Esta semana, la Guardia Urbana de Barcelona estrena su nueva comisaría en la calle de Tàpies. Según confirman fuentes municipales a Metrópoli, el traslado de los casi 500 agentes empezará este miércoles, durará, aproximadamente, dos días. En dos semanas, el equipamiento policial estará plenamente operativo. Este nuevo proyecto, que ha costado más de 1,2 millones de euros, ha generado varios conflictos internos y desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) han explicado exhaustivamente todas las complicaciones de estas dependencias policiales. 

Desde el Ayuntamiento de Barcelona remarcan que esta comisaría es una oficina administrativa y que la recepción de denuncias se seguirá haciendo en el viejo edificio de la Rambla para no perder la centralidad. Pero que como cualquier comisaría estará abierta las 24 horas del día y si alguien tiene alguna urgencia, podrá acudir. "No afecta a la atención a las personas", explican desde el consistorio.

Ada Colau en la nueva comisaría de calle de les Tàpies / METRÓPOLI

LA COMISARÍA "NO CUMPLE CON LOS REQUISITOS"

Eugenio Zambrano, agente de la Guardia Urbana y delegado sindical del CSIF, asegura que esta nueva comisaría es un foco de problemas. "A nosotros, de manera oficial, no nos han avisado de qué día será el traslado", lamenta. Desde el sindicato subrayan que la comisaría se ha hecho en un edificio administrativo y que, por lo tanto, "no cumple con los requisitos que una comisaría debería tener".

"LUGAR POLICIALMENTE NO ADECUADO"

"Está ubicado en un lugar que, policialmente, no es adecuado", explica el delegado sindical de la Guardia Urbana. Zambrano asegura que hay muchos problemas para estacionar los vehículos de patrullaje y que se tendrán que aparcar en un párquing público que hay justo detrás de la comisaría.

La calle de les Tàpies es muy estrecha y eso podría comportar problemas. "Si ponen contenedores, nos bloquean las salidas. Y el Ayuntamiento no lo ha tenido en cuenta. Desde CSIF les ofrecimos la posibilidad de construir la comisaría en otro terreno, pero ignoraron nuestras peticiones", explican fuentes sindicales. CSIF propuso ubicar el equipamiento policial de Ciutat Vella en el solar de los antiguos juzgados del paseo de Lluís Companys.

Presentación de la nueva comisaría de la Guardia Urbana de Barcelona / METRÓPOLI

PROBLEMAS DE ESTACIONAMIENTO

Otro gran problema que ven desde el sindicato es que no hay un lugar reservado para los vehículos privados de los funcionarios: "Estamos en nivel 4 de amenaza terrorista. Los espacios de estacionamiento tienen que estar vigilados con cámaras y con personal uniformado, pero el Ayuntamiento nos dice que nos busquemos la vida".

Esto supone un gran conflicto para la seguridad de los agentes por varios motivos. El primero es por los posibles destrozos que pueden sufrir los coches de los policías. Hay delincuentes que "se la tienen jurada" y que están pendientes de sus movimientos. Jordi Rodríguez Lima, del Sindicato Independiente de la Policía Local (SIP-FEPOL), concuerda con sus compañeros de CSIF. De hecho, en la comisaria de la Rambla, donde sí que hay espacio para que los agentes estacionen sus vehículos privados en zonas vigiladas, han habido varios destrozos. "Imagínate si tenemos que aparcar los vehículos en zonas sin vigilancia", lamentan los sindicatos.

En rueda de prensa celebrada este martes, Pedro Velázquez, máximo responsable de la Guardia Urbana de Barcelona, ha confirmado a Metrópoli que no hay estacionamiento para los coches privados de los agentes: "Hay otras posibilidades para aparcar y la tendencia es utilizar el transporte público".

 Desde SIP-FEPOL, hace años que están pidiendo que el diseño y construcción de comisarías de la Guardia Urbana sean parecidas a las de los Mossos d'Esquadra y que tengan en cuenta las necesidades funcionales y policiales.

