
Caras esculpidas en piedra en el casco antiguo de Barcelona
Confirmado: este es el secreto arquitectónico mejor guardado del barrio del Born en Barcelona
Una ruta por las Carassas del Born desvela la faceta más insólita –y humana– de la Barcelona del siglo XVII
El negocio del Born que conserva el 'alma de mercado' que tuvo el barrio en el S.XX: ahora es una tienda de 'espardenyes'
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Entre galerías de arte, tiendas vintage y cafeterías de diseño, el Born guarda un secreto a plena vista.
Basta levantar la vista para encontrarse con unas misteriosas caras talladas en piedra, ocultas entre balcones y fachadas antiguas.

Una Carassa del Born de Barcelona
Son las Carassas del Born, un vestigio del siglo XVII que revela una parte poco conocida –y bastante explícita– de la historia de Barcelona.
Carassas: símbolos de una ciudad sin palabras
En una época en la que la mayoría de la población era analfabeta, la ciudad hablaba a través de símbolos. Las Carassas son eso: un sistema de señalización visual pensado para quienes no sabían leer, pero sí interpretar gestos.
Estas esculturas, con expresiones que van desde la mueca pícara hasta la media sonrisa enigmática, indicaban la presencia de prostíbulos en las estrechas calles del Born, sin necesidad de rótulos ni palabras.

Mercado del Born
Eran parte del paisaje urbano y también de su funcionalidad: un lenguaje secreto al alcance de quienes sabían dónde mirar.
Prostitución y discreción: una ecuación urbana
Lejos de lo que podríamos imaginar, la prostitución en la Barcelona del siglo XVII era legal, aunque no precisamente bien vista. El equilibrio entre regulación y discreción marcaba su presencia en el espacio público.
En este contexto, las Carassas ofrecían una solución elegante: identificar burdeles sin escandalizar a vecinos, religiosos o autoridades.
Y lo hacían desde la altura de las fachadas, mimetizadas entre las piedras del Born.
La Carassa de la calle Mirallers: cuando la arquitectura guiaba al deseo
En la esquina de Calle Mirallers con Vigatans, una de las Carassas más conocidas sigue vigilando el paso del tiempo. Su expresión –una mezcla de placer y bienvenida– no deja demasiado margen a la interpretación.

Caras esculpidas en piedra en el casco antiguo de Barcelona
Esta figura esculpida no solo servía para señalar un burdel: refleja la cotidianidad de una ciudad portuaria, con un flujo constante de soldados, marineros y viajeros que necesitaban orientación en un territorio desconocido.
¿Cómo encontrar un prostíbulo sin preguntar? Siguiendo el rostro de piedra.
Calle de les Panses: el enigma tallado
Mucho menos evidente, aunque más intrigante, es la Carassa de la calle de les Panses.
Apenas media cara, esculpida en lo alto de un edificio. Su ubicación y diseño parecen tener un objetivo claro: solo los que realmente sabían lo que buscaban podían entender su mensaje.

Una de las Carassas del Born
Un guiño visual que exige atención y contexto, propio de una ciudad que toleraba la prostitución, pero sin ostentación.
Papamosques: humor, marginalidad y dicho popular
En la confluencia de calle de les Mosques y Flassaders, otra Carassa casi pasa desapercibida. Es pequeña, discreta, y, sin embargo, fue testigo del bullicioso ambiente de una de las zonas más populares del antiguo mercado de Santa Caterina.
Se dice que su nombre popular, Papamosques, hace referencia a su expresión abierta, como quien “caza moscas”.

Caras esculpidas en piedra en el casco antiguo de Barcelona
Esta zona inspiró incluso un dicho popular: “al carrer de les Mosques fan funció a les fosques” (en la calle de las Moscas hacen función a oscuras), en alusión al ambiente clandestino de la actividad.
¿Te gustaría seguir esta ruta?
Apunta estos puntos clave en tu paseo por el Born:
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Calle Mirallers, 6 (esquina Vigatans)
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Calle de les Panses, a la altura del nº 2
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Calle de les Mosques con Flassaders
Descubre tú mismo el secreto arquitectónico mejor guardado del Born. Porque Barcelona no solo se camina: también se interpreta.