Los solares situados en la confluencia de las calles de Pere Camps con Portal Santa Madrona, en las inmediaciones de las Drassanes de Barcelona, se han convertido en el eje de conflicto de los habitantes del Raval.
Los propietarios del terreno, José María Trénor y John Erceg (ambos dueños del prestigioso Hotel Cotton House de Barcelona), iniciaron una guerra legal con el Ayuntamiento con el fin de construir un hotel de lujo de la cadena Praktik. El equipo de gobierno de Colau llegó a convertir el solar como un símbolo contra la lucha de la masificación turística denegando en los permisos pedidos a pesar de su legalidad en 2017. Hoy en día, los estragos de la batalla todavía perduran con varios contenciosos administrativos y una reclamación patrimonial contra el consistorio barcelonés.
EL FUTURO DE LOS SOLARES, EN EL AIRE
El hecho de que estos espacios continúen vacíos ha hecho que otros los hagan suyos. Sintechos y personas drogodependientes, que acuden diariamente a la problemática Narcosala Baluard –ubicada a 50 metros de los solares–, realizaron varios asentamientos en la zona durante el confinamiento: se hicieron con el control de los jardines de Les Tres Xemeneies y se asentaron también en uno de los solares, okupándolo por completo.
A día de hoy, el futuro de los solares está dividido. Más de 683 vecinos de la zona firmaron una petición el pasado mes de julio en la que apoyaban la construcción de una residencia de estudiantes en el terreno, mientras que diversas asociaciones reclaman que el 25% de las parcelas, que limitan con la Rambla, se dediquen a vivienda protegida con el fin de rebajar la gentrificación del barrio.
DIVISIÓN DE OPINIONES
La semana pasada, la plataforma Habitem les Drassanes, antigua plataforma Salvem les Drassanes que peleó en contra del Praktik, de la que forman parte asociaciones como Acció Raval, La Xarxa Veïnal del Raval, la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico o Raval Rebel, llevó a cabo una rueda de prensa. En la cita con los medios, planteó su intención de que se cumpliese con la ley reservando el tanto por ciento obligatorio a la sociedad. Durante la intervención, algunos vecinos frustraron la convocatoria implorando que se llevara a cabo la edificación de la residencia en la totalidad de la superficie, sin dar cabida a proyectos sociales.
Óscar, uno de los vecinos abanderados en la lucha de mejora del barrio del Raval, ha denunciado el conflicto a Metrópoli Abierta. Expresa que la edificación de un inmueble destinado para la vivienda de estudiantes puede llegar a ser "la solución para atraer otra dinámica al barrio y limpiarlo". Los casi 700 residentes que firmaron la petición, están convencidos de que el proyecto "podría encauzar un nuevo resurgir de la zona olvidada".
"UN NIDO DE MIERDA"
Este vecino plantea que la situación es crítica y que precisa de medidas urgentes: “Queremos que los solares se edifiquen cuanto antes porque son un nido de mierda”. Óscar alega que hay okupaciones de forma intermitente: “Se meten para consumir droga y dormir por las noches. Los vecinos estamos cansados de tener que llamar a la Guardia Urbana a la primera de cambio”. Por ello reclama que la construcción del suelo sea inminente.
Este, y otros habitantes de la zona de Raval Sud se oponen a las peticiones de las asociaciones: “Quieren que haya vivienda social, pero la mayoría de los vecinos nos oponemos a ello. Este tipo de edificios dan pie a la aparición de narcopisos, prostíbulos y okupaciones ilegales”, argumenta.
Los residentes que firmaron el documento han denunciado a este medio en reiteradas ocasiones los problemas que supuestamente genera la Narcosala Baluard. Han llegado a describir el Centro de Atención Sociosanitaria (CAS) como “un tumor maligno” que genera “un efecto llamada” de delincuencia, inseguridad y suciedad para el barrio. A pesar de las continuas reuniones que mantienen con el equipo de Jordi Rabassa, concejal del distrito de Ciutat Vella en el Ayuntamiento de Barcelona, la problemática “sigue enquistada”. Por eso, el próximo 2 de noviembre, un grupo de portavoces vecinales volverá a pedir la reubicación de la sala de venopunción en una reunión con distintos miembros del consistorio.
DESTINAR EL 25% A PROYECTOS SOCIALES
Ángel Cordero, portavoz de la asociación Acció Raval, quita hierro al aparente malestar vecinal: “No existe ninguna polémica. No tenemos nada en contra. Estamos de acuerdo en que los vecinos se involucren en cómo tiene que ser el barrio”. El también habitante del barrio ha argumentado que su asociación tan solo quiere "se cumpla la normativa del 25% de la vivienda protegida”.
