El escritor cubano Leonardo Padura / EFE

El escritor cubano Leonardo Padura / EFE

Vivir en Barcelona

Cervantes, Felipe II, Orwell o Leonardo Padura: la pasión por Barcelona que Lluís Permanyer anotó con todo detalle

El gran cronista de Barcelona ultimaba un libro, justo antes de su muerte, que publica ahora el Ayuntamiento, un monumental volumen con las referencias históricas de viajeros, escritores, políticos y pensadores sobre la capital catalana durante siglos

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"Creo que La Habana y Barcelona se parecen tanto como se dice. Y la historia lo justifica", son palabras del escritor cubano Leonardo Padura.

Las alusiones a Barcelona están en todas partes, en todos los formatos. El rey Felipe II se refiere en 1555 a un proyecto de construcción, a una fortificación, para que "dicha ciudad esté más fuerte de lo que ahora está hasta que haga labrar en ella una fortaleza como diversas veces se ha platicado de manera que habéis de mandar que se atienda solamente a la fortificación de marina…(…) El rey no desea publicidad, no quiere que se conozca esa fortificación". Y señala que “y esta carta que no la vea persona ninguna porque no conviene y aviadnos de vuestra mano del recibo de ella”.

Portada del libro de Lluís Permanyer

Portada del libro de Lluís Permanyer AJUNTAMENT BARCELONA

El documento es importante para conocer qué pasaba en la ciudad. “He entendido que para ensanchar la casa de la Diputación, --(Diputación del General, lo que hoy es el palacio de la Generalitat)-- y haber mayor ornato en ella, se han comprado y derribado todas las casas que hay desde ella a la plazuela de S.Jayme, y porque habiendo de ser esta obra tan grande, y costosa, conviene que la trassa della, sea muy acertada y por este respecto holgaré de verla, antes que se comience, a poner mano en ella, escribo al duque de Feria mi lugarteniente y capitán general”.

Muere Lluís Permanyer, el gran cronista de Barcelona, a los 86 años

Muere Lluís Permanyer, el gran cronista de Barcelona, a los 86 años Europa Press

Permanyer recoge la gran cita, la de Cervantes, cuando El Quijote visita Barcelona, la única ciudad real que se menciona en la obra y que aparece en el segundo volumen, en 1605.

“Y así me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos, y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, sólo por haberla visto”.

Una de las grandes novelas de la historia de la literatura que se centran en Barcelona es Homenaje a Catalunya, de George Orwell. El escritor británico, que se dio de bruces con las contradicciones de la guerra, con las disputas entre el POUM y los comunistas soviéticos, anotó con precisión los cambios que se producían en la ciudad. Tomado de la versión en catalán:

“Barcelona, la primera vegada que hi vaig arribar, em semblà una ciutat on amb prou feines existien distincions de clase o grans diferències de nivel econòmic”. Pero nota cambios, “camuflajes”.

'El Quijote en Barcelona', cuadro de AUGUSTO FERRER-DALMAU

'El Quijote en Barcelona', cuadro de AUGUSTO FERRER-DALMAU

Y es que “Jo no havia comprès que tot plegat era una barreja d’esperança i de camuflatge. La clase obrera creia en una revolución que havia començat però que no havia arribat a consolidar-se, i la burgesia, espantada, es disfressava temporalment d’obrer”.

Los nombres van pasando, políticos, viajeros, intelectuales. Permanyer anota las reflexiones de Moisés Naïm, en 2016, sobre la Diada de Sant Jordi, en las que señala que las grandes masas aparecen en actos donde suele estar presente el alcohol. No en Sant Jordi. La fiesta debería conocerse en todo el mundo, apunta.

Aire de familia

El escritor Leonardo Padura, uno de los autores en español más leídos del mundo, deja constancia de su amor por Barcelona. Cubano, Padura entiende que hay un aire de Barcelona en La Habana y un aire cubano en Barcelona. La razón es clara:

“Creo que La Habana y Barcelona se parecen tanto como se dice. Y la historia lo justifica. Muchos de los catalanes que construyeron sus casas y palacios en Barcelona llegaban de Cuba; los que llamaban indianos. Y muchos expertos de la construcción y maestros de obra eran catalanes. El Eixample y el centro de La Habana tienen un aire de familia. Aunque para nosotros el modernismo catalán funciona como art déco. Son ciudades luminosas y deslumbrantes que se convierten en inquietantes y evocativas cuando se pone el sol”.

Y es que “sempre es pot somiar. Des d’Atenes a Barcelona”, como dice Georges Moustaki, también presente en el grueso volumen de Permanyer, que ya está en las principales librerías.