Albert Batlle en la presentación de las nuevas dependencias policiales del Raval / METRÓPOLI

SIN TRANSPORTE PARA VOLVER A CASA

"Si los agentes no pueden ir en coche por miedo a su propia integridad, se ven obligados a coger el transporte público y aquí radica otro problema: muchos de los policías vienen de fuera de Barcelona y, dependiendo de que turno, no tienen transporte público para volver a casa", lamentan desde CSIF. Zambrano explica que, con las dificultades de esta nueva comisaría, son muchos los agentes veteranos que van a pedir un traslado y que, a fin de cuentas, quien va a salir más perjudicado será el ciudadano, que cada vez tendrá menos policías con tantos años de experiencia en Ciutat Vella.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona no han querido hacer declaraciones en torno a la problemática del estacionamiento de vehículos privados de los agentes. Para los policías, tener donde aparcar el coche, no es un privilegio, sino una manera de garantizar su seguridad y así proteger la de los barceloneses, que cada vez se sienten más inseguros, sobre todo en Ciutat Vella.

"CIUTAT VELLA ES UN DISTRITO SEGURO"

No obstante, Jordi Rabassa, regidor de Ciutat Vella, ha remarcado que "Ciutat Vella es un distrito seguro" y que así lo corroboran los datos, que demuestran una bajada del 22% de los hechos delictivos, sobre todo en hurtos y robos. Lo que no se plasma en estas estadísticas es el aumento de otro tipo de delitos mucho más graves, como son las agresiones sexuales, que han subido un 31% respecto a hace tres años. Los abusos sexuales también han aumentado un 11% y la sensación que tiene la ciudadanía de Ciutat Vella es de total inseguridad y desprotección.

De hecho, hace unas semanas grupos de vecinos se manifestaron para visibilizar los problemas de seguridad del Raval. A pesar del aumento del 20% de efectivos policiales y de los datos, supuestamente positivos, la sensación que tienen los residentes es que están peor que nunca. Tienen miedo de salir a la calle y se sienten completamente abandonados por las instituciones, que siguen diciendo que "es un barrio seguro". "Ciutat Vella es un distrito complejo, pero cuanto más complejo, más oportunidades. Quien entiende la complejidad como algo negativo, tiene un problema", dice Rabassa.

Jordi Martí Galbis, portavoz de Junts per Catalunya (JxCAT) en el Ayuntamiento, concuerda con las quejas de los vecinos del distrito: "Ciutat Vella no es un lugar seguro", lamenta a Metrópoli. Martí Galbis ha aprovechado la ocasión para remarcar la apertura de esta nueva comisaría es un hecho muy positivo y que hace años que lo estaban pidiendo.

La nueva comisaría de la Guardia Urbana por dentro / METRÓPOLI

"HAN INVERTIDO POCO PRESUPUESTO"

Por otra parte, tanto desde el SIP-FEPOL como desde el CSIF, aseguran que el edificio nuevo tiene muchas deficiencias. "Han invertido poco presupuesto y han intentado abaratar costes. La comisaría de la calle de les Tàpies tiene problemas de todo tipo como, por ejemplo, la distribución de los baños y los vestuarios. En cualquier momento, habrá una rotura o una caída de paredes", lamenta Rodríguez.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, aseguran que el edificio está adecuado para la función policial y que, si no, no se podría haber construido. No obstante, desde el SIP-FEPOL, explican que hace años que están advirtiendo de los problemas funcionales que tendrá esta comisaría, pero "los han ignorado": "El Ayuntamiento solo nos hace caso cuando denunciamos. Es un desgaste muy grande, hacen las cosas mal y luego lo tienen que volver a rehacer por no habernos escuchado". 

"COLAU NO APUESTA POR LA SEGURIDAD"

Rodríguez hace más de 37 años que trabaja en la Guardia Urbana de Barcelona y, en casi cuatro décadas, no ha visto nunca nada igual: "Colau es la alcaldesa que menos ha invertido en seguridad y la que más problemas nos está generando, porque no apuesta por la seguridad de los ciudadanos". El portavoz de SIP-FEPOL concluye que la construcción de una nueva comisaría era algo más que necesario, pero que la solución que ha dado el Ayuntamiento a este nuevo edificio no es la correcta.

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