Pocas veces una intervención en el urbanismo de Barcelona ha provocado tantas críticas. En la calle dels Àngels, en el Raval, a casi nadie le gustan los elementos urbanísticos que el Ayuntamiento instaló enfrente de dos colegios. Desde finales de agosto una valla de unos 30 metros de longitud y metro de altura en la calzada ha ganado espacio para el peatón y eliminado uno de los carriles de circulación de los coches. En la acera brotaron dos grandes bolas de hormigón. También se desplegaron unas jardineras.
Tras la crítica inicial de vecinos y comerciantes, los tres grupos de la oposición (Esquerra Republicana, Ciutadans y Junts per Catalunya) se han puesto de acuerdo en cargar contra el consistorio de Comunes y PSC por aplicar estos cambios sin consenso. Las tres consejeras consultadas describen un problema más de formas que de fondo. Les molesta que no se haya hablado con vecinos, comerciantes y toda la comunidad educativa. En un entorno, el político, en el que cuesta llegar a acuerdos, señalan que se trata de un acuerdo insólito. Las formaciones redactaron una petición conjunta que se leerá este jueves en el pleno de Ciutat Vella, gobernado por Jordi Rabassa (Barcelona en Comú).
PASO DE LA AMBULANCIA
A la consejera portavoz de Ciutadans en Ciutat Vella, Júlia Barea, le preocupa el paso de la ambulancia y los servicios de limpieza. El gobierno municipal ha eliminado un carril de coches y la zona de aparcamiento para residentes, pero ha añadido una nueva zona de carga y descarga. La presencia de camiones, dice Barea, dificulta el paso de vehículos como la ambulancia.
El consistorio retiró las jardineras vacías y planea recuperarlas en breve, ya con plantas en su interior. "Conociendo el distrito se utilizarán para otras cosas", argumenta en alusión a los botellones masivos que tienen lugar a unos metros, en la plaza del Macba (plaza dels Àngels). Coincide María Chacón, consejera de Junts per Catalunya, que teme que las jardineras se conviertan en un escondite para latas de cerveza y drogas. Sobre la valla sin embargo, la consejera independentista considera que no hay "razones de peso" para quitarla.
CONSUMIDORES DE HEROÍNA
La consejera de ERC, Laura de la Cruz, pasa cada día por esta calle y sabe bien la cantidad de jeringuillas que se encuentra por la zona, paso habitual de consumidores de heroína. Las jardineras, dice, podrían ser una suerte de basurero donde depositar las jeringuillas. "Un niño de cuatro años podría subirse y meter la mano. Es el problema de no consensuar las actuaciones, que se desconocen las problemáticas de la zona", critica. También cree que hay intervenciones prioritarias como mejorar el pavimento de la plaza Joan Amades.
Hace un mes, una vecina denunciaba el aspecto "carcelario" del cerco de hierro plantado en la calle y denunciaba el humo que se tragan, según dice, los clientes de las terrazas a causa de los vehículos de mercancías durante la descarga de alimentos y bebidas. A
SIN CONSENSO
El conflicto movilizó a los tres partidos y sus pesos pesados en el Ayuntamiento (Paco Sierra por Cs, Elsa Artadi por Junts y Marina Gasol por ERC) se reunieron para debatir una propuesta conjunta para escenificar la oposición política a esta intervención del urbanismo táctico, que ha provocado duras críticas en algunas actuaciones. El pasado 16 de septiembre, muchos vecinos reflejaron este malestar en la Audiencia Pública del distrito. Coincide la oposición en bloque en que el gobierno no ha tenido en cuenta la opinión de vecinos, comunidad educativa y comerciantes.
Barea y Chacón lamentan que no se haya tomado en cuenta a los responsables de la guardería ubicada en la misma calle. Tampoco entienden que las intervenciones urbanísticas tengan lugar enfrente de la escuela Miquel Tarradell y el instituto Milà i Fontanals, ambos públicos, y en cambio la escuela Vedruna no disponga de una valla similar para proteger a los niños que salen a la calle.
FUTURAS OBRAS
Para la consejera de Ciutadans, los bolardos obstaculizan el paso de padres y madres que recogen a sus alumnos con su carrito y también representan una barrera para las personas con problemas de vista. También pide solucionar el problema de "aguas estancas" en los contenedores entre calle de Àngels y Peu de la Creu. Hace unas semanas, tras la lluvia de críticas en las redes sociales, especialmente por una decena de bolas de hormigón instaladas en la entrada de un colegio de Nou Barris, el equipo de Colau reculó y las retiró. Las de la calle Àngels, sin embargo, no se han tocado.
Los partidos también apuntan a los cambios de movilidad previstos en la zona, las futuras obras del nuevo Centro de Atención Primaria (CAP) Raval Nord y las remodelaciones de la plaza del Macba como un problema añadido.