Dicen que las personas no se van mientras haya alguien que las recuerde, y los artistas no desaparecen si sus canciones se siguen escuchando. Joseíto Mateo falleció el 1 de junio a los 98 años de edad en su Santo Domingo natal a causa de una leucemia que llevaba combatiendo desde el pasado mes de noviembre.
Apodado ‘El Rey del Merengue’, Mateo llevaba creando merengue dominicano desde los años treinta. Con más de 37 discos editados, la labor profesional del artista se ha convertido en un referente indispensable de la ‘dominicanidad’ y de la cultura musical del país. El cantautor fue uno de los primeros artistas del país en transportar el arte a otras partes de latinoamérica, en concreto Cuba, que en aquellos momentos estaba en pura efeversencia artística.
Mateo se creó su propio estilo. Aún recordado por la innovación en la puesta de escena y su forma de bailar y cantar única, cogió las bases del merengue y las hizo propias. En su época más existosa, llegó a compartir escenarios con grandes iconos de la música latina como Celia Cruz o La Sonora Matancera. Hacia el final de su vida fue reconocido por los premios Grammy Latinos con el premio de 'Excelencia Musical' por sus aportaciones a la música latina.
El artista falleció haciendo lo que más le gustaba, cantar y bailar merengue. "No me retiraré yo, me van a retirar los años", señalaba el merenguero meses antes de fallecer.
El funeral tuvo lugar el pasado 2 de junio en el cementerio de Santo Domingo con la presencia de más de un centenar de personas. La mañana anterior hubo un velatorio público para que cualquier amante de su música pudiese acercarse a despedirse. Una vez terminado el funeral, se escuchó el himno nacional y algunas de las canciones más populares del artista que los invitados cantaron y bailaron para así rendirle homenaje por última vez al 'Rey del merengue'.