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Barcelona vuelve a escuchar el aleteo de la lechuza común en la montaña de Montjuïc.

El Ayuntamiento, en colaboración con la Generalitat, Galanthus, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y la Fundació Anticimex, ha puesto en marcha un proyecto para recuperar esta especie amenazada, cuya población se ha desplomado en las últimas décadas.

La iniciativa parte del Instituto Municipal de Parques y Jardines y de la dirección de Patrimonio Cultural, con la colaboración del Centre de Fauna Salvatge de Vallcalent, donde se crían los ejemplares en cautividad.

Técnica del hacking

El pasado junio, cinco pollos fueron liberados en el Castillo de Montjuïc. Durante 71 días se alimentaron mediante la técnica del hacking, hasta que a finales de agosto abandonaron el nido por sí solos.

Imagen de archivo de una lechuza común CANVA

El castillo y los jardines cercanos ofrecen las condiciones idóneas: refugio diurno y abundancia de presas nocturnas, sobre todo roedores.

Control y seguimiento

El plan incluye un seguimiento científico con cámaras de infrarrojos y dispositivos GPS en algunos ejemplares, además de acciones de sensibilización ciudadana.

La reintroducción se enmarca en el Pla Natura Barcelona y el Pla Clima, que promueven soluciones basadas en la naturaleza y un control integrado de plagas para reducir riesgos ambientales y de salud.

La vigilancia corre a cargo de la ASPB, que aplica un modelo de control integrado con el objetivo de minimizar los riesgos tanto para las personas como para el entorno.

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