De raíz y corazón, así está hecha una exposición de 43 grabados realizados por una mexicana afincada en Barcelona. La polifacética artista ha recreado algunos elementos prehispánicos y algunos referentes de la cultura original mexicana.
Lola Zavala ha trabajado el cartón, el dibujo y otras manualidades con el textil. De raíz a corazón es “como yo lo hago”, cuenta. Las raíces culturales de su país y de su vida con el corazón, que es como ellas las siente. De hecho, todo el conjunto de obras han sido grabadas, entintadas e impresas artesanalmente por ella.
“He querido homenajear a Paquimé”, una cultura prehispánica propia del estado de Chihuahua y lo ha hecho representando algunas figuras primitivas de esta civilización mesoamericana.
Un arte cargado de simbolismo y con lenguaje propio que consta de vegetales, pobladores y elementos naturales encajados geográficamente sobre láminas de linóleo. Un material fabricado a partir de aceite de lino. “Compré las primeras láminas en México y tenían más consistencia que las que he encontrado aquí”, explica Lola. Un detalle importante a la hora de tintar el dibujo si se opta por un motivo más oscuro porque la tienta requiere mayor consistencia. Y el primer grabado que hizo Lola, fue así, un corazón anatómico muy negro, el cual luce con el resto de piezas en el sótano de una barbería en el límite del barrio de Sants. Un local regentado por Manuel, peluquero de profesión e impulsor de mucho arte. Manolo (para los amigos) quiso aprovechar un espacio que no usaba para acercar el arte del barrio a sus clientes y así, cede sus sótano para que los artistas de la zona puedan exponer sus obras durante un tiempo. “Aquí inauguramos las exposiciones tomando un cóctel entre amigos y poco a poco, voy mejorando el espacio”, que ha bautizado con el nombre de Afterwork Gallery.
De raíz a corazón, no representaría las entrañas de la cultura mexicana sin el maíz, Frida Kahlo, el movimiento zapatista, la máscara de lucha de Guerrero o un alebrije.
Los alebrijes responden a unas figuras más o menos mitológicas que, originalmente, se fabricaban con cartón. Su creador, Pedro Linares ha sido la inspiración de Zavala, que ha aprovechado para recibir algunas clases con su nieto, Leonardo Linares. Junto al alebrije de Lola, cuelga una especie de dragón/cocodrilo que casa con una de las tradiciones catalanas más conocidas, el dragón de Sant Jordi.
Lola Zavala, activista por recuperar la dignificación de las cientos de personas que desaparecen en México cada año, se acercó a la técnica del grabado a raíz de otra exposición, también de grabados, y llevada a cabo por un colectivo que lucha por la misma causa: Huellas de la memoria. Un grupo conocido por grabar las suelas de los zapatos como reivindicación artística a las desapariciones. A partir de entonces, Lola aprovechó uno de sus viajes a México y, Alfredo Casanova, uno de los miembros del colectivo la introdujo en la técnica del grabado.
La artista también se ha inspirado en el tzompantli y ha recreado pequeñas calaveras grabadas en pequeño formato. El tzomantli es un altar prehispánico tradicional del sur y centro del país, “también representadas en la arquitectura”, comenta Lola.
Por ahora, “le han hecho ojitos”, a los grabados del árbol de la vida y de los pájaros tipo colibríes.
Y entre las obras más enraizadas a México, cuelgan las más acorazonadas, los retratos de algunas de las mujeres más importantes de la vida de la artista. Su abuela, su tía y su madre están representadas en base a algunas fotos antiguas. “El de mi tía, ha gustado mucho a la familia que vive en México”, comenta.
La colección De raíz a corazón estará expuesta en 'La barbería de Manolo Úbeda', en el número 37 de la calle Consell de Cent. Todos los grabados están en venta y permanecerán exhibidas hasta el 14 de julio.