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Barcelona vivirá un fin de semana con condiciones meteorológicas adversas debido a la borrasca Gabrielle, que llega a la Península Ibérica tras perder fuerza como huracán.

Aunque no se esperan fenómenos extremos, los vecinos barceloneses deberán tener precaución ante lluvias intermitentes y posibles tormentas aisladas, sobre todo en zonas urbanas y alrededores de la montaña.

Varias personas se cubren de la lluvia con paraguas en una imagen de archivo

Viento y oleaje

El viento moderado será otro de los protagonistas, especialmente en la costa y en barrios expuestos al mar, pudiendo mover ramas, señales y elementos sueltos.

Además, el mar estará agitado, por lo que se recomienda evitar paseos y actividades náuticas en playas y paseos marítimos.

Las carreteras también podrían verse afectadas: la lluvia y el viento aumentan el riesgo de deslizamientos y hacen que la conducción sea más complicada, por lo que se aconseja extremar la precaución y respetar las indicaciones de tráfico.

Un impacto moderado

Aunque Barcelona no sufrirá daños graves ni inundaciones generalizadas, Gabrielle dejará un impacto moderado pero perceptible que invita a la prudencia y a seguir de cerca las alertas meteorológicas.

Mantenerse informado y actuar con cautela será clave para disfrutar de la ciudad con seguridad durante estos días de borrasca.