(Aviso: este artículo es para que el barcelonés medio que, por trabajo, desinterés especial o excesivo coste, NO puede ir al Mobile pero le gustaría saber de qué va la película. Yo se lo cuento, con su permiso)

Llegas a la Fira de Barcelona en l’Hospitalet y lo primero que ves es algo insólito: nieve. Los ‘guiris’ se hacen fotos porque NUNCA en las doce ediciones previas celebradas en Barcelona había nevado en el Mobile World Congress. Hasta ahora, siempre habían encontrado en nuestra ciudad un oasis de buen tiempo, un febrero soleado y bastante benigno. Pero, tranquilos, que no por eso van a querer que el Mobile deje Barcelona. Los casi 110.000 congresistas siguen estando encantados con viajar hasta aquí. Mejor que los calores de Dubai o la nieve, segura y perpetua, que se encontrarían cada año en Berlín o Milán.

Vamos al grano. Estamos en la entrada del MWC. Primera novedad en relación al año pasado: nos han cambiado la puerta de acceso. La organización (el todopoderoso GSMA) ha decidido que vale de colas en las dos entradas principales (North Gate y South Gate). Han montado un ‘previo’ en el que te reciben unos chicos vestidos de rojo… y con la cara roja debido al frío reinante. “¡Ya te dije que mañana nevaría!”, le recuerdo a la chica que, amablemente, comprueba que no soy un ‘homeless’ impostado y sí el que la previno ayer de la ‘bestia del este’ que se nos venía encima… Contrasta la acreditación con mi DNI, ¡y p’adentro!

Pre-entrada al Mobile World Congress en la Puerta Sur / HUGO FERNÁNDEZ



Paso ese primer control y entro en la susodicha estructura previa. Como el primer día me hice un escaneo facial, ya no tengo que enseñar el tarjetón acreditativo, sino que una máquina me observa la faz y, ¡bingo!, estoy en la lista de periodistas. Así que me dejan pasar y llego al patio previo a la entrada general del recinto, la que utilizábamos hasta ahora. Allí, otro control de seguridad. Esta vez hay que volver a contrastar acreditación con DNI (o pasaporte), no sea que se cuele algún intruso. Lógico, puesto que una entrada de día puede llegar a costar apenas… unos 850 euros (Nota bene: me alegro de ser un periodista acreditado por METRÓPOLI ABIERTA).

Entrada Sur al Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



PABELLÓN 1

Ya estoy dentro del Mobile. La primera impresión es la misma que tienes cuando estás sentado en las Ramblas y observas al personal. Cientos de humanos van y vienen como si no hubiera un mañana. Tienes tres opciones: a la derecha, el Pabellón/Hall 1; hacia abajo, el centro operativo o de GSMA, por si tienes cualquier pregunta que hacer; la tercera opción es coger las escaleras mecánicas que te llevan directo al Pabellón 2.

Antes que nada, unos datos: en el Mobile de Fira hay una decena de pabellones. En cada uno de ellos se podría jugar un partido de fútbol sin problemas, con vestuarios incluidos (háganse a la idea). Otros datos del Mobile: una superficie de más de 100.000 metros cuadrados; más de 2.200 expositores; 160 delegaciones de países; más de 200 expositores específicos de aplicaciones móviles; programas e iniciativas de GSMA, incluidos Mobile Commerce, Connected Living, Mobile for Development, etc. ¡Eooo! Y no olvidemos que está Fira de Montjuïc, donde se desarrolla el 4yFN ('A cuatro años vista', básicamente para startups de jóvenes emprendededores).

Entrada exclusiva al pabellón de Huawei en el Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



Me abrumo. Voy a ir por partes y, como me enseñaron en el colegio, empiezo por la primera: Pabellón Nº 1. Esto, ya les advierto, es territorio oriental. Están las grandes empresas, operadoras o lo que sea Made in Asia. Un despiporre, oigan (cuando salga horas después, sigo pensando que en el Hall 1 está lo más alucinante de este Mobile). Samsung (coreana) y Huawei (china) se reparten el inmenso espacio. Como el año pasado, Huawei (la Telefónica/Movistar de China, para entendernos) se ha quedado casi con medio pabellón para ella solita. Tiene su propia entrada particular (¡otro control!). Intento acceder (esto es truco: ¡ya lo sabía del año pasado!). Pero una gentil damisela, con una amplia sonrisa y vestida de faralaes (hay otras: una oriental, una rusa, una sueca, una africana…) me pregunta que adónde voy. No puedo pasar si no tengo cita concertada o si no me espera alguien de la compañía. Como no es el caso, le pregunto. Respuesta: “Vaya a aquel ‘booth’ (una parada, estand, en inglés) y regístrese”, me contesta. Miro el lugar que me señala. Lo menos hay una treintena de personas haciendo cola ante el mostrador. O sea que:

¡Yo paaaaso…!

