Ada Colau abandona la reforma de la Rambla hasta el próximo mandato. El gobierno de Barcelona en Comú y PSC prioriza la transformación de vía Laietana a la del paseo más internacional de Barcelona. Ambas arterias esperan desde hace años una reforma. La dos la necesitan con urgencia. Pero la ejecución de una y otra será muy distinta en el calendario. Barcelona en Comú tiene en mente poner toda la carne en el asador por vía Laietana y todo apunta que la remodelación de la Rambla saltará al próximo mandato.
Ambas transformaciones cuelgan de la tenencia de alcaldía de Urbanismo y Ecología Urbana, que lidera Janet Sanz. Las dos calles, además, están en Ciutat Vella, que tiene como concejal a Jordi Rabassa, también de los comunes. El interés de Sanz es poner coto al coche en una vía principal y tener muy avanzada la pacificación de vía Laietana antes de las elecciones de 2023. Esta transformación se puede traducir en votos en una parte del electorado favorable a este tipo de adaptaciones. La remodelación de la Rambla, en cambio, no entra en las prioridades municipales. La reforma no tiene asignada por ahora partida presupuestaria ni calendario.
AMICS DE LA RAMBLA YA DA POR HECHO EL RETRASO
El presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, cree que la reforma del paseo más internacional de Barcelona no se hará este mandato, que concluye en la primavera de 2023. Según ha podido saber Metrópoli hay documentos internos del Ayuntamiento que sitúan el inicio de obras ya en 2024. Villar también cree que Colau, como hizo Xavier Trias, se moverá por razones electorales. Según el presidente de Amics de la Rambla, si se empezara pronto, podría ser una ventaja. “Pero ellos ven más los riesgos que las ventajas electorales”. Trias, según el presidente de la entidad, no aprobó la reforma en 2015 por conveniencia electoral, y Colau seguiría ahora esa estela", dijo a Crónica Global hace unos días.
Según Amics de la Rambla, el gobierno municipal también se escuda en escollos administrativos para que la reforma no avance. Las negociaciones con Capitanía General sobre una zona de aparcamientos se prolonga desde hace meses. Villar cuenta que les dicen que faltan unos documentos. La entidad también se queja que ni siquiera el consistorio ha contestado a sus alegaciones. En octubre de 2020, Amics de la Rambla colgó, en un balcón sobre el Cafè de l'Òpera, un marcador que saca los colores al Ayuntamiento con los días de retraso que suma la reforma. Y ya son cerca de 2.000.
Lo cierto es que si la obra se deja para 2024, habrán pasado ocho años desde la aprobación del Plan especial de ordenación de la Rambla, que data de 2016. El dibujo de La Rambla, elaborado por el equipo Km 0, que dirigió la arquitecta Itziar González, también hace más de dos años que está terminado. "Si se produce ese retraso, el proyecto tendrá nueve años y se tendrá que revisar". "La propuesta se ideó en 2015 y era buena para ese momento. La revisión posterior solo innova en zonas verdes, pero no dice nada de vehículos compartidos o patinetes, porque cuando se pensó estas realidades no existían. La base del proyecto es buena, pero se tendrá que actualizar", opina el dirigente de Amics de la Rambla.
44,5 MILLONES DE EUROS COSTARÁ LA REFORMA
Metrópoli ha preguntado al Ayuntamiento de Barcelona por si el inicio de obras se hará antes de las elecciones o ya se deja para el próximo mandato. Las fuentes consultadas han remitido a este medio a las declaraciones que Sanz hizo en la comisión de Ecologia Urbana del pasado mes de marzo, en la que se aprobó el proyecto ejecutivo de la remodelación por valor de 44,5 millones de euros y en la que el gobierno municipal se llevó un varapalo de la oposición por el enorme retraso. En aquella comisión, Sanz no puso fecha a los trabajos. Y si siete meses después, la respuesta es la misma, parece que nada se ha avanzado. En la oposición tampoco saben nada y ven el proyecto "paradísimo". La aprobación del proyecto no implica que haya partida económica.
Fuentes cercanas al ejecutivo local ven como única posibilidad para que se haga una parte de los trabajos el próximo año es que se aprueben los presupuestos municipales de 2022. El visto bueno a las cuentas necesita del apoyo de la oposición. Justo ahora se deben empezar las negociaciones, pero parece difícil que, a un año y medio de los comicios, el resto de partidos del Ayuntamiento avalen de forma amplia las cuentas de Colau. La mirada de las formaciones políticas está puesta en mayo de 2023 y ERC, que ha sido la muleta de Colau durante dos años, ya ha empezado a marcar distancias con la alcaldesa y es poco probable que apoye el presupuesto anual.
UNA ARTERIA CERRADA A LOS COCHES PRIVADOS TRAS LA REFORMA
A grandes rasgos, el proyecto de la Rambla prevé construir tres grandes plazas a la altura del Teatre Principal, el Pla de l'Òs y el Palau Moja. Una vez terminada la reforma, la Rambla cerrará el tráfico a los coches privados. Solo podrán pasar los vecinos, los vehículos de servicios, el transporte público y las bicicletas. El paseo ganará, en algunos puntos, hasta 1,5 metros de ancho. La vía tendrá un único carril de circulación -es decir, uno de bajada y otro de subida- con una amplitud de 3,5 metros. Las tres plazas serán de plataforma única para mejorar la conexión entre los barrios del Raval y del Gòtic.
Mientras la reforma de la Rambla seguirá en los cajones municipales, en la transformación de vía Laietana parece que las máquinas empezarán a trabajar antes del próximo verano. En este caso, el retraso es de 13 años. El presupuesto para pacificar la calle, que une el paseo de Colom con la plaza de Urquinaona, ascenderá a los 33 millones. Los trabajos se prolongarán dos o tres años. La reforma se hará por fases y probablemente se empezará por el tramo norte, entre Urquinaona y Antoni Maura.
VETO AL VEHÍCULO PRIVADO DE SUBIDA EN VÍA LAIETANA
La propuesta pactada permitirá ampliar las aceras hasta los 4,05 metros y obligará los vehículos privados a bajar por vía Laietana a 30 kilómetros por hora. El carril estará situado en el centro, junto al que se habilitará para el transporte público y las bicicletas, también en sentido descendente. De subida, se vetará la circulación al vehículo privado. Solo los vecinos podrán usar el carril bus-taxi existente, así como aquellos ciudadanos que vayan a comprar por la zona -por ejemplo al mercado de Santa Caterina- y quieran hacer uso de los aparcamientos subterráneos.
CUATRO GRANDES ZONAS PARA PEATONES
La reforma prevé que, de bajada, los ciclistas compartan el carril con buses y taxis. De subida, el carril será exclusivo y pegado a la acera, pero tendrá el problema de que los vehículos de TMB podrán invadir la vía ciclista en las paradas. La solución planteada por el Ayuntamiento no gusta a los ciclistas.
La propuesta urbanística incorpora también cuatro grandes zonas, que corresponden a las cuatro grandes plazas de vía Laietana, donde se facilitará la conexión con los peatones. Uno de los cambios principales será la desaparición de la rotonda de Antoni Maura, a la altura del mercado de Santa Caterina y de la Catedral de Barcelona. En su lugar se construirá una gran plaza. También se renovará la plaza de Idrissa Diallo, junto al edificio de Correos, en la parte baja de vía Laietana.