El barrio del Poble-Sec de Barcelona viajó el pasado jueves a los 80. Lo hizo de un plumazo -o de un guantazo, si se prefiere- entre trago y trago de los combinados que sirvió Esther Martínez, más conocida como Xiqueta Montgat en redes sociales, donde lleva tiempo haciéndose viral por las copas ochenteras que sirve frente a cámara. La coctelería Rouge, ubicada en la capital catalana, se convirtió en el centro neurálgico de una vuelta al pasado que congregó a familia, amigos, fans y periodistas.
Entre ellos, gente de todas las edades, desde nostálgicos de las noches de un tiempo pasado hasta las más nuevas generaciones que han caído, vías redes sociales, en los encantos de cubatas como el Torombolo, el Destornillador o el Butano, entre otras. El alcohol y el buen rollo corrieron como la pólvora entre las 20:00 y las 22:00 de la noche, rato en el que Esther se puso en el lugar donde más brilla -detrás de la barra- y sirvió sus seis copas más famosas, que incluyen también el 'Cristal', la 'Vaca Verde' y el 'Lumumba' a los aproximadamente un centenar de asistentes que acudieron al evento.
UN SALTO ADELANTE
Destilando la misma naturalidad, amabilidad y simpatía que en sus vídeos -propia de aquellos que disfrutan con lo que hacen-, la influencer, que se define así misma como una 'hija de la pandemia' promocionó su nueva línea de vasos de tubo personalizados. Lo hizo visiblemente emocionada, consciente de que el evento implica un salto adelante para la carrera de esta periodista de formación, camarera de profesión y estrella de las redes sociales casi por accidente. El proyecto de Xiqueta Montgat, nombre que nace porque al bar de su familia lo llamaban "el de les xiquetes" y que el local se encuentra en la población homóloga, nació precisamente de la unión de sus "dos grandes pasiones: la comunicación y la hostelería".
Martínez comenzó, durante la cuarentena, a interesarse por las redes sociales y fue gracias a un amigo que aprendió a usar varias de estas herramientas de comunicación que han dado como resultado que personas de toda Catalunya, España, e incluso otros países acudan a su local. Su fijación por los vasos de tubo viene dada porque, al comenzar a regentar ella el bar, se dio cuenta de que la gente le pedía copas en esos vasos y tan solo tenía seis de ellos en su local.
Según explicó a Metrópoli, las redes sociales apenas le están dando dinero -al contrario de lo que pudiera parecer, teniendo en cuenta que mueve a más de medio millón de seguidores entre TikTok e Instagram-. Su carrera está, por ahora, enfocada a las colaboraciones con icónicos clubes barceloneses como el Rouge Cocktail Club y en lanzar sus propios productos de merchandising. Además de su propia línea de vasos de tubo personalizados, explicó a este medio que está en camino un libro repleto de historias vividas en su bar familiar que se remontan décadas atrás. Son esas mismas historias las que nutren el contenido de sus vídeos -y sus copas-. ¿Será el inicio de nuevos cócteles?
El secreto del éxito de la catalana reside, precisamente, en la sencillez del contenido y la naturalidad de su personaje. "Todos interpretamos un papel cuando estamos delante de una cámara, pero no dejo de ser yo cuando hago los vídeos", explica. También ayudan las copas que prepara, cargadas hasta arriba y no aptas para bebedores novatos. Un golpe directo a la cabeza y al hígado. "Así es como se servían en el bar familiar en los 80", un local de barrio, de los de toda la vida, que atendía y servía su 'combustible' a amigos y 'parroquianos'. Producto de ese contenido, es habitual que las cajas de comentarios de todos sus vídeos se llenen de hilarantes e ingeniosos comentarios de sus seguidores, que bromean con el nombre de los cócteles o sobre lo fuertes que son. "Sí, un cóctel de los 80, de los 80 días de resaca que te deja el Torombolo", escribe uno de ellos.
Ese mismo ambiente fue el que se trasladó a la coctelería barcelonesa, donde las conversaciones en corrillo y las charlas cómplices entre amigos giraban al son de la bola discotequera que corona la acogedora sala mientras sonaba la discografía de Wham!, ABBA y otros artistas de la época.
LOS COMBINADOS
Este digital pudo disfrutar de la atmósfera y de varias de las copas que sirvió Martínez. Cabe destacar que, contra todo pronóstico, su sabor es mucho más suave y ligero que el que uno se imagina al ver los vídeos. En combinados como el Destornillador o el Torombolo se nota lo astringente del vodka, si bien es cierto que, a pesar de la cantidad, la acidez del zumo de naranja y el de piña, respectivamente, suavizan lo amargo de su sabor. En otros combinados, como el Butano, la presencia del Pacharán se diluye a la perfección con el refresco de naranja, dando por resultado una mezcla suave al paladar pero con cuerpo.
En cualquier caso, se trata de copas que acompañan perfectamente una velada de charlas intrascendentes y risas desacomplejadas, hechas para disfrutar de la compañía de buenos amigos. La resaca del día siguiente será un problema del mañana.