Un suceso extraño ha ocurrido en Reino Unido, su consecuencia ha sido grande y ha dejado en estado de preocupación a unos cuantos médicos y a los clientes de las pulseras Fitbit. El causante ha sido la marca de tecnología Fitbit, así que aquellos que sean deportistas, tengan Fitbits o sean curiosos por naturaleza que pongan la oreja.
Antes de nada, cabe recordar qué son las Fitbit. En 2007, los fundadores Eric N. Friedman y James Park constataron que las tecnologías inalámbricas y de sensores habían avanzado hasta el punto de poder aportar datos relevantes en el terreno del ejercicio físico y la salud. Ambos jóvenes se embarcaron en una aventura con la idea de crear un producto portátil capaz de transformar la manera de moverse; jugando con este concepto nació la pulsera Fitbit, que te ayuda a llevar una vida más sana monitorizando a diario tu actividad, ejercicio, sueño, nutrición y peso. Las Fitbits pueden contabilizar los pasos, las calorías quemadas o las horas que has estado activo durante el día.
Los propietarios ingleses de la pulsera Fitbit se despertaron con una notificación a través de sus dispositivos que alertaba de un problema de salud. El mensaje hacía cundir el pánico entre los usuarios, ya que los dispositivos recomendaban ir al médico porque estaban incubando una enfermedad, que en realidad no existía. Según explica el médico de uno de los centros médicos afectados, Jack Ross, durante la jornada tuvieron que atender a varios pacientes que buscaban tratamiento “porque habían sido erróneamente advertidos que visitasen a su médico mediante el ‘Al enabled’ Fitbit o vía smartphone”. Del mismo modo, Ross aseguraba que los pacientes que usaban Fitbits o AppleWatch para monitorizar su salud estaban convencidos de que tenían frecuencia cardíaca acelerada o baja, cuando la frecuencia cardíaca era normal.
La situación ha provocado caos en los hospitales y la academia Medical Royal Colleges ha decidido ponerse manos a la obra para poner orden. A través de un informe, la academia alerta de un posible overbooking en los hospitales por culpa del incremento de los dispositivos de salud como Fitbit. En el documento, Ross recomienda acudir al médico si los usuarios están preocupados, ya que la notificación de su Fitbit no es “fiable”. La presidenta de la academia, Carrie MacEwen, se ha pronunciado así: “los médicos siempre han acogido los avances tecnológicos, pero este informe refleja claramente que los doctores debemos manejar la forma en qué son introducidos, con el mismo cuidado que tendríamos con cualquier otra innovación médica”.
Los centros de salud se han visto desbordados por estas enfermedades falsas que detectaban los dispositivos tecnológicos, hecho que empeora aún más la situación del Servicio Nacional de Salud en Reino Unido. Como cada invierno, los centros sanitarios públicos afrontan una crisis donde los médicos expresan su incapacidad para gestionar toda la demanda. De hecho, el Secretario de Salud y Asistencia Social en la sombra, Jonathan Ashworth, tilda la situación sanitaria de ‘alarmante’ y expresa la necesidad de inyectar más dinero en el Servicio Nacional de Salud para poder lidiar con todos los pacientes.