La prostitución vuelve a las calles del Raval. Tras más de 40 días de estado de alarma, las prostitutas han regresado al asfalto para ejercer su profesión en el corazón del distrito de Ciutat Vella. Son pocas las que han desafiado el encierro decretado por el Gobierno, pero las que se han atrevido lo han hecho sin miedo al contagio del coronavirus. Diversos vecinos de la zona han informado a este medio de que un reducido grupo de mujeres ejerce la prostitución en la calle desde, al menos, el martes 28 de abril. 

Se sitúan en una de sus esquinas favoritas: en la calle de'n Robador con San Rafael, en el barrio del Raval. Según las fuentes consultadas, se trata de unas tres chicas de origen rumano, que han sido vistas tanto el martes como el miércoles ejerciendo la prostitución a plena luz del día.

SIN PROTECCIÓN CONTRA EL CORONAVIRUS

Y lo hacen, según las mismas fuentes, sin mascarillas, guantes ni protección de ningún tipo contra la propagación del coronavirus. Tampoco respetan las distancias de seguridad. Posan juntas en la calle, en grupo, y se acercan a los hombres que pasan para ofrecerles sus servicios.

"Se quedan quietas en la esquina esperando a sus clientes. La verdad es que disimulan muy poco", explica un vecino a este medio, que prefiere mantener el anonimato. Como prueba, envía una fotografía de las prostitutas trabajando en la calle de su casa realizada este miércoles. José, otro vecino del Raval, explica que se las ha encontrado este miércoles por la mañana cuando ha salido a comprar al supermercado. "Unas iban arriba y abajo, inspeccionando la zona, mientras otras estaban paradas haciendo esquina. Es el primer día que las veo desde el confinamiento, pero son las de siempre", asegura.

Prostitutas en la calle Illa Robador con San Rafael, en el barrio del Raval, este miércoles / MA



ESQUINA PREDILECTA DE LAS PROSTITUTAS

La escena no es nueva en esta zona. Situada entre Las Ramblas y la Rambla del Raval, la calle d'en Robador se ha erigido desde hace años en un lugar predilecto de las prostitutas de Barcelona. En esta vía semipeatonal suelen colocarse decenas de mujeres a diario, donde ofrecen servicios sexuales a todo aquél que pasa.

Con el estado de alarma las mujeres desaparecieron de esta esquina de un plumazo, igual que en otras zonas de la ciudad. Sin embargo, tras algo más de un mes de encierro, vuelven a asomar sus cuerpos en el asfalto, sin temor al coronavirus ni a las sanciones de la policía. 

COLECTIVO VULNERABLE

La mayoría de ellas comparten otra preocupación, más grave, si cabe, que la propia pandemia: la falta de dinero en sus bolsillos para sobrevivir. Con la crisis del coronavirus, las prostitutas se han convertido en uno de los colectivos más vulnerables. No poseen derechos laborales –y, por ende, quedan excluidas de las ayudas sociales--, muchas no tienen papeles y otras, además, son explotadas por mafias y proxenetas.

Desde la ONG Médicos del Mundo han alertado en reiteradas ocasiones la dramática situación a las que se enfrentan las prostitutas. Por ello, han pedido al Gobierno que “considere a las mujeres en situación de prostitución población vulnerable para que puedan adherirse a políticas públicas de apoyo económico y poder acceder a los diferentes sistemas de Servicios Sociales o del Instituto de la Mujer”. 

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