Presentación del Galaxy S9 en el Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



Samsung, que el sábado anticipó esta feria presentando su genial Galaxy S9 (una réplica del iPhoneX de Apple, compañía/secta que, como ya explicamos en su día, ‘pasa’ anualmente del Mobile), tiene aquí casi la otra mitad del pabellón. (Ojo: que tanto a la una como a la otra me las voy a encontrar en otros pabellones, específicamente dedicados a cualquier cosa que tenga que ver con la telefonía móvil).

Acabas saliendo del Hall 1 y te miras al espejo, no sea que se te hayan rasgado los ojos y parezcas un oriental más de los miles que transitan por el lugar, arriba y abajo, hiperconectados a sus móviles de última generación…

PABELLONES 2, 3 y 4

En el Pabellón 2 están las empresas que tienen tanto poder/pasta como las grandes compañías de telefonía móvil orientales. O sea, lo mismo aunque sin humor amarillo. Anotemos las famosas: la sueca Ericsson (un espacio particularizado como el de Huawei o Samsung, pero sin pasarse), las estadounidenses AT&T, Verizon, Cisco, AMG; la española Telefónica, la alemana T-Mobile, la británica Vodafone, la francesa Orange y un largo etcétera. Más de lo mismo, pero sin la escenografía asiática.

Entrada aérea del Pabellón 3 del Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



En el Pabellón 3 hay otras grandes compañías: BlackBerry, Nokia, NTT, Alcatel, etc. También aquí hay muchas muestras del coche conectado: eléctrico, smart y autónomo, que es la palabra de moda. Autónomo significa que en breve conduciremos un coche sin tocar el volante, porque millones de sensores en el vehículo y en la ciudad (smart city) nos dirigirán a nuestro destino mientras leemos el periódico (¡?) o atendemos a nuestra tableta. Seat, McLaren o Ferrari presentan aquí sus novedades tecnológicas. Para flipar.

Sala de fumadores en el Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



Otrosí. Entre los pabellones 2 y 3 (que se conectan interiormente por arriba, a través de una pasarela, por cierto), hay la primera zona de restauración y ‘fumeteo’. El Mobile debe ser el único gran acontecimiento mundial en el que los fumadores tienen muchos lugares para practicar su vicio sin que nadie les mire mal (el problema estos días es que te pelas de frío, pero vale). O sea, que puedes ir de hall en hall como si fueras de cigarrillo en cigarrillo. Además, entre el 2 y el 3, esto es territorio Android, el sistema operativo de la mayoría de nuestros móviles… a no ser que usted sea de iPhone, porque Apple tiene el suyo propio (se llama iOS). Android se lo ha montado para que la gente haga ‘gamificación’ con su monigote verde y, de paso, sepa que es el operativo creado por Google para que usted puede interactuar desde su móvil -de la marca que sea- con otros móviles… siempre que no sean iPhones, insisto.

Android se ha instalado entre los pabellones 3 y 4 del Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



El Pabellón 4 es, básicamente, el pabellón de la ONU; o sea, es donde la mayoría de los países del mundo mundial presenta su oferta/proyecto estatal relacionado, generalmente, con la compañía/s que manda/n en su casa. La cosa va muy repartida.

Un ejemplo claro: están a tocar, puerta con puerta, el pabellón de España (con Red.es al frente), el de Catalunya y el propio de Barcelona (Mobile World Capital Barcelona, o MWCB). O sea, que puede haber una empresa barcelonesa que no está representada ni en el estand de Catalunya ni el de MWCB, sino en el de España. Y viceversa: alguna catalana está en el de España; o alguna española, con sede en Barcelona, está en el pabellón de Catalunya. No sé si me explico…De cualquier manera, hay unos muy amables trabajadores contratados que te ayudan a desenredar el galimatías. No problem.

Uno de los restaurantes del Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



Otra cosa que mola del Pabellón 4 es que, al margen de la principal sala de conferencias (esa es otra, porque todo el Mobile está plagado de salas anexas en las que conferencian, dicen, más de mil speakers), se halla la zona de restauración gratuita. Si estás (bien) acreditado, puedes comer ‘de gorra’ eligiendo entre ocho menús internacionales (japonés, nórdico, mediterráneo, etc.). Bueno, es como ir al ‘Nostrum’ pero globalizado y sin poder elegir, y el catering no es lo mismo. Pero, oye, te alimentas, repones fuerzas y sigues adelante…

Visión aérea del Pabellón 4 del Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



PABELLONES 5 Y 6

Si has conseguido llegar al Pabellón 5 y todavía no te has perdido en el Mobile, te mereces la medalla al valor. Yo sigo adelante, rodeado por espectros orientales, tipos que parecen hablar solos (alguno, por menos, en una calle de Barcelona lo llevarían al frenopático), chicas/azafatas que quitan el hipo (y otras cosas), mientras la cabeza te da vueltas por culpa de todo lo que has visto –o has creído ver. Afortunadamente, previamente, en el Hall 4 están las salas de prensa. Aquí vivaqueas, puedes escribir con WiFi legal, te tomas cafés gratis y ‘colegueas’ con compañeros que van a cubrir algo de lo que no tenías ni pajolera idea, a pesar de que te habías hecho una lista principal del  programa del día. En fin…

Un 'juez de silla' hace de guardia urbano entre el gentío / HUGO FERNÁNDEZ



Vuelves a la calle principal (a ver: es un vestíbulo elevadizo de interior, plagado de pantallas tipo ‘Gran Hermano’, publicidad propia del Mobile y de cualquier compañía que se precie), las Ramblas en pleno agosto. Hasta el punto de que hay tipos encaramados a una silla elevada –tal que el juez de un partido de tenis- con un megáfono en la mano. Su función es como la de un guardia urbano de cuando llevaban casco blanco: regular el tráfico y, si se tercia, dar un bocinazo por si alguien se pone en el carril contrario. Tal cual.

Conferenciantes del Mobile World Congress van del Pabellón 4 al 3 / HUGO FERNÁNDEZ



En el Pabellón 5 decido probar con la Realidad Virtual/Aumentada. Experiencia increíble: simula que estas en un ascensor que sube a la cima de un rascacielos, se abre la puerta y estás separado del vacío por un tablón tipo ‘Piratas del Caribe’. Te mueves como si fuera real y los que te observan desde fuera, desde la realidad-real, deben pensar que te ha cogido el baile de San Vito… porque tú no te quieres caer al vacío. Lo consigo, pero después de quitarme las gafas virtuales me recuerda la impresión que experimentas cuando te bajas del barco de Trasmediterránea volviendo de Menorca tras un viaje algo movidito…

PABELLONES 7, 8 y...

Tengamos en cuenta que el de Fira de Barcelona en l’Hospitalet es uno de los más grandes y modernos recintos feriales de Europa, diseñado por el japonés Toyo Ito, que fue premio Pritzker –el Nobel de la Arquitectura.

El recinto ferial –reza su web- “se caracteriza por su diseño, funcionalidad y apuesta por la sostenibilidad: alberga uno de los mayores parques fotovoltaicos construido sobre cubierta. Sus ocho pabellones, conectados por una pasarela que canaliza la circulación de los visitantes, cuentan con las más avanzadas prestaciones técnicas y logísticas”.

Acceso a las exclusivas salas de reunión del Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



En fin, piensas, ‘hasta aquí hemos llegado’. Lo que queda es más de lo mismo, aunque en menor especie: cientos de empresas mostrando sus novedades, sin tanto poder económico como Huawei o Samsung, las madres del cordero. Y más conferencientes, en salas incógnitas.

A uno ya no le quedan fuerzas para seguir adelante en su aventura tecnológica. Hay más pabellones en lontananza, pero, como Ulises, tienes que pensar que hay que volver a Ítaca, a la entrada principal. Y eso es más de un kilómetro p'atrás caminando entre zombis…

La tecnología 5G es uno de los temas que se ha tratado en el Mobile World Congress / HUGO FERNÁNDEZ



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