Rosalía con las trabajadoras de la bodega 'La Palma'
La bodega del barrio Gòtic donde ha cenado Rosalía: abierta desde 1935 y menú de mediodía
La cantante ha visitado 'La Palma', un restaurante histórico abierto en la calle de la Palma de Sant Just, que mantiene la tradición del vermut y la cocina barcelonesa
La cantante Rosalía ha vuelto a dejar huella en la escena gastronómica de Barcelona con una visita a una bodega tradicional en el corazón del Barrio Gótico.
Un local con más de 80 años de historia que convierte la cultura del vermut y la cocina de siempre en protagonistas.
Bodega histórica
El establecimiento elegido por la artista fue Bodega La Palma, situado en el número 7 de la calle de la Palma de Sant Just, un espacio abierto desde 1935 que mantiene gran parte de su carácter original, con barriles, techos altos y vigas de madera que recuerdan a los antiguos ultramarinos donde se vendía vino a granel y productos básicos.
La presencia de Rosalía sorprendió a clientes y trabajadores del local, que celebraron el momento en redes sociales con una foto de la cantante en el interior del local.
Un lugar auténtico
Más allá del impacto mediático, la elección de La Palma resalta la apuesta por lugares auténticos y con historia que aún resisten en el centro histórico de Barcelona, en un contexto donde muchos negocios tradicionales han sufrido la presión del turismo y los cambios urbanos.
La bodega, que combina una carta de vinos y cavas con platos clásicos de la gastronomía local, es un ejemplo de cómo ciertos establecimientos han logrado mantener su identidad a lo largo de décadas sin renunciar a su esencia de barrio.
Patrimonio culinario
La ruta de la cantante no se limitó a lo tradicional: también pasó por espacios más contemporáneos de la ciudad, lo que refleja una mezcla entre patrimonio culinario y nuevas tendencias urbanas en la gastronomía barcelonesa.
Esta visita se suma al interés continuo de Rosalía por situar a Barcelona en el mapa global no solo por su música, sino también por su escena cultural y culinaria, reforzando la imagen de la ciudad como un cruce vibrante entre historia y modernidad.