El representante de la plataforma comprende que algunos residentes estén en contra de la medida: “Me llama la atención que argumenten que la vivienda pública genera delincuencia. Criminalizar a vecinos que no tienen nada que ver con eso está fuera de lugar. El 60% de puntos de venta del Raval pertenecen a bancos y fondos de inversión”, recuerda.
LA LICENCIA, A PUNTO DE CARAMELO
Quien no piensa descansar hasta conseguir hacer factible que el 25% del terreno de Trénor sea destinado a vivienda protegida es Meritxell Pérez, una de las líderes de la plataforma Habitem les Drassanes. Ha anunciado a este medio que la licencia de obra para la residencia de estudiantes tiene que estar "al caer": “El hotelero la pidió en marzo y el Ayuntamiento de Barcelona todavía no se la ha concedido”, por eso hace presión para conseguir su cometido.
“Como plataforma hablamos con el distrito de Ciutat Vella y con la concejalía de Urbanismo de Janet Sanz y nos dijeron que no veían nada negativo para no dar la licencia. Para ellos cumple con la normativa”, explica. La aprobación de la administración barcelonesa inquieta a Pérez, que se plantea por qué el consistorio pasa por alto la vivienda social en esta ocasión: “En este proyecto no se reserva el 25%, por tanto no es válido legalmente. No entendemos que el Ayuntamiento peleara por el hotel en su día y no lo haga en esta ocasión”.
"LA ÚLTIMA RESERVA DE SUELO"
Los solares de Drassanes son “la última reserva de suelo del Raval Sud”. En 1999 la Unión General de Trabajadores de Barcelona (UGT) compró los terrenos por 600.000 euros con el fin de realizar viviendas. Estos se fueron vendiendo por precios cada vez más altos, hasta que en 2015 Trénor y Erceg se hicieron con ellos por 22 millones de euros. Fue entonces cuando los empresarios presentaron el proyecto hotelero con la intención de levantar dos edificios de cien habitaciones cada uno y pidieron la licencia al consistorio barcelonés, “Todo en tiempo récord para que se aprobase antes de que entrase Colau a la alcaldía”, explica la portavoz de Habitem les Drassanes. Finalmente, la licencia hotelera no se concedió por la caída del plan del anterior edil, Xavier Trias.
Meritxell Pérez explica que la plataforma ha podido acceder al expediente y que este no cumple con la reserva del 25% para vivienda protegida que establece la ley. “Además difiere muy poco del plan hotelero”, argumenta molesta la vecina de las Drassanes.
ACUSAN AL PROPIETARIO DE LA DEGRADACIÓN DEL TERRENO
La portavoz asegura que lo que necesita el barrio, “abandonado por las administraciones” es habitabilidad. Por ello lucha por que se cumpla la reserva social y que se haga "con calidad”. “Queremos encontrar nuevas fórmulas para que convivan espacios privados y públicos. Necesitamos vida de barrio y los estudiantes son una población flotante que no aporta eso”, sentencia.
Al igual que Cordero, Pérez difiere de la opinión de los vecinos que están a favor de que solo se edifique una residencia de estudiantes. “De los pisos en los que se trafica en la calle Om, solo dos son públicos, los otros son de entidades financieras. Pertenecen a fondos buitre que saben que se trafica en sus pisos y que no hacen nada porque su intención es vender de un pelotazo el edificio entero”, dice.
A pesar de sus diferencias, coincide en que el espacio se ha ido degradando con el tiempo, pero lejos de culpar al equipamiento sociosanitario y a sus usuarios, acusa al propietario del terreno: “Hasta hace un tiempo había canastas, mesas de pingpong y otros equipamientos que invitaban a la gente a visitar el espacio. También se realizaba un popular mercadillo, el Flea Market. Cuando denegaron la licencia del hotel, Trénor pilló una rabieta y lo valló. El propio hotelero es el que está haciendo que los solares se degraden”, sentencia.
EL AYUNTAMIENTO, ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
La legislación actual especifica que en cualquier edificación, un 25% se tendrá que destinar a vivienda protegida, por lo que el Ayuntamiento de Barcelona se encontraría entre la espada y la pared ante las inminentes obras de la residencia estudiantil.
Otro dato que agravaría la situación es el hecho de que el Raval tiene muy poco terreno edificable. El 75% de la vivienda actual es anterior al 1940, por lo que hay una serie de necesidades que el consistorio debería replantearse antes de dar el sí definitivo al empresario barcelonés.
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