Calles estrechas, ventanas pequeñas, falta de ascensores, gran concentración demográfica, pocos comercios de barrio y mucha oferta de ocio. Ciutat Vella es un distrito muy denso con una baja calidad de construcción (la aglutinación de viviendas es de las más altas y antiguas de Barcelona) en cuyas calles se acoge mucha actividad nocturna. Si se suma la fiesta exterior a las carencias de las viviendas así como a las singularidades de las calles, el distrito sufre un problema de convivencia. A ello se añade la proliferación de comercios y locales que dan servicio a la ciudad y al turismo pero no al vecino de la puerta de al lado. Un cúmulo de aspectos que el consistorio quiere revertir, mejorando la calidad de vida de unos en equilibrio con la oferta económica de otros.  

Para ello, el equipo de gobierno liderado en este distrito por la regidora Gala Pin, prepara un nuevo Plan de Usos para el que se están elaborando diversos informes que analizan los aspectos más significativos de Ciutat Vella. El objetivo es determinar qué actividades generan problemas para que no proliferen en esta parte de la ciudad. Este miércoles se ha presentado uno de ellos, un Atlas urbano del distrito, en el que se muestra con exactitud la concentración de viviendas, la distribución de locales, las denuncias presentadas y la actividad de ocio nocturno con la que tienen que convivir vecinos, empresarios y turistas. Con los mapas, el consistorio se ha hecho una idea de la vida a pie de calle pero ahora toca dar el siguiente paso: un estudio de campo.

cv terraza

ESTUDIAR LA TIPOLOGÍA DE LAS VIVIENDAS

“Para hacer este nuevo plan, tendremos que analizar calle por calle y edificio por edificio para saber qué tipo de actividad puede acoger cada edificio y cada calle de manera que no genere problemas en la convivencia”, ha explicado Pin en rueda de prensa. Pero si el foco estará puesto algo, será en el ocio nocturno. Es el principal punto conflictivo para los vecinos junto a la falta de oferta comercial propia de barrio. “Se hará, sobre todo, en cuanto a la actividad del ocio nocturno y que encuentre un equilibrio entre aquello que da servicio al resto de la ciudad y aquella que da servicio a los vecinos que justamente que son aquellos que no queremos que se vayan por una falta de servicios”, sentenciaba la regidora.

Pin ha explicado que hasta la fecha, “los otros Planes de Usos tenían en cuenta la tipología de las calles, pero no de los edificios” cuando su estado es imprescindible para asegurar la calidad de vida de los vecinos en equilibrio con la oferta económica del distrito. Junto a este Atlas, la regidora ha sostenido que se tendrán en cuenta otros estudios así como el proceso participativo para definir el Plan de Usos que tendrá que ser aprobado por el resto de grupos municipales.

cv

MERCADO NEGRO DE LICENCIAS

Las principales causas de los problemas de convivencia vienen originadas por el ocio nocturno. Por ello, con todos los estudios encima de la mesa, el consistorio no descarta ampliar las zonas acústicas de regulación especial que limitan los horarios de los comercios abiertos durante la noche.

Otro punto en el que ha incidido la regidora es en el traspaso de licencias. Como ha explicado Pin, “en el nuevo Plan de Usos no se contempla porque hay una sentencia que dice que esta actividad no se puede hacer”. Es decir, se podrán seguir traspasando negocios, pero la licencia no. Una actividad que ha proliferado por la ciudad y “que ha generado un mercado negro que no ayuda a las pequeñas y medianas empresas sino al contrario”, como ha sentenciado la regidora.

 

Noticias relacionadas