La fase 0 de la desescalada ha arrancado con una mala noticia para el comercio del Raval. Quince comercios no volverán a levantar la persiana. Fulminados por la parálisis económica de la pandemia que se alarga ya más de 50 días, estos negocios, la mayoría tiendas de telefonía móvil, han cerrado definitivamente. Como resultado, más de 40 personas se han quedado sin trabajo. Una cifra que en los próximos días y semanas podría crecer si otros negocios no aguantan el duro golpe de la epidemia.
Desde l'Eix Comercial Raval señalan que las tiendas de telefonía lo están pasando realmente mal. La gran inversión al adquirir los dispositivos y la alta dependencia del turismo provocan que estén sufriendo la crisis sanitaria de manera muy directa. De los 185 comercios asociados a la entidad, han abierto apenas 35 desde el lunes, 14 de los cuáles (la mayoría tiendas de comestibles) ya habían abierto durante el confinamiento.
REABERTURAS
Muy tímidamente, el distrito de Ciutat Vella registraba este martes pequeños indicios de un cambio. Desde el lunes han abierto algunas peluquerías, talleres y ferreterías con estrictas medidas de seguridad. En la calle Hospital las máquinas de coser de la histórica sastrería El Transwaal han vuelto a trabajar. Alèxia, una de las empleadas de este negocio familiar nacido en 1888, esperaba a que sonara el teléfono: "Ayer llamaron algunos clientes. Hoy no ha llamado nadie, de momento", comenta pasadas las 12.00.
La tienda teje uniformes de camarero, aunque durante la pandemia han potenciado la ropa para sanitarios. Con una temporada turística muy oscura en el horizonte, Alèxia depende de sus numerosos clientes japoneses que ha cosechado gracias a los turistas del país nipón. A unos metros, el dueño del bar Mendizábal, a unos pasos del Teatro Romea, regresaba a su bar 40 días después de cerrarlo.
El local no abrirá hasta el 11 de mayo, cuando, en principio, los bares podrán servir en el 50% de las mesas de sus terrazas. "Estamos a la expectativa", resume este pequeño empresario, que se queja de la confusión informativa del Gobierno. Los bares y restaurantes sin terrazas ven su futuro aun más negro, pues no pueden recibir clientes en su interior. Como solución, el Gremi de Restauració reclama un permiso excepcional para estos negocios. También piden ocupar plazas de aparcamiento de coches con las mesas para recibir más clientes.
750 BARES EN PELIGRO
Desde el Gremi alertan de que el 25% de los cerca de 3.000 bares, restaurantes y cafeterías agrupadas en su entidad se encuentran en la "cuerda floja". Muy pocos se han atrevido a abrir esta semana para entregar pedidos para llevar. Lo hizo el lunes y el martes el bar Casa Marbella. Pero este miércoles ya no servirán más. Acostumbrados vender 120 menús diarios, han pasado a cero. Los 10 bocadillos que han preparado estos días no compensan. "No vale la pena", se lamentan los dueños Claudio Monrobell y Marbiel Núñez.
Le ocurre algo parecido a la pizza Al Passatore, en el Pla del Palau. Empezaron a servir pedidos a domicilio el viernes. Apenas unos seis al día. El Picnic Brunch, cerca del parque de la Ciutadella, sirve el mismo número de pedidos al día. Desde esta semana, también sirve algún café a los pocos transeúntes que pasan por delante del local. Es el único restaurante abierto en toda la manzana. Sus clientes empiezan a reservar las mesas de las terrazas, que posiblemente abran la próxima semana.
ENCARGOS A DOMICILIO
Con encargo previo por teléfono o Internet, los clientes pueden acercarse a recoger su pedido. La comida a domicilio se revela estos días como la única manera de sobrevivir, aunque para muchos locales tampoco es una solución. "Los negocios de comida para llevar son diferentes a la restauración que se basan en estar, ir hasta el local. El componente de establecimiento es la clave que define al sector", señalan fuentes del Gremi de Restauración.
En el Raval ya ha cerrado un bar. Desde l'Eix Comercial Raval creen que los planes del Gobierno no son "realistas". "Quien pretenda que los comercios abran y se puedan mantener por ellos mismos es que no conocen el comercio", reprenden desde la entidad, que piden más comunicación con los administraciones. "Existe la sensación de que cuanto antes desconfinemos antes se terminarán las ayudas", opinan fuentes de l'Eix.
ALQUILERES
Una losa que pesa mucho en los comerciantes es la sangría que supone seguir pagando el alquiler del local sin facturar. El Gremi carga contra el sector inmobiliario por no "solidarizarse" con un sector "al que han obligado a cerrar". La mayoría de propietarios de los locales no perdonan ni un euro del alquiler y solo unos pocos conceden algún que otro descuento. "Es como pagar el alquiler del piso sin cobrar un sueldo ni tampoco el paro. Es imposible". El segundo semestre del año, avisan, será igualmente muy duro. "Seguramente abran los locales, pero a medio gas", explican desde el sector de la restauración.
A la federación Barna Centre del Gòtic no le consta ningún cierre entre sus 600 comercios asociados. No obstante, apunta la gerente Isabel Rodríguez, el barrio podría vivir una catástrofe económica en un par de meses. "Muchas empresas familiares no ven viabilidad de aquí a dos meses", lamenta.
La desaparición del tejido comercial de proximidad supondría, también, una estocada mortal al "modelo de relación del barrio y de la ciudad, a un modelo de empresa", advierte Rodríguez, que también denuncia una "inacción" de la administración a la hora de perdonar alquileres a los comerciantes. Si el estado de alarma no se prorroga, la situación se agravaría después que los empresarios se vieran obligados, sin apenas facturar, a hacerse cargo de los sueldos, un papel que ahora cubre el Estado con los ERTES (expedientes de regulación temporales de empleo).
LA BOQUERIA
El mercado de la Boqueria resume el sombrío ambiente comercial del centro de Barcelona. Muchas paradas aplican rebajas de hasta el 30% en sus productos. Los turistas, habituales clientes del histórico mercadillo, han desaparecido.
Hasta las once de la mañana, María Dolores, del Naranjito de la Boqueria, ha contado cuatro compradores. Su vecina, que vende embutidos, ninguno. Desde la gerencia del mercado apuntan que estos días abren el 30% de las paradas. La previsión es que este porcentaje crezca durante la semana hasta alcanzar el 50% el sábado.
OPTIMISMO
Angel Tijerín ha atendido a 10 clientes desde el lunes en su librería On The Road del Raval. Comenta que los clientes andan despistados porque no están seguros si pueden acercarse hasta Ciutat Vella desde su barrio. Con una camisa floreada despide con una sonrisa que se intuye a una compradora. Parece no desanimarse. Su atuendo veraniego despierta algo de optimismo. Porque junio está a la vuelta de la esquina y los comerciantes de Barcelona, y también Barcelona entera, quiere creer que la crisis está ya más cerca de su fin.