El pasado fin de semana Susana Gallardo y Manuel Valls se dieron el sí quiero en Menorca. Fue una ceremonia distendida y divertida en la que los novios compartieron su amor con amigos y familiares durante tres días consecutivos.
La pareja celebró su enlace civil en Binidalí, Maó, concretamente en una finca de 10 hectáreas, propiedad de Gallardo. El recinto contaba con una enorme carpa y una piscina de 45 metros cuadrados de superficie. Aunque algunos de los detalles que más se comentaron fueron la duración de la boda o el rústico menú que degustaron todos los invitados, lo que más ha interesado han sido los outfits de los novios.
DE BLANCO IMPOLUTO
El político sorprendió a todo el mundo con un estilo ibicenco, muy distinto al que suele llevar a diario. Vistió una camisa de lino blanca con cuello mao, pantalones holgados y frescos en el mismo color, sombrero 'panamá' en tono crudo y zapatos a conjunto con la toquilla del accesorio. Pero Susana Gallardo acaparó todas las miradas con un precioso diseño del modisto barcelonés Ze García.
El enfant terrible de la moda española ha detallado a BMagazine todos los detalles del vestido de la empresaria catalana y ha asegurado que esta tenía claro lo que quería lucir en su segunda boda: "Partimos de la base de que Susana quería llevar un cuello halter. Finalmente decidimos en vez de atarlo al cuello llevarlo con un tirante al hombro para que esa parte del cuerpo quedara más bonita".
UN DISEÑO CONFECCIONADO AL MÁS MÍNIMO DETALLE
El vestido favorecía el envidiable cuerpo de Gallardo y el modisto supo como confeccionarlo para que marcase sus curvas de una manera seductora y a la vez elegante: "Ya que llevábamos el escote en halter bajamos un poquito la espalda para que quedase descubierta. En el corte hicimos una diagonal en cintura, porque Susana tiene las piernas muy largas. El drapeado de esa zona era diagonal a propósito, para que le compensara un poco todo y quedase perfecto", ha confesado García.
El tejido que seleccionó Gallardo fue escogido con la finalidad de estar cómoda durante toda la velada: "El tejido que utilizamos fue el crep de seda, todo el vestido se confeccionó con esta tela. La falda está cortada al bies y lleva una apertura para que a la hora de bailar sea más cómodo. Está hecho un poco a modo de pareo con un drapeado a mano", asegura el modisto.
SUSANA GALLARDO, SOFISTICACIÓN EN ESTADO PURO
Pero aunque era un diseño cómodo y tenía un aire juvenil y desenfadado, el diseñador supo añadirle ese toque de glamour que desprenden todas sus creaciones: "Lo ribeteamos entero con plumas de avestruz y de marabú. Todo el vestido era blanco roto, la inspiración principal era encontrar ese momento festivo de noche de los años 50, hollywoodiense, de la época dorada", ha confesado a BMagazine. "El punto sofisticado del vestido fueron las plumas, que hasta el último momento estábamos 'que si sí, que si no'. Desde el principio siempre fue que sí, porque a Susana le encantan, pero como el aire de la boda tenía que ser distendido y relajado ella tenía miedo de que el vestido no fuera acorde con el lugar. Queríamos algo festivo, en blanco, con un punto sofisticado, pero sin ser demasiado", ha confesado García.
Los accesorios combinaron a la perfección, tal como ha explicado el diseñador barcelonés. La empresaria acertó de lleno con el calzado: "La sandalia era ideal, de Gianvito Rossi, toda con unas tiras, como muy sutiles, con mucha tendencia en plan Jacquemus y con un tacón bajo para poder aguantar toda la velada".
GALLARDO APUESTA POR LAS FIRMAS JÓVENES
Aunque podría haber lucido un maquillaje más contundente y joyas de cualquier diseñador reconocido, Susana Gallardo quiso llevar una estética sencilla y natural: "Algo muy importante fue el beauty, porque si os fijáis ella llevaba el cabello muy relajado, con una onda de agua de mar. Tampoco llevaba joyas, finalmente se puso un aro criolla para darle frescor y nada más", argumenta el modisto.
Muchos apostaban porque la heredera de laboratorios Almirall vistiera de Pronovias, al ser su exmarido Alberto Palatchi fundador de la firma, pero la empresaria optó por el concepto joven y arriesgado de Ze García. Este ha explicado a BMagazine como se dio el primer contacto: "El contacto directo creo que fue Columna Martí, la mujer del presidente del grupo Planeta, Josep Creuheras, a la que también vestimos para la boda de Susana con un vestido verde en crep georgette maravilloso. La hija de Columna fue vestida con un diseño nuestro en la boda de su hermana, por lo que hicimos relación con ella". "Columna es íntima amiga de Susana, por eso supongo que hablaron entre ellas y nos recomendó", afirma García.
El diseñador ha asegurado que desde el comienzo Gallardo confió en su gusto e imaginación: "Susana vive a tres calles de nuestro atelier, por lo que le quedaba muy cerca. Desde que vino hubo una buena relación. Creo que a ella le gustó el proyecto entero, le pillé un poco el rollo y supongo que le agradó y se sintió cómoda y a partir de allí empezamos a trabajar", concluye Ze García.