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Barcelona tiene en promoción uno de sus edificios históricos más emblemáticos del artista Antoni Gaudí. Se trata de la Casa Vicens, la primera obra del genio, construida entre 1883 y 1885 y proclamada Patrimonio de la Humanidad en 2005 por la UNESCO.

Este complejo modernista ha lanzado un 50% de descuento en el precio de las entradas para visitarlo, que solo se podrá ejecutar adquiriéndolas con el código VINEAMBMI

Asimismo, la oportunidad —ya disponible— se podrá disfrutar hasta el 19 de diciembre, y solo será apta para las primeras 1.000 entradas que se soliciten. 

Más de mil personas en cola

Casa Vicens ha querido inmortalizar así la celebración por el octavo aniversario desde que se convirtiera en museo en 2017, aunque también ha lanzado otras promociones que ya están agotadas. 

Por dicho aniversario, el edificio había puesto a la venta las entradas a ocho euros, un descuento por encima del 50%, y más de 1.400 personas han esperado en la cola virtual hasta el sold out

La obra de Gaudí en Gràcia, Casa Vicens Casa Vicens

Una casa que rompió el molde

Encargada por Manuel Vicens i Montaner, un corredor de bolsa que deseaba una residencia veraniega distinta a las habituales, Casa Vicens supuso una ruptura con el academicismo imperante en la Barcelona de finales del siglo XIX.

Como recuerda Patrimoni Cultural de la Generalitat, Gaudí concibió una vivienda que no solo debía habitarse, sino sentirse: una síntesis entre arte, naturaleza y técnica que anticipaba el modernismo catalán.

La fachada, un estallido de color, revela muchas de las obsesiones que acompañarían a Gaudí toda su vida. Los azulejos verdes y blancos decorados con clavellinas amarillas —una flor que crecía originalmente en el jardín de la finca— conviven con arcos de inspiración oriental y rejas de hierro forjado en forma de hojas de palmera.

Interior de la Casa Vicens de Gràcia, obra de Gaudí Patrimoni Cultural

La semilla de su arte

Los expertos coinciden en que Casa Vicens fue el laboratorio creativo de Gaudí, el espacio donde probó por primera vez los recursos formales y simbólicos que más tarde llevaría a la Sagrada Família, la Casa Batlló o la Pedrera.

En su interior se advierte ya la fascinación por la luz natural, el color como elemento estructural y la búsqueda de formas orgánicas que sustituyen la rigidez geométrica.

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