Barcelona, la ciudad más cara de España para alquilar una habitación: 570 euros de media

El mercado de vivienda sigue tensionando Barcelona. Vivir en determinadas zonas de la capital catalana sigue siendo un lujo, incluso cuando se trata de compartir piso.

Según el último informe del portal inmobiliario Idealista, la capital catalana se consolida como la ciudad con el alquiler de habitaciones más caro del país, alcanzando una media de 570 euros mensuales en el segundo trimestre del año.

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Esta cifra sitúa a la ciudad por delante de otras grandes capitales como Madrid (527 €), San Sebastián (475 €), Palma (450 €) y Málaga y Pamplona (425 €).

Cartel de una vivienda en alquiler Inteligencia artificial

El estudio, publicado este martes, 26 de agosto, destaca que la oferta de habitaciones en Barcelona ha aumentado un 30 % respecto al mismo periodo de 2024, un dato que responde a una mayor rotación y a la presión del mercado inmobiliario sobre los inquilinos, especialmente jóvenes y estudiantes.

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Esta subida ha tenido un efecto directo sobre la competencia por habitación, que ha caído un 28 %, lo que indica una ligera mejora en el acceso a este tipo de alojamiento.

100 euros más que en el resto de España

A nivel nacional, la situación es similar, aunque menos acentuada: la oferta de habitaciones ha crecido un 24 %, mientras que el interés por anuncio ha descendido un 2 %. En conjunto, el precio medio en España se sitúa en 420 euros al mes, con incrementos en 38 de las 50 capitales de provincia.

Vivienda en alquiler / Europa Press

Este dato refleja que en la capital catalana se paga de media unos 100 euros más por el alquiler de una habitación en comparación con el resto del estado. 

Un mercado aún tensionado, pese al aumento de oferta

Barcelona, al igual que otras grandes ciudades, continúa enfrentando un mercado inmobiliario altamente tensionado, donde los altos precios dificultan el acceso a la vivienda, incluso en fórmulas compartidas.

A pesar de la ampliación de la oferta, los precios no solo no bajan, sino que siguen marcando máximos históricos, impulsados por la falta de pisos en alquiler a precios asequibles, la inflación acumulada y el regreso de los estudiantes universitarios de cara al nuevo curso académico.

Aunque compartir piso sigue siendo una de las pocas opciones viables, el aumento sostenido del precio por habitación está empezando a provocar efectos secundarios como la búsqueda de pisos en municipios metropolitanos o la prolongación del tiempo en casa de los padres.