Los delincuentes argelinos siembran el terror en Ciutat Vella: más agresividad y menos miedo
La comunidad marroquí se siente amenazada por los ciudadanos del país fronterizo y han pedido protección policial por la inseguridad en las calles de Barcelona
7 enero, 2024 23:10Noticias relacionadas
Temor entre la comunidad marroquí de Barcelona ante sus vecinos fronterizos: los delincuentes argelinos. Tal y como han confirmado fuentes policiales a Metrópoli, los ciudadanos marroquís asentados en la capital catalana, especialmente aquellos que residen y tienen negocios en el distrito de Ciutat Vella, han pedido protección policial a la Guardia Urbana por miedo a los ataques del grupo.
Es habitual ver a través de las redes sociales violentas escenas de robos a plena luz del día por la zona o enfrentamientos entre bandas rivales que intentan tener el control de las calles. Lo cierto es que esta problemática se instauró hace años en barrios como El Raval o La Barceloneta, pero, como en toda riña, siempre hay un grupo más fuerte que predomina respecto a los otros y en este caso es el formado por la comunidad argelina.
“HACERSE” CON LA CALLE
Una gran cantidad de nacionalidades se mezclan en el centro de Barcelona. Desde italianos hasta argentinos, dominicanos, marroquís o pakistanís. La presencia de diferentes culturas no supondría un problema de no ser por las rivalidades que nacen por la tendencia a determinadas actividades ilícitas.
“Hacer la calle” no es una tarea sencilla. Para las bandas organizadas que necesitan adueñarse del territorio y desarrollar sus ilegales negocios es primordial imponerse. ¿Cómo? Con más gente, más armas y más violencia. Todas las fuentes policiales consultadas al respecto han coincidido en la misma afirmación: la comunidad argelina es de las más peligrosas. “Son muchos más agresivos y tienen menos miedo porque, en general, están mejor pagados”, detallan a este medio. Un incentivo, el del dinero, que les hace actuar sin temor a las consecuencias: “Les da igual pisar la cárcel porque están respaldados por la organización que los contrató”, aseguran las fuentes.
FUERTES RIVALIDADES
Lo último que ha llegado a manos de este medio es que la comunidad argelina se estaría intentando adueñar del negocio de la marihuana en El Raval. Sin embargo, desde la policía no lo ven tan claro: “La autoría o el manejo de según qué actividades va por épocas”, dicen. “Es verdad que, por ejemplo, la heroína es tema de pakistaníes, pero en general cada grupo intenta de vez en cuando hacerse con algo distinto”. Citan el caso de un grupo de dominicanos que hace unos meses trató de conseguir el monopolio de los narcopisos. Una jugada que no les salió bien: la presión policial les hizo moverse a otras zonas como el Poble-Sec o L’Hospitalet de Llobregat.
“Cada uno tiene su estilo y hay algunos más ruidosos que otros, pero de toda la vida ha sido así”, relatan las fuentes preguntadas por el tema. Debido a esta apropiación, la del business, es cada vez más habitual ver a varios grupos enfrentándose “a machete limpio” en mitad de la calle. “Entre ellos se arreglan”, añaden.
“O TE UNES O ENGROSAS FILAS”
Como en cualquier guerra, quien gana es siempre el más fuerte. “Puede ser que el jefe de los argelinos haya invertido más en personal y por eso no tengan miedo”, compara la policía. “Están bien pagados y se atreven a hacerlo públicamente, más a la cara. Llevan armas y son más agresivos con las bandas rivales”. ¿Solución? Unirse o intentar engrosar las filas. “Si no lo haces, te comen el terreno y se hacen con lo que es tuyo, con la calle que previamente tú llevas años haciendo”, explican.
El factor edad podría ser, también, determinante. “No son chavales menores o de 20 años. Suelen ser hombres más curtidos que vienen aprendidos”, añaden.
CONTROLAR LA CALLE, ALGO DEMASIADO “ROTUNDO”
Las fuentes policiales consultadas no creen que el barrio del Raval esté tomado por ningún grupo en concreto. “Es muy rotundo decir que los argelinos han tomado el control de la zona”, niegan. Dudan que el Raval pueda llegar a estar controlado algún día por un grupo en concreto. “Eso no quita”, dicen, “que siga habiendo robos violentos y agresiones sexuales cada noche en cada barrio de Ciutat Vella”.
CONFLICTOS
Los vecinos del Raval Sud todavía recuerdan cómo los Mossos d’Esquadra intervinieron hace dos meses cuatro pisos del número 7 de la calle Sant Bertran: “Eran argelinos y tenían de todo. Vendían móviles, maletas que luego te encontrabas abandonadas en el contenedor…”, explican a Metrópoli los residentes. El edificio está actualmente tapiado y el ambiente, “más tranquilo”, pero los jaleos no cesan.
El último incidente entre grupos rivales tuvo lugar lejos del Raval, concretamente en los calabozos de la Ciutat de la Justícia. El pasado 26 de noviembre de 2023, argelinos y marroquís se enzarzaron a golpes en las celdas de la sala de custodia, aprovechando la falta de efectivos policiales y vigilantes. ¿El origen? Ya venía de la calle.