Cualquier persona que haya rambleado ha podido experimentar las múltiples sensaciones que la Rambla transmite, ver las decenas de colores que la adornan, mirar a los variopintos personajes que la caminan, contemplar a los artistas que le dan vida. Por eso, y por muchas otras cosas, la Rambla merece una atención especial, un cuidado exquisito, que solo se puede gestionar desde un profundo conocimiento de sus secretos más recónditos. Para amar la Rambla basta con visitarla; para conocerla, hay que vivirla.
Quizá por eso, un buen día Fermín Villar, que ha vivido la Rambla desde crío, decidió ponerse a trabajar al servicio de la asociación Amics de la Rambla con el objetivo de mejorar la vida diaria de comerciantes, vecinos y visitantes. Miembro de la junta de la asociación desde 2008, “en casa mis padres, por compromiso con el barrio, ya eran socios desde hacía tiempo, y por eso entré en la junta”, afirma Fermín, accedió a la presidencia en 2016 al frente de un equipo en el que la mezcla de juventud y experiencia ha abierto nuevas expectativas.
¿Cómo es la relación entre comerciantes y vecinos?
Una cosa que este Ayuntamiento debería haber hecho de manera diferente es poner juntos a comerciantes y vecinos. Tenemos problemas comunes: incivismo, suciedad, falta de seguridad, venta ilegal, etc. Todos ellos afectan por igual al comerciante que quiere hacer bien las cosas como al vecino que quieren vivir bien. Aquí también hay vecinos que hacen fiestas de madrugada o comerciantes que actúan al margen de la ley. A esos nosotros no los vamos a defender. Hay que tener en cuenta que todos los comerciantes son vecinos de algún barrio. Y que todos en esta ciudad conocen a alguna persona que se gana la vida con el turismo.
¿A qué se refiere cuando habla de falta de seguridad?
En la Rambla falta vigilancia, muchísima más vigilancia, especialmente por la noche. La mayor parte del comercio de la Rambla vive del turismo, pero ninguno de nuestros asociados puede aceptar, como no lo acepta la asociación, que un turista cene y, entre el lugar que cena y el lugar donde va a tomar una copa, vaya gritando por la calle. Eso pasa porque nadie ahora le hace callar. Pero tampoco es aceptable que lo haga un barcelonés en cualquier lugar de la ciudad. Que no nos digan que el problema es el turismo, el problema es de gestión.
DESCONTROL
¿Qué otros problemas existen en la Rambla?
El descontrol nocturno, por ejemplo. La inseguridad no es superior a la que había antes, pero es mas vistosa. Sí tenemos un problema que se nos ha ido de las manos, que es el de los clubes cannábicos. Se aprobó la modificación de las licencias, con el visto bueno de varios partidos, y ahora tenemos un problema. Pero no por los clubs cannábicos en sí, ya que nos hemos reunido con la Federación de Asociaciones Cannábicas de Catalunya y tienen unas praxis muy buenas. Lo que pasa es que en Ciutat Vella no las cumple nadie. El problema es el descontrol, que estamos sustituyendo a Amsterdam en el turismo de marihuana.
¿Y un asunto como la prostitución?
Otro problema grave. Hay muchas mujeres que son obligadas a hacerlo y a llevar dinero al acabar la noche, y muchas acaban robando antes que prostituyéndose. Esto lo sabemos y no ha cambiado nada. Así se lo dijimos a Jaume Asens cuando la polémica de las chicas paragüeras del Godó. Es curioso que se hable de la cosificación de los paragüeras, pero no de las chicas que están obligadas a prostituirse en el Raval.
¿Cuál es la fórmula para solucionar estos problemas?
Falta Guàrdia Urbana y faltan inspecciones, que habitualmente solo se hacen bajo denuncias o expedientes. Deberían ir paseando y detectando irregularidades. La clave es que la Rambla esté más vigilada. Si te sale un grano en el pie, te lo miras o no; pero si te sale en la cara seguro que lo miras. Y la Rambla es la cara de Barcelona.
¿Como se ve desde la asociación la transformación que se ha producido en la Boqueria?
Ahí tenemos otro problema muy grave y es responsabilidad de las concesiones municipales. Muchas están perdiendo el sentido. Ha pasado en la Boqueria, donde ahora se vende casi más comida rápida que de mercado y se han abierto más restaurantes que nunca. Sabemos, y defendemos, que la Rambla sin actividad en la calle no sería lo mismo, pero si hay floristas es para que vendan flores, si hay un mercado es para que haga de mercado, y si hay quioscos es para que, adaptando sus actividades al 2018, mantengan fidelidad a la licencia.
CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS
¿Qué opinión le merece la gestión que se hace desde el Ayuntamiento de todo estos problemas?
Todo es mejorable y nosotros somos críticos constructivos. Somos muy críticos a puerta cerrada, no en público. Evidentemente tenemos una problemática que no es nueva, y el ayuntamiento ha aplicado un planteamiento heredado de los gobiernos anteriores. Ha habido un acercamiento con el tema de la famosa reforma, pero se ha alargado 4 años de manera innecesaria.
¿Cómo afecta a la Rambla un asunto como el de los narcopisos?
Nos afecta ya que la Rambla es generadora de estos problemas. Los genera porque el dinero que acaba en los bolsillos de los narcopisos y la prostitución muchas veces salen de la Rambla ya que es el atractivo turístico de la zona. Y creo que en este problema ya vamos tarde.
Los comerciantes se quejan de la presencia de los llamados manteros y lateros, ¿qué medidas se deberían tomar para dar una salida al problema?
En este tema hay mucho descontrol. Lo vemos con enfado, pero sin resignación. Son actividades que no benefician a nadie. Si queremos ayudar a los que practican la venta ilegal, lo mejor es ayudarles a integrarse en la vida social y laboral. Hemos hablado con el Ayuntamiento, pero sus soluciones no son efectivas.
¿Cómo han solucionado el asunto de las terrazas?
Nosotros creemos que el Gremi de Restauració ha hecho un gran trabajo. La alcaldesa entró con un discurso de que la terrazas eran un problema y el Gremi le dio la vuelta. Lo han hecho de fábula porque tienen razón. Nosotros queremos una ordenación en la Rambla, ya que hay locales que no merecen terraza. Queremos que las haya, pero nosotros defendemos que el tamaño de la terraza debe ir en proporción al espacio interior. Así como en otros sitios, como en el Eixample, hay locales pequeños que necesitan terraza y el Gremi lo ha razonado muy bien, en la Rambla pedimos la misma comprensión. Aquí el precio del metro cuadrado es muy caro.
Uno de los principales proyectos es el de llevar a cabo el Plan especial de Ordenación de la Rambla.¿Como va?
Muy lento. Para ir de Colón a plaza Catalunya se ha ido a Montjuïc, Sants, Eixample, Nou Barris y de vuelta a Colón. No se ha hecho nada. Se está haciendo un proyecto liderado por Itziar González, que es una gran profesional y se está en fase de diagnóstico. Es como estar diseñando ahora la Barcelona de dentro de diez años: o tienen mucha visión, o llegamos tarde. Y creo que vamos tarde.