El pleno municipal de Barcelona ha ofrecido este viernes una fotografía difícil y cara de ver. Los dos grupos con más regidores en el Ayuntamiento --Barcelona en Comú y PDeCAT-- votando lo mismo. Ada Colau y Xavier Trias de la mano para combatir la lacra de los narcopisos en Ciutat Vella y especialmente en el barrio del Raval.
El consistorio ha aprobado un plan de choque contra el narcotráfico en la zona. La propuesta ha recibido también el apoyo de ERC y el regidor no adscrito, Gerard Ardanuy, mientras que PSC, Ciutadans y PP se han abstenido, y la CUP se ha posicionado en contra. A grandes rasgos, los próximos meses habrá más Guàrdia Urbana en las calles de Ciutat Vella, más inspecciones y se garantizará la atención social a las personas que lo necesiten.
El plan de choque cuenta con una dotación presupuestaria de casi cinco millones de euros para este verano que se centrará en garantizar la convivencia y el descanso de los vecinos, luhar contra la venta de drogas con una estrategia integral, aunque "focalizando las actuaciones en aquellas zonas con más conflictividad y con la necesaria coordinación policial". Los narcopisos se concentran en el Raval, aunque ya se han detectado en la Barceloneta, el Gòtic y los alrededores del mercado de Sant Antoni.
Según el documento pactado por Trias y Colau, la mayor presencia policial se concretará en los barrios del Raval y de Sant Pere y Santa Caterina --el acuerdo no cita el Gòtic, donde ya se han detectado narcopisos, uno de ellos propiedad del Museu de la Cera--. El plan prevé también mejorar la limpieza de las calles --especialmente la recogida de jeringuillas-- y evitar que hayan pisos vacíos que puedan ser ocupados por narcotraficantes, como está sucediendo.
CIERRE DE LA CIUTADELLA
Además, el acuerdo plantea un plan específico para el parque de la Ciutadella y en el conjunto del distrito para evitar la pernocta en la calle y la venta ambulante. La Ciutadella se cerrará y la Guàrdia Urbana aplicará con más dureza la Ordenanza de civismo para intentar garantizar la convivencia. Trias y Colau han pactado también reclamar la colaboración del resto de administraciones, especialmente en materia de seguridad para combatir la venta de drogas, un tipo de delitos que supera las competencias de la policía local barcelonesa.
Durante las intervenciones de los grupos municipales, Trias ha expuesto que la situación del Raval es preocupante y ha insistido en la necesidad de poner orden en la zona a través de actuaciones policiales, "más autoridad". Tanto el exalcalde como Colau han coincidido en la necesidad de no hacer un uso partidista de esta situación. "Es un problema que tendría cualquier alcalde", ha subrayado el líder del PDeCAT.
Desde Ciutadans, Carina Mejías ha recordado que el problema en el Raval hace dos años que dura. "Parece que hayan descubierto ahora lo que pasa. Hace años que los vecinos se quejan. Parece que todo este tiempo han estado muy ocupados con los lazos amarillos y no han visto los lazos rojos de los vecinos del Raval", ha ironizado Mejías. El partido naranja no ha apoyado la propuesta porque no se han incluido sus propuestas.
El concejal del PSC, Jaume Collboni, ha valorado el plan de choque como "un brindís al sol", que no concreta nada. Según Collboni, la inversión de este mandato en Ciutat Vella se ha reducido a la mitad desde tiempos del alcalde Jordi Hereu, concretamente a 1.117 euros por habitante. En opinión del regidor socialista, el PDeCAT ha ido de la mano con Colau para impulsar la candidatura de Neus Munté a la alcaldía.
DEGRADACIÓN
El líder de ERC, Alfred Bosch, ha valorado el acuerdo como positivo y ha votado a favor, pero ha considerado que el plan de choque llega tarde. "Los narcopisos se están extendiendo por otros puntos de Ciutat Vella", ha denunciado. Bosch ha acusado a Colau de dejar degradar Ciutat Vella, aunque espera que la ciudad puede volver a vencer a la droga, "como hace 30 años".
La CUP ha sido el único en grupo que se ha posicionado en contra. Según la regidora Maria Rovira, la situación en el Raval es consencuencia de "un modelo de ciudad y de un modelo turístico que no garantiza el derecho a la vivienda. Rovira se ha mostrado soprendida de que "Barcelona en Comú haya caido de cuatro patas en las propuestas de la derecha".