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Dice el refrán que o renovarse o perecer. Y la popular Rambla de Barcelona (conocida por la sapiencia popular como Ramblas de las Flores) es el vivo ejemplo de que ello será así en breve: la concurrida vía tendrá nuevos quioscos de flores en un plazo máximo de 5 meses.

Así se determina en un contrato que el consistorio barcelonés acaba de firmar con la empresa Microarquitectura el pasado 2 de octubre.

Costarán un total de 382.657 euros y serán todos idénticos. Se instalarán ocho construcciones (en el contrato se especifica que son “ocho quioscos de flores”) a lo largo del paseo, O sea, salen a algo más de 47.800 euros por construcción.

Las obras de la Rambla en una imagen de archivo Òscar Gil Coy Barcelona

Una seña de ciudad

“Las floristas han sido, sin duda, una parte fundamental de la historia de la Rambla y de la ciudad. A partir de muchas fotografías que han llegado hasta nuestros días, podemos ver que, tradicionalmente, las paradas de flores habían consistido en mesas a diferentes niveles.

"Primero estaban hechas con caballetes y tablones de madera, que en algunos puntos de venta se fueron sustituyendo por expositores hechos de materiales nobles y de diseño refinado”, cuenta el consistorio en un informe que justifica el contrato.

Habla del colorido que aportaban los parasoles de las paradas antiguas pero destaca que las paradas removibles “obligaban a las floristas a pasar largas jornadas bajo las inclemencias del tiempo".

Además, el estudio afea la obligación de montar y desmontar la parada al inicio y final de la jornada y a dejar todo el material en almacenes ubicados en calles próximas.

Desde el siglo XIII

“Se conoce que en la Rambla había floristas ambulantes desde el siglo XIII, pero no fue hasta 1853 en que se establecieron las primeras paradas fijas. Desde entonces, los quioscos de floristas se han ido repensando y reconfigurando para adaptarse a los nuevos tiempos y a la evolución de la ciudad", recoge el documento.

Ahora, ha llegado el momento de evolucionar y adaptar los quioscos al siglo XXI. “Nos encontramos con una inaplazable necesidad de cambio que viene acompañada de una transformación de la propia Rambla, una vía que también ha tenido la capacidad de adaptarse en forma y funcionamiento a lo largo de los siglos”, razona el consistorio.

Destacan que el diseño de los elementos urbanos se han caracterizado por la sobriedad compositiva, la agrupación sistematizada y la función unificadora de soluciones comunes.

Personas caminan por delante los icónicos quioscos de las ramblas PABLO MIRANZO (MA)

Más funcionales

¿Porqué se cambian ahora? Según el Ayuntamiento, “el sistema constructivo de los actuales quioscos no permite los movimientos que requiere la obra de reurbanización en curso y por eso se propone renovarlos y mejorarlos”.

O, dicho de otro modo, hay que dotarlos de la máxima funcionalidad, la máxima transparencia, buena sintonía con el paisaje de la Barcelona reurbanizada y la facilidad de mantenimiento, junto con un alto componente antivandálico del conjunto.

En palabras de las cláusulas del contrato, han de tener “coherencia de estilo, materiales, cromatismo etcétera con el resto de elementos urbanos de La Rambla para dar una visión unitaria del conjunto”.

Ubicación temporal

Mientras