Yo recomiendo toda la ciudad. Vivimos en la mejor ciudad del mundo. Pasea por toda Barcelona, conoce cada rincón. A las cinco de la mañana, ten un poco más de cuidado por La Rambla, por el Raval, igual… y ya está. Pasea por la ciudad entera y disfrútala, porque de verdad que yo creo que es la mejor del planeta", concluye.