La plaza recibe su nombre de uno de los escritores y personaje más conocidos y queridos de los últimos años del siglo pasado. Nacido muy cerca de allí, Terenci Moix merece permanecer en la memoria colectiva de la ciudad y poner nombre a una plaza muy próxima al lugar en el que vijo al mundo y en el barrio que tanto quería. Era una cuestión de justicia.

Sin embargo, el paso del tiempo ha ido degradando la plaza y los vecinos de la zona viven con la sensación de que les han dejado abandonados. Sostienen que los servicios de vigilancia están dedicando sus esfuerzos a asuntos como los narcopisos en la zona sur del Raval y que no tienen capacidad suficiente para vigilar lo que ocurre en la plaza Terenci Moix.

Los problemas empiezan, según denuncian algunos vecinos, cuando grupos de adultos acuden a jugar a baloncesto en la pista que ocupa buena parte de la plaza, se adueñan de ella e impiden que los más jóvenes puedan jugar, lo que en algunas ocasiones provoca quejas y conflictos.

Sin embargo, lo peor llega más tarde, cuando anochece. Los vecinos denuncian que en los rincones de la plaza hay drogadictos, que se usan las mesas de ping pong que se encuentran en una de las esquinas de la plaza para llevar a cabo cualquier actividad, desde jugar al póquer hasta practicar sexo, que se producen botellones y que la vida alrededor de la plaza, una vez empieza a hacerse oscuro, es imposible para la mayoría de las personas que viven en los aledaños de la plaza.

RECLAMACIONES

Además, la llegada del buen tiempo eleva la tensión entre las personas que tienen sus viviendas en la plaza. Por la noche, se llena de personas, que acuden aprovechando la nula vigilancia que hay en la zona, y se producen discusiones a gritos e incluso, en algunas ocasiones, peleas que impiden que los vecinos puedan descansar, ya que muchas veces estas actitudes se prolongan hasta altas horas de la madrugada sin que nadie haga nada para impedirlo. No resulta extraño que lo vecinos sientan cierto alivio cuando el hombre del tiempo pronostica lluvias en la ciudad durante la noche.

Los vecinos han visto como la plaza, que podía haberse transformado en un lugar de reunión para los adultos y de juegos para los niños, se ha convertido en un espacio degradado, en el que se hace difícil la convivencia, y piden a los responsables del distrito que pongan todos los medios a su alcance para que sea recuperada como espacio vecinal;una plaza en la que los vecinos puedan acceder sin temor a encontrarse elementos como jeringuillas o preservativos usados, ya que también hay niños que pueden encontrárselos.

Por ello, otra de las reclamaciones vecinales es que los servicios de limpieza aumenten su presencia en la zona, sobre todo a primera hora de la mañana, una vez las personas que ocupan el espacio durante buena parte de la noche se han ido.

Las quejas de los vecinos han llegado hasta la sede del distrito, aunque los responsables consideran que la actuación tanto de los cuerpos de seguridad como de los de limpieza son los adecuados. Los vecinos piensan de manera muy diferente.

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