La taxista Anna Kalme dentro de su taxi en el Eixample Barcelona
De una granja en Nueva York a ser taxista en Barcelona: "Aquí tengo mi libertad y puedo vivir mi vida a mi manera"
Sentada en su taxi parado en el Eixample, con un marcado acento neoyorquino y una risa contagiosa, Anna Kalme, de unos 60 años, repasa su trayectoria, su día a día al volante y los retos del sector
Criada en una granja de Nueva York, aprendió desde pequeña el valor del trabajo duro. Pero buscaba cambios y oportunidades que le permitieran tomar decisiones propias sobre su vida.
Esa inquietud la llevó a Barcelona, donde descubrió en el taxi una forma de combinar independencia, ingresos y flexibilidad.
“En la granja aprendí que la vida se construye con esfuerzo, pero yo quería decidir por mí misma”, explica mientras acomoda el volante de su taxi, que cuida con mimo y precisión.
Anna Kalme en su taxi Barcelona
Su trayectoria hasta llegar al taxi incluyó trabajos en marketing y comercio, pero fue Barcelona Activa la que le abrió la puerta a un programa pionero para mujeres en el sector del taxi. Allí aprendió sobre regulaciones, rutas y mecánica básica, superando con éxito los exámenes necesarios.
Primeras carreras y aprendizaje
Su primer día conduciendo fue un reto. “Estaba nerviosa, pero emocionada. Sentí que podía gestionar mi tiempo y mi vida de otra manera”, recuerda. Desde entonces, su taxi se convirtió en su espacio de trabajo y también en una herramienta para mantener su independencia.
Además de conducir, combina el taxi con su actividad en una red de bienestar, ofreciendo suplementos naturales y productos de salud. Esta polivalencia le permite sostener su estilo de vida y explorar nuevas oportunidades, algo que un trabajo tradicional no le ofrecería.
Cuidando el taxi como propio
Cada gesto dentro del vehículo demuestra su dedicación: limpieza, organización y revisiones constantes. Para ella, el taxi no es solo un coche, es su espacio de trabajo y su libertad.
Taxi de Anna Kalme Barcelona
“Lo cuido como si fuera mi hijo. Cada detalle cuenta, porque de esto depende mi autonomía”, comenta mientras ajusta los espejos y revisa los documentos sobre el asiento del copiloto.
Un sector en transformación
El panorama del taxi ha cambiado drásticamente en Barcelona. La llegada de VTCs y plataformas como Uber ha generado competencia directa y desregulada.
“Estas nuevas licencias operan sin control, sin tarifas reguladas, y afectan directamente a los taxistas tradicionales. No es justo”, dice con tono crítico. Señala que muchas licencias se han adjudicado de manera irregular y que, pese a intentos de control, la competencia desleal persiste.
El taxi de Anna Kalme Barcelona
Este cambio ha obligado a los taxistas a adaptarse, trabajar más horas o diversificar ingresos para mantener la viabilidad de su negocio. Su experiencia demuestra que la flexibilidad y la polivalencia son claves para sobrevivir en el sector actual.
Polivalencia y autonomía
Para ella, combinar actividades es imprescindible. Además de conducir, gestiona su red de bienestar, colabora en proyectos y forma a otros trabajadores. “Si dependiera solo del taxi, no podría sostener mi estilo de vida ni explorar otras oportunidades”, asegura mientras organiza documentos y revisa las rutas en la tablet.
Esta polivalencia le permite mantener un equilibrio entre trabajo y vida personal. Puede visitar a sus hijas, gestionar proyectos internacionales y mantener su independencia económica.
Libertad frente a la rutina
El taxi le da flexibilidad y libertad para organizar su día. Puede decidir cuándo trabajar, qué rutas tomar y cómo combinar su actividad con otras responsabilidades. Esta independencia es lo que más valora de su profesión.
Anna Kalme dentro de su taxi Barcelona
“Si tuviera un trabajo tradicional, no podría hacer todo lo que hago. Este taxi me da autonomía y me permite vivir mi vida a mi manera”, explica mientras acomoda los papeles sobre el asiento del copiloto y revisa los espejos retrovisores.
Retos y críticas del sector
Con su acento neoyorquino marcado, no oculta su crítica hacia la competencia de las plataformas de movilidad. Señala la falta de control sobre horarios, descansos y tarifas, y cómo esto perjudica a los taxistas autónomos.
“La realidad es que si no eres flexible y polivalente, no sobrevives. Yo he aprendido a aprovechar cada oportunidad y a mantener el control sobre mi vida”, comenta, mientras ajusta el cinturón y prepara el taxi para otro día de trabajo.
Mirando hacia el futuro
Aunque disfruta del taxi, sus planes incluyen viajes internacionales, desarrollo de su red de bienestar y nuevas oportunidades profesionales. El taxi es un medio, no un fin.
Espejo del taxi de Anna Kalme Barcelona
“No podría hacer todo lo que hago si dependiera solo del taxi. Me da libertad para crecer, trabajar y organizar mi vida”, concluye, mientras revisa la tablet y los documentos de su empresa.
El equilibrio entre autonomía, ingresos y flexibilidad es lo que le permite sostener su estilo de vida y mantener un ritmo de trabajo que considera saludable y sostenible, a pesar de los retos del sector.