Okupan el piso de Carol, la apreciada vecina del Raval que murió atropellada por un camión
Unos vecinos conflictivos de la fallecida se han hecho con el inmueble, de protección oficial, y se han adueñado de sus posesiones
28 marzo, 2024 23:30Indignación en la calle de Om en el Raval de Barcelona. Okupan el piso de Carol, la lotera que murió el pasado febrero atropellada por un camión y que cuidaba a la colonia de gatos callejeros del puerto. Quienes han entrado en el piso se han quedado con los muebles y las posesiones de la difunta, incluyendo todo lo relacionado con el cuidado de los felinos, ante la atónita mirada de los vecinos.
Según han relatado a Metrópoli, el piso de la vecina, ubicado en el cuarto novena de la calle de Om número 3, es de protección oficial, propiedad del Institut Municipal de l'Habitatge de Barcelona (IMHAB). Aunque ya se ha activado la mediación por parte del Ayuntamiento, se muestran escépticos con el resultado.
"Fue un golpe relámpago, nos dimos cuenta de milagro", explican. Y es que los okupas vivían en el mismo edificio, en el cuarto octavo, pared con pared con la casa de Carol. "Nadie oyó cómo reventaban la cerradura de la puerta y, en un visto y no visto, la habían cambiado", desgranan. Los vecinos se enteraron por el ruido que hicieron, de noche, en las zonas comunes mientras transportaban cosas de un piso a otro.
El calvario tras la muerte de Carol
Estrella --con un nombre anónimo-- era amiga de Carol y ha relatado a este digital el calvario que está viviendo tras su fallecimiento: "El trauma que tengo es doble: perderla a ella y que hayan okupado su piso. Es una falta de respeto enorme. No hay derecho", lamenta. La mujer jamás se podía llegar a imaginar que alguien vería en la muerte de su vecina la oportunidad de "vivir del cuento", quitando el derecho a la vivienda a las personas que más lo necesitan y que tantos años llevan en lista de espera.
Los responsables de la okupación lo tenían todo planificado. Tal como relatan las fuentes vecinales, la mujer que ha okupado el piso es la hija del vecino del cuarto octavo. Carol tenía varios gatos y aves en casa. Cuando murió, sacaron las mascotas del hogar, pero aún quedaban todos los muebles y objetos de la Asociación Barcelona Gat i Gos (BGiG), que era la entidad con la que colaboraba. "Esta organización tuvo un problema con la furgoneta y se retrasaron unos cuatro días. Fue en esa franja de tiempo cuando aprovecharon para okupar el piso. Estaban perfectamente coordinados y actuaron muy rápido", dicen los residentes de la calle de Om.
Okupas 'peligrosos y conflictivos'
"Evidentemente, llamamos a la policía, pero, cuando llegaron, se encontraron con el piso ya okupado, la cerradura cambiada y argumentaron que los muebles, que eran de la difunta, eran suyos. Se sabían todos los trucos para evitar el desalojo exprés", añaden.
La respuesta, además, no se hizo esperar. En tono agresivo, uno de los implicados en la okupación ha estado persiguiendo a los otros vecinos para averiguar quién llamó a la policía y al Ayuntamiento para denunciar el caso, lo que ha generado más miedo, por lo que prefieren el anonimato. Los residentes se sienten "impotentes y "desencantados". "Han creado un problema vecinal porque los conocemos desde hace mucho tiempo y nadie se atreve a hablarlo a cara descubierta porque tienen miedo. Son peligrosos y conflictivos", aseguran.
Una calle conflictiva
Otro problema, añaden, es que el inmueble okupado es un piso social. "No hablamos de un piso de un banco o de un fondo de inversión que permanece años vacío, es vivienda pública, con miles de personas esperando su turno para tener una oportunidad. Esta gente ha venido y se ha adelantado ante la pasividad del consistorio. ¿Y ahora qué?, ¿Unos años de mediación para que les ofrezcan quedarse el piso pagando el alquiler social mientras las colas siguen creciendo?", afean.
Pero este no es el único problema que afecta a la vía, una de las más problemáticas de la ciudad. A escasos metros, en los números 9 y 15, varios grupos criminales han okupado inmuebles sociales, convirtiéndolos en narcopisos e instaurando un régimen del terror entre la comunidad. Tal y como ya avanzó este medio, las amenazas y la intimidación a los vecinos están a la orden del día.
Una guardería y una comisaría muy cerca
En la misma línea, la presencia de traficantes implica que las zonas comunes se han llenado de compradores y camellos que se dedican al menudeo. Los vecinos se sienten impotentes, porque en la esquina de la calle de Om se encuentra la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Ciutat Vella y no entienden que "siendo plenamente consciente de la cantidad de delitos que se producen en los pisos, no hagan nada". Por si los hechos no fueran lo suficientemente graves, en el mismo recinto de los pisos de protección oficial hay una guardería municipal. En una misma zona convergen okupas, narcopisos y niños de muy corta edad.
El legado de Carol
Los hechos no solo han comprometido la propiedad municipal, sino también el legado de la difunta Carol. "Se han quedado todo: los muebles, sus posesiones, todo lo que tenía para cuidar a los gatos del puerto... Imaginamos que o se lo quedarán o lo tirarán a la basura (...)".
Carol hacía todos los días su ruta. Salía por la mañana desde su casa hasta el puerto y recorría toda la zona en bici, vendiendo billetes de la lotería. Con ella llevaba, además de los boletos, comida y lo necesario para el cuidado de los gatos callejeros. Siempre le acompañaba una cámara con la que practicar su pasión, la fotografía. Día a día, iba inmortalizando a los felinos hasta que, el pasado 21 de febrero, cayó de la bici con tan mala suerte que no pudo esquivar el camión que la arroyó, terminando con su vida.
Un homenaje a la vecina del Raval
La comunidad de vecinos y amigos le rindió un homenaje frente a su casa al conocer la trágica noticia. Precisamente una de las personas que asistió a la ceremonia ha sido quien, días más tarde, okupó el inmueble, algo que ha causado gran indignación entre los afectados, que siguen sin dar crédito a que "un hombre que conocen de toda la vida" haya sido capaz de entrar en el piso de la difunta.
Preguntados por Metrópoli, desde el Ayuntamiento detallan que la vivienda de Carol "no se ha vuelto a adjudicar a nadie a la espera de vivienda social". Asimismo, en casos de ocupación irregular, el IMHAB "impulsa los procesos administrativos o judiciales pertinentes en cada caso para recuperar su posesión y adjudicarla a familias en situación de necesidad".
Metrópoli se ha puesto en contacto con los responsables de la okupación, pero al cierre de esta edición no ha obtenido respuesta.