Los vecinos de El Raval están hartos de la suciedad, de los trapicheos y de la inseguridad que generan las decenas de narcopisos que trufan el barrio. Y la lluvia que ha caído durante todo el sábado sobre Barcelona no ha sido un impedimento para mostrarle al Ayuntamiento y al resto de administraciones de que los vecinos han llegado al límite. La redada del viernes, que acabó con 11 detenidos y la incautación de 10,2 kilos de heroína, no ha aplacado los ánimos en el barrio, uno de los más combativos de la ciudad.

Los manifestantes ya venían soliviantados después de que la Associació de Veïns del Raval organizara una protesta paralela el jueves, que no tuvo el poder de convocatoria esperado y se quedó en un simulacro. Tampoco ayudó que la inmobiliaria MK Premium alardeara de haber cerrado 70 narcopisos, los locales donde se realiza la venta y el consumo de heroína, y luchar al lado de los vecinos. “Sabemos de su actuación como especulador que compra pisos en el barrio para expulsar a familias (es su especialidad y modelo de negocio) y revenderlos”, decían desde la Asamblea del Raval hace un par de días.



NO ESTÁ TODO PERDIDO

Pertrechados con paraguas e impermeables, los vecinos del barrio, liderados por los de las calles Roig, Picalaquers, Riereta, Guàrdia o Robadors (las más afectadas), han realizado el trayecto hasta la sede del distrito al grito de “¡Los narcos nos echan del barrio! ¡No nos echarán!” Y el ya clásico “¡Traficants, foteu el camp!” que se ha convertido en uno de las banderas de las protestas por el deplorable estado del barrio.

 



La protesta ha terminado con la lectura del manifiesto "¡No nos dejaremos echar del Raval!", en el que los organizadores, la plataforma vecinal #VeinatdelRaval, ha denunciado que la venta de drogas en pisos y locales del barrio amenazan con liquidar El Raval. “Cada día nos enfrentamos a la presencia de jeringas, excrementos, peleas con armas a la vista, amenazas, portales reventados y consumidores que duermen en colchones en cualquier sitio”, han criticado.

MIEDO EN EL BARRIO

Según han denunciado los vecinos, hay muchas personas atemorizadas “por los traficantes que se han instalado en su finca” e incluso se plantean cambiar de casa para evitar problemas. “Nos se atreven a participar en las protestas” por temor a las represalias, han asegurado. “Ante la impunidad, los traficantes se han adueñado de fincas y calles", por lo que han pedido a los Mossos d'Esquadra y a la Guàrdia Urbana que actúen con más contundencia cuando hay denuncias y no se limiten a hacer acto de presencia.

"Desde hace varios años, bancos y especuladores mantienen muchas propiedades vacías en el Raval”, lamentan desde la plataforma. “Solo son un número en sus balances” y olvidan que, como propietarios de los pisos, tienen obligaciones con la comunidad, en especial garantizar que no se usan para cometer delitos. “Estos espacios son los refugios más apetecibles para los traficantes de drogas, que ya han empezado, además, a usurpar hogares de familias impunemente".

 



Las consignas de los vecinos han sido claras y para todo el mundo. A las administraciones les han pedido que aprueben leyes que obliguen "a ceder los pisos vacíos" y acabar con "los excesos del ocio nocturno y de la industria turística", mientras que a los jueces les han reclamado que aceleren las órdenes de registro en los narcopisos para que la policía pueda hacer su trabajo más deprisa y "desalojar" a los traficantes cuanto antes.

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