El coste de la nueva comisaría de la Guardia Urbana del Raval se ha disparado hasta los 4,8 millones de euros, y el edificio no es de titularidad municipal. El nuevo equipamiento policial se estrenó la semana pasada. Se encuentra en la calle de Tàpies, 4, muy cerca de la Rambla.
El inmueble albergó antaño oficinas del Consell Comarcal del Barcelonès y es propiedad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Ayuntamiento y AMB han firmado un acuerdo para la cesión administrativa del inmueble por 15 años, a raíz de 246.300 euros anuales, en concepto de canon, lo que sitúa el importe a desembolsar en unos 3,6 millones.
LA REFORMA, 1,2 MILLONES
A estos 3,6 millones hay que sumar otros 1,2 millones que el Ayuntamiento ha gastado en la reforma del edificio, para adaptarlo a las funciones policiales, lo que eleva el gasto total en el inmueble a los citados 4,8 millones.
Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el secretario de Organización Eugenio Zambrano opina que con este gasto el Ayuntamiento hubiera podido construir una comisaría nueva. "Dentro de 15 años, el consistorio se tendrá que plantear de nuevo qué hace con los agentes en Ciutat Vella". El acuerdo contempla la posibilidad de que la cesión se renueve por 10 años más.
Las nuevas dependencias acogerán a 437 agentes -aunque tiene capacidad para 450- en un edificio de cinco plantas (más planta baja y subterráneo) con una superficie de 2.300 m2. En la planta baja se encuentran la recepción de la comisaría y dos salas de reuniones. La primera y la segunda planta están destinadas a funciones administrativas y armero. La tercera y la cuarta lo ocupan los vestuarios femeninos y masculinos. Y la quinta es para el office.
"UN PARCHE", SEGÚN ZAMBRANO
Según Zambrano, la comisaría de la calle Tàpies es un "parche", ya que no reúne las condiciones de una comisaría. "No se puede adaptar un edificio administrativo como sede policial", sostiene. El portavoz sindical denuncia algunas carencias como la falta de un parking para los coches de los policías, la falta de portones de seguridad "antivandálicas" y que se trata de una ubicación poco recomendable, "porque con dos contenedores a lado y lado de la calle, en unos altercados, la salida o entrada de los agentes puede quedar bloqueada".
El Ayuntamiento niega los problemas de seguridad que denuncia CSIF y asegura que tiene todas las "garantías" necesarias, subrayan las fuentes municipales consultadas. El consistorio añade que no se pronuncia sobre la falta de aparcamientos para los agentes.
Con la apertura del equipamiento policial de la calle de Tàpies, la Guardia Urbana contará con otras dos comisarías más en Ciutat Vella, en el paseo de Joan de Borbó de la Barceloneta (compartida con los Mossos d'Esquadra) y la de la Rambla, que seguirá en funcionamiento. En ella se establecerá un punto de atención para víctimas de violencia machista, mantendrá el servicio de recogida de denuncias y operará como sede del grupo de tráfico de personas de la policía local.