Eduardo Mendoza en el auditorio Juan Rulfo de la FIL de Guadalajara

Eduardo Mendoza en el auditorio Juan Rulfo de la FIL de Guadalajara MA

Vivir en Barcelona

Eduardo Mendoza en Guadalajara: “Barcelona era la tía soltera, ahora es el lugar de los expats”

El autor de 'La ciudad de los prodigios' entusiasma al público de la FIL de Guadalajara con su visión particular sobre la capital catalana y el recuerdo de los años del final del franquismo

Barcelona acogerá una residencia literaria con autores latinoamericanos para que escriban sobre la ciudad

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Guadalajara, México
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Cada uno vive una situación distinta. La historia es la que es, pero ¿cómo se interioriza? Eduardo Mendoza narra con precisión. Y con una ironía que le ha llevado a ser el gran referente de la novela española en los últimos cincuenta años, el autor de La verdad sobre el caso Savolta ha entusiasmado al público asistente en el auditorio Juan Rulfo de la FIL de Guadalajara. Su relato sobre Barcelona es ilustrativo: “Barcelona era la tía soltera, ahora es el lugar de los expats”.

Toda una declaración de intenciones, porque Mendoza critica, pero siempre con prudencia, o con una distancia muy británica. El autor ha inaugurado el salón literario de Barcelona, como ciudad invitada en la FIL de Guadalajara. La viuda de Carlos Fuentes le ha entregado la medalla Carlos Fuentes, todo un honor para un escritor que conoció de primera mano a los escritores del boom latinoamericano en Barcelona.

Silvia Lemus, la viuda de Carlos Fuentes, ofrece la medalla que lleva el nombre del escritor latinoamericano en la FIL de Guadalajara

Silvia Lemus, la viuda de Carlos Fuentes, ofrece la medalla que lleva el nombre del escritor latinoamericano en la FIL de Guadalajara MA

La ciudad vive hoy un momento de clara eclosión, una urbe atractiva para el talento internacional, para los visitantes y para aquellos que se plantean vivir ya para siempre, o para una larga temporada. Y eso tiene elementos positivos, pero también externalidades negativas. No las ha obviado Mendoza, pero siempre con una medida sonrisa, con la prudencia de quien ha preferido centrarse en sus asuntos literarios.

Aquellos autores, como García Márquez, Carlos Fuentes, Vargas Llosa, José Donoso y tantos otros supusieron un choque cultural enorme. “Comprobamos que había una lengua distinta, más desinhibida. Era una lengua rica, que resultó un baño de ilusión”, ha señalado Mendoza.

Pero, ¿qué pasó? Hubo unos años en los que Barcelona estuvo en tierra de nadie. Franco todavía mandaba. La dictadura no se había evaporado. Pero, a juicio de Mendoza, la rigidez era más palpable en Madrid, el centro, la capital de España. Y el franquismo había dejado Barcelona en una situación especial. “Era como la tía soltera, un poco gruñona, pero ahorrativa, que iba a la suya. Y fue un momento muy divertido. Nos lo pasamos muy bien”.

Algunos autores valoran mucho esos instantes, como el propio Eduardo Mendoza, pese a que la dictadura no había finalizado, y el temor era grande, porque nada se podía asegurar. Esa transición hacia algo que nadie podía concretar, supuso para la creación literaria un estímulo. Una ciudad no controlada, sin instituciones claras, posibilitó la “diversión".

Esa tía soltera y gruñona –Barcelona, a su juicio de Mendoza es femenina—dejó paso a una situación muy distinta. Desde el “ponte guapa”, el lema del Ayuntamiento de Barcelona para limpiar y adecentar los edificios antes de los Juegos Olímpicos de 1992, hasta un cambio profundo: “se pasó de tirar piedras históricamente a los forasteros a querer tratos con ellos y valorar que nos visitaran”, precisa Mendoza.

José Crehueras, presidente del Grupo Planeta, con Eduardo Mendoza, en la FIL de Guadalajara

José Crehueras, presidente del Grupo Planeta, con Eduardo Mendoza, en la FIL de Guadalajara MA

Y en eso Barcelona triunfó plenamente. La ciudad, que “siempre apostaba por el bando perdedor”, en ese aspecto, la de ser la mejor urbe para el turismo internacional, “se convirtió en número uno”. Barcelona pasó a ser, tras los Juegos Olímpicos, “una ciudad diseñada para el turista, con buen clima, luminosa, con playas, con barrios distintos, con precios comparativamente razonables y buena comida, y abierta a todas horas. Incluso para quienes buscan un rincón canalla, también es interesante. Y lo es tanto que muchos quieren venir para vivir, como sabemos y que llamamos expats”.

¿Dónde está Eduardo Mendoza? “Cuento lo que he vivido, lo que ha vivido mi generación, en una ciudad que es muy literaria, con una literatura que trata Barcelona como un protagonista”.

Leer e investigar

¿Y qué ha querido contar en sus novelas Mendoza? “En un momento determinado vi que no había muchas cosas sobre la ciudad, y me dediqué a leer e investigar, quería explicar cómo se vivía, qué le gustaba a la gente, cómo vestía en un periodo muy concreto y muy transformador, entre las dos exposiciones universales de 1888 y 1929. De ahí surgieron las dos novelas centrales de toda su obra: ‘La verdad sobre el caso Savolta’, y ‘La ciudad de los prodigios’.

Los aplausos fueron intensos. Y todavía más cuando la viuda de Carlos Fuentes, Silvia Lemus, apareció en la tribuna para otorgarle a Mendoza la medalla que lleva el nombre del escritor mexicano que vivió también de forma profunda la Barcelona de los años setenta.