Edificio donde se ubica uno de los narcopisos del Raval, en la calle Príncipe de Viana / G.A.

Edificio donde se ubica uno de los narcopisos del Raval, en la calle Príncipe de Viana / G.A.

Ciutat vella

Los narcopisos regresan con fuerza al Raval

Acció Raval alerta que los traficantes vuelven a vender en una treintena de puntos

18 enero, 2020 00:00

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Dos macrooperativos policiales han intentado decapitar, en poco más de un año, el tráfico de drogas en el centro de Barcelona registrando y desmantelando los narcopisos del Raval, el principal foco del trapicheo en el distrito de Ciutat Vella. En los últimos meses, los traficantes se han ido recuperando y han abierto decenas de puntos nuevos. Acció Raval cifra en 30 los narcopisos activos. 

En el número 47 de la calle Valldonzella, un grupo de traficantes de origen dominicano vende cocaína, crack y heroína desde hace un mes. A pocos metros de la Ronda de Sant Antoni, la actividad es frenética, según explica C.C, socio de un comercio cercano. La misma calle acogió otro narcopiso, desalojado en octubre y reocupado de nuevo por estas mafias. Ahora, los narcos mantienen un "perfil bajo", sin llamar tanto la atención, relata este empresario. 

MACRORREDADA EN JUNIO 

En junio de 2019, agentes de los Mossos d'Esquadra Policía Nacional y Guardia Urbana registraron 35 pisos donde se vendía droga, detuvo a 50 persones e identificó a otras 105. Ángel Cordero, miembro de Acció Raval, calcula que tras esa macrorredada, sobrevivieron cinco narcopisos. En pocos meses, las mafias han encontrado fácilmente nuevos pisos vacíos, la mayoría propiedad de bancos, para continuar su actividad.

redadad

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Mossos custodian a varios detenidos durante el gran operativo del pasado junio en el Raval.

"Lo único que consiguieron las intervenciones policiales es desplazar los consumidores a otros barrios", observa este vecino. Para Cordero, el fenómeno de los narcopisos, iniciado en 2012, va ligado a la especulación inmobiliaria. "Queda demostrado que la falta de voluntad de los propietarios que no denuncian lo  hacen las mafias hace que lo tengan muy fácil", reprocha a las entidades bancarias.  

MENOS IMPUNIDAD QUE EN EL PASADO

A los esfuerzos de la policía, Cordero pide a las administraciones que obliguen a las entidades bancarias a poner en uso sus pisos vacíos y, en caso contrario, que reciban una sanción. Acció Raval reconoce que, a diferencia del pasado, las bandas ya no actúan con impunidad y lo hacen con "más cautela". "No tienen todos los puntos activos, los activan en función de la presión policial", revela este vecino. 

C.C, que evita dar su nombre y apellido, conoce bien la dinámica de estas mafias y coincide con Cordero en la operativa que utilizan. Tras tirar la puerta de un piso para empezar a vender droga, ocupan un segundo, en reserva, para tenerlo disponible en caso de un operativo policial. Las mafias, sigue este comerciante, se aprovechan del "buenismo" de las administraciones y ocupan los pisos con familias necesitadas para sortear posibles registros. A los pocos días de instalarse la familia, el grupo empieza a vender estupefacientes.

TRAFICANTES Y VECINOS

Los traficantes evitan cualquier confrontación con los vecinos. "No es habitual que agredan, a menos que se sientan amenazados", señala Cordero, que pide siempre evitar cualquier enfrentamiento. "Los peligrosos son los yonquis", explica C.C, quien intenta echar a los narcos mediante una denuncia conjunta con otros vecinos.

Li, dueño de un bazar, ha percibido un aumento de drogadictos por la calle desde mediados de diciembre. Shalif Alam, socio de un supermercado, valora positivamente la última redada y las pequeñas intervenciones policiales que cerraron un narcopiso que hasta hace unos meses operaba debajo de su piso. 

Vecinos del Raval en una manifestación contra el narcotráfico en el barrio / CG

Vecinos del Raval en una manifestación contra el narcotráfico en el barrio / CG



Manifestación vecinal contra los narcopisos.

En la calle Sant Climent, delante de uno de los narcopisos abiertos recientemente, se percibe mucho movimiento. Delante de un edificio, con un gran patio interior, se agrupan cuatro hombres, en la treintena, que charlan con los ojos puestos en la entrada. Del interior salen y entran personas de una zona ajardinada. Es una de las zonas con mayor tráfico de drogas, según relatan los vecinos.

UN PARKING, OCUPADO POR DROGADICTOS

Los habitantes del número 31 y 33 de la calle Reina Amàlia conocen bien los efectos de la venda de droga. Su parking, propiedad del Patronat Municipal de l'Habitatge, se ha convertido en un refugio para drogadictos que acuden a consumir sus dosis y a dormir. El resto de heces y suciedad en los pasillos que conducen al aparcamiento delata su presencia. Una jeringuilla y una gran cantidad de porquería revelan que uno de los coches, abandonado, se ha convertido en un lugar más para drogarse.

Una jeringuilla y restos de suciedad en un coche abandonado en un parking del Raval.

Una jeringuilla y restos de suciedad en un coche abandonado en un parking del Raval.



Un vecino explica que cuando no consiguen colarse en el edificio entran en el bloque contiguo, donde el Ayuntamiento ha habilitado viviendas para personas mayores con pocos recursos. En alguna ocasión, algunas personas han intentado robar en estos domicilios. "Yo no me separo de mi porra extensible", comenta este inquilino.