Calle del Amor en La Clota en Barcelona

Calle del Amor en La Clota en Barcelona INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

El desconocido (y diminuto) barrio de Barcelona que nació en el S.XVIII: parece un pueblo con huertos y casas bajas

Aunque pocos lo conocen, conserva su esencia rural y una historia apasionante que lo convierte en un refugio único dentro de la gran ciudad

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Cuando se piensa en Barcelona, es fácil imaginar calles llenas de turistas, edificios modernistas y bullicio urbano. Sin embargo, a tan solo unos pasos de zonas tan conocidas como el Carmel o la Vall d’Hebron, se encuentra un barrio diminuto que muy pocos barceloneses conocen.

De hecho, muchos vecinos de la ciudad jamás han pisado este rincón que, según datos municipales, es el más pequeño de la capital catalana.

Se trata de La Clota: un rincón oculto en el distrito de Horta-Guinardó que parece detenido en el tiempo. Con un origen que se remonta al siglo XIII, este enclave semirrural sorprende por sus casas bajas, huertos urbanos y ambiente de pueblo en plena ciudad.

La calle de Capcir en la Clota

La calle de Capcir en la Clota INMA SANTOS

Con apenas unas pocas calles serpenteantes y una atmósfera rural, La Clota conserva la esencia de otro tiempo. Aquí aún es posible ver huertos urbanos, casas de piedra del siglo XVIII, plazas sombreadas por árboles y vecinos que se conocen desde hace generaciones. Es un lugar donde el pasado agrícola de Barcelona sigue muy vivo.

Orígenes medievales y alma rural

La historia de La Clota comienza en torno a la masía de Can Tarrida, documentada ya en el siglo XIII. Esta masía desapareció tras la apertura de la actual avenida del Estatut, pero dio origen al núcleo habitado que hoy sobrevive en una hondonada natural.

Durante siglos, este territorio fue hogar de agricultores, lavanderas y artesanos que abastecían al resto de la ciudad. Y aunque el crecimiento urbano de Barcelona fue imparable, La Clota se mantuvo casi intacta. Esto se debe, en parte, al planeamiento urbanístico de los años 60, que frenó su desarrollo y permitió conservar su carácter rural.

Calles estrechas, rincones apacibles. Así es La Clota. / CR

Calles estrechas, rincones apacibles. Así es La Clota. / CR

Comunidad arraigada y vida tranquila

Uno de los aspectos más llamativos de La Clota es el fuerte sentido de comunidad. Muchas familias han vivido aquí durante generaciones, en viviendas modestas pero llenas de historia. A pesar de haber carecido durante años de servicios básicos, el barrio ha resistido como un auténtico reducto idílico y tranquilo en medio del bullicio barcelonés.

Hoy, La Clota representa una oportunidad para quienes buscan una vida más pausada, sin renunciar a las ventajas de vivir en Barcelona. Aunque, como en el caso de otras zonas de la ciudad como Sant Andreu, su fama como barrio accesible está cambiando rápidamente.

¿Un barrio barato? Ya no tanto

Tradicionalmente, zonas como Horta, el Carmel o Trinitat Nova han sido de las más asequibles de Barcelona en comparación con otras zonas y distritos de la capital catalana. En este contexto, La Clota figuraba entre los lugares con mayor potencial para quienes buscaban viviendas con encanto a buen precio.

La calle de Capcir con la torre mirador

La calle de Capcir con la torre mirador INMA SANTOS

Sin embargo, los tiempos cambian. La creciente demanda ha hecho que algunas viviendas se disparen en precio. Un chalet en alquiler recientemente anunciado en Idealista alcanzaba los 6.800 euros mensuales, muy lejos del bolsillo medio de los barceloneses. 

Un tesoro escondido 

Aunque el precio ya no sea tan “de pueblo”, La Clota sigue siendo uno de los barrios con más personalidad de Barcelona, alejado de otros mucho más masificados por los efectos del turismo y los millones de personas que cada año visitan y se mueven por las calles de la capital catalana.

Pasear por sus calles es viajar en el tiempo, descubrir una Barcelona que pocos conocen y entender cómo, incluso en una ciudad global, todavía pueden existir rincones con alma propia.