La esperada reforma de la Rambla de Barcelona que la hará más confortable, verde, cultural y con más espacio para el peatón ya ha comenzado y finalizará en 2027. La iniciativa tiene tres fases: en la primera, se trabajará durante 10 meses en el lado Besòs, en la segunda 10 meses más en el lado Llobregat y, en la última, otros 12 meses en la calzada central. Ahora, el proyecto de remodelación se encuentra en su primera fase donde se modificará el trazado de la avenida de las Drassanes para alargar la vía y abrirla al mar. En esta zona se plantarán árboles, se renovará el alumbrado y se hará pasar la avenida más cerca del Museo Marítimo, cambiando su recorrido.
SIN ASFALTO
Las imágenes que ofrecen una primera visión de como lucirá la Rambla una vez finalicen las obras muestran como el asfalto no tendrá presencia en este proyecto. Los carriles de circulación se diferenciarán a través de diferentes patrones de granito, pórfido y piedra natural, lo que otorgará a la avenida un aspecto renovado y más uniforme.
El proyecto de la nueva Rambla incluye una mayor presencia de árboles y bancos, respondiendo así a una de las demandas más solicitadas por los residentes. Una queja habitual de los vecinos es que en la emblemática vía no encontraban lugares para poder disfrutar de la Rambla entre turistas y terrazas, provocando así que los propios barceloneses no la sintieran como propia.
TRES PLAZAS
Además, la nueva Rambla será muy particular porque tres cruces se convertirán en espacios que valorarán el patrimonio arquitectónico y el contexto urbano: el Moja-Betlem, el Pla de la Boqueria y el Pla del Teatre, que serán como una plaza que se configurará de una manera diferente, con una plataforma única, para dar respuesta a la morfología del espacio.
NUEVO CALENDARIO Y AFECTACIONES
Durante las obras, la Rambla únicamente tendrá un sentido de la circulación de vehículos, lo que va desde Colón hasta la plaza de Catalunya –sentido montaña–, y no habrá circulación en sentido mar. Los primeros 10 meses se afectará a la calzada lateral Besòs, y durante esta fase los vehículos circularán, en sentido plaza Catalunya, por la calzada donde actualmente se baja hasta Colón. Los 10 meses siguientes se trabajará en la calzada lateral Llobregat, y los vehículos irán por la calzada de subida que habrá quedado terminada en la fase anterior.
En los últimos 12 meses de trabajo se reformará el paseo central por tramos alternos para garantizar el paso de peatones, mientras que los tramos laterales ya estarán finalizados y se podrá recuperar los dos sentidos de la circulación. El acceso a las viviendas, comercios, parkings, espacios culturales como teatros y museos y el paso de servicios y emergencias quedará totalmente garantizado y la carga y descarga quedará restringida a los espacios habilitados a tal fin. A consecuencia de ello, habrá afectaciones en las líneas de bus que circulan actualmente por la Rambla y, llegado el momento, se informará adecuadamente de los itinerarios y propuestas de transporte alternativos.
"ACTUACIÓN MÁS AMBICIOSA DEL MANDATO"
Collboni ha asegurado que es la "actuación más ambiciosa del mandato" y que es fruto de un proyecto en el que el diálogo y el consenso han sido "claves". "No nos podemos permitir seis años de obras en el paseo más emblemático de la ciudad", ha dicho.
En la misma línea ha opinado Fermín Villar, el presidente de Amics de la Rambla. Desde la asociación de vecinos confían en la palabra de Collboni y celebran que el primer anuncio "de peso" del mandato recaiga sobre Ciutat Vella, porque es un distrito "muy simbólico". Para Villar, muchas de las realidades del distrito nacen en la Rambla, por lo que si se quiere modificar la ciudad, "se debe empezar por Ciutat Vella y, en concreto, por atender las necesidades del paseo".
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