Zapatillas y alpargatas de La Casa de les Sabatilles / METRÓPOLI

Zapatillas y alpargatas de La Casa de les Sabatilles / METRÓPOLI

Ciutat vella

La zapatería más histórica del centro de Barcelona cierra sus puertas para siempre pese a sus esfuerzos: gran liquidación

Su mudanza al programa municipal “Amunt Persianes” en Sant Pere més Alt no logró salvar el comercio

Cierra uno de los restaurantes más famosos de Badalona por el alquiler: "Ha sido muy duro decidirlo"

Leer en Catalán
Publicada

Noticias relacionadas

La histórica Casa de les Sabatilles, fundada en 1950 y ubicada en pleno Gòtic, ha anunciado su cierre definitivo y está liquidando todo su género en rebajas de entre el 30 % y el 60 %.

El negocio, que sobrevivió hasta el verano de 2022 tras trasladarse desde su local original, ya no ha resistido la presión inmobiliaria, el abandono de la clientela y las circunstancias personales de su propietario.

Ubicada inicialmente en la Baixada de la Llibreteria, entre Via Laietana y la plaza de Sant Jaume, esta tienda vendía zapatillas, pantuflas y alpargatas tradicionales durante más de siete décadas.

En 2022, fue desalojada tras perder una batalla legal contra el nuevo propietario del edificio, que ejerció derecho de desahucio pese a que la familia Iglesias mantenía cláusulas que les permitían continuar en el negocio.

Traslados fallidos y reapertura sin éxito

Buscando salvar el proyecto familiar, el empresario Joan Carles Iglesias reabrió la tienda en una ubicación más discreta en la calle de la Freneria, muy cercana al original, pero sufrió una drástica caída de ventas y con ello las pérdidas se sucedieron en menos de un año.

Fachada de La Casa de les Sabatilles / M.A.

Fachada de La Casa de les Sabatilles / M.A.

En agosto de 2023, el Ayuntamiento le ofreció un local con alquiler protegido dentro del programa Amunt Persianes en Sant Pere més Alt, barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera.

Iglesias reabrió con el rótulo original y con el mismo equipo humano de siempre. Sin embargo, el local presentaba serias limitaciones: un escaparate diminuto que él mismo había advertido al consistorio y escasa afluencia turística.

El resultado fue mantener el negocio sin beneficios durante dos años, una situación insostenible que, tras el fallecimiento de su mujer a principios de este año —quien coordinaba la elección y compra del género— precipitó el cierre definitivo.

Fin de un proyecto familiar

Iglesias aconseja a sus clientes que visiten la tienda en las próximas dos semanas para aprovechar las descuentos del 30 % al 60 % o continúen la liquidación vía web.

Reconoce que hacía tiempo que no adquiría nuevos productos, pues el enfoque ya estaba puesto en una jubilación tranquila tras años de lucha en un barrio cada vez más ocupado por tiendas enfocadas al turismo.

La Casa de les Sabatilles en el barrio Gòtic, con una tienda de souvenirs al lado / METRÓPOLI

La Casa de les Sabatilles en el barrio Gòtic, con una tienda de souvenirs al lado / METRÓPOLI

Este cierre simboliza el ocaso de uno de los últimos comercios tradicionales del Gòtic, donde las tiendas antiguas están desapareciendo a favor de franquicias, locales para visitantes internacionales y cafeterías de diseño.

Gentrificación y pérdida de patrimonio comercial

Los propietarios originales habían logrado que la tienda estuviera catalogada como comercio emblemático, lo que legalmente obligaba a conservar su escaparate, rótulo, suelo y estanterías de los años 50 si había un nuevo inquilino. Sin embargo, esta protección no se respetó cuando el edificio fue reformado para acoger otro negocio comercial orientado al turismo, denuncia la familia.

Durante décadas, la familia Iglesias resistió una presión inmobiliaria que se intensificó a partir de 2002, cuando un inversor adquirió el edificio por debajo del coste real, evadiendo los derechos de tanteo y retracto de la familia. La justicia acabó fallando a favor del nuevo propietario, consumando así el desalojo en 2022 tras años de litigios.

Aunque otros intentos de reubicación podrían haber tenido algo de éxito en condiciones diferentes, el modelo comercial del Gòtic ha cambiado radicalmente: ya no es rentable abrir un negocio con carácter tradicional fuera de las calles más transitadas.