Los tabúes en la sociedad actual están a la orden del día. Sin embargo, talleres como el Proyecto Eje intenta combatirlos diariamente. Desde ArgentinaNora Corradetti, creadora y directora del proyecto, Susana Corradetti, de la Asociación de amigos del Proyecto EJE y Fabiana Libertella, psicóloga y psicoanalista, crean, ayudan y participan en crear un lenguaje propio entre aquellas personas que no pueden expresarse de forma verbal y lo consiguen con el arte. 

- ¿Cómo desarrollásteis el método para poder llevarlo a la práctica?

Nora Corradetti: Trabajé hace muchos años en las artes visuales ayudando a las personas a encontrar su camino de expresión. Con 16 años comencé a trabajar con una persona de mi pueblo que tenía hidrocefalia y hacíamos nuestros encuentros de pintura. El tiempo que pasaba conmigo se reía mucho. Lo que hacía era encontrar un sentido. Estas experiencias dieron pie al método. Ahora encuentro personas que quieran formarse con este método para que ellos puedan continuar lo que yo empecé. Es fundamental traer el conocimiento, tomarlo y reafirmarlo para que ellos puedan interiorizarlo y utilizarlo. 

- Desde vuestro punto de vista ¿Cómo ayudan las artes visuales al desarrollo personal y comunicativo?

N.C:  Las personas pueden dialogar a través del la pintura. Comienzan a armar su lenguaje mediante el conocimiento y la libertad de trabajo a través de los elementos artísticos. Cada ser humano tiene una necesidad distinta pero esos que se arrimaron a la parte artística, lo hacen porque tienen una predisposición hacia ello. Yo trato de acercar los elementos plásticos para que cada uno los incorpore a su manera.

- ¿Este método consigue que los participantes reflejen un mundo interior que no se podría ver, o sacar, de otra manera?

Fabiana Libertella: Exactamente. Muchas personas no pueden expresarse de otra manera o tienen limitaciones físicas. El arte es un recurso expresivo al fin y al cabo. 

N.C: Estos recursos hacen que estas personas sientan que tienen un lenguaje propio. Hay personas que tienen una necesidad de terminar las cosas rápido, como Michaela.  En cambio, Bárbara se sienta tres horas y sólo se levanta para cambiar el agua. Clarita prefiere trabajar con madera porque, al tener un cierto temblor, la tela se lo agrava. 

Susana Corradetti:  Todas tienen capacidades y puede aspirar a que su obra sea adquirida por la gente interesada en el arte. Michaela y Sofía han vendido obras. Es una salida importante para ellos.

- ¿Cuándo comienzan, se marcan pautas de seguimiento al alumno o es una experiencia mucho más libre?

F.L: Es mucho más libre. No se trabaja desde el prejuicio. Desde esa libertad van surgiendo las ideas. Se transciende un poco el estigma al que estamos acostumbrados a utilizar ciertas palabras o ciertas frases. Desde Proyecto Eje intentamos romper esas barreras.

- El tiempo medio de la participación en el proyecto es de un año y medio. ¿Existen casos en los que se necesita más tiempo?

N.C: Las personas pueden desarrollar un lenguaje a partir del año y medio. Pero varía porque no todos tienen las mismas necesidades, ni las mismas cualidades. 

S.C: Cada artista tiene su lenguaje y no seguimos el proceso habitual de los talleres. La prueba de que el taller ha ayudado es que todos han logrado su propio lenguaje. 

- La sociedad sin embargo, puede ver estos rasgos como dificultades. ¿Cómo lucháis contra eso?

F.L: Einstein decía "Es más fácil romper un átomo que romper un prejuicio". El trabajo personal es fundamental. El autoconocimiento y conocer tus propios limitaciones y para poder transcenderlas.

- ¿Hacia dónde va la Asociación 'Amigos del Proyecto Eje' en la sociedad? 

S.C: Buscamos personas que tengan interés en reproducir el método y con personas que tengan interés en recibirlo. Hemos hecho varias reuniones y las próximas acciones están muy vinculadas a la expansión y al crecimiento del proyecto.

Preguntamos a las dos de las participantes, ¿Cómo os ha ayudado participar en el proyecto EJE?

Sofía González: Me ha ayudado un montón porque yo era muy tímida al principio. Fui aprendiendo a expresarme y a sacar la timidez con la gente. Me ayudó bastante a crecer como persona y en la plástica.

¿Pintabais antes de incorporaros al proyecto EJE?

S.G: Comencé a pintar a los doce años en un taller.  A Nora la conocí en el 2009 porque había comenzado la carrera de Bellas Artes y se me complicaba. Una maestra mía amiga de Nora me la presentó.

Bárbara Baldi: Antes de pintar con Nora nunca pinté cuadros, pero sí pintaba en la escuela. Me gustaba hacer arte, trabajar con papel glasé y con hojas de colores.

Sofía González y Bárbara Baldi, participantes del Proyecto EJE / A.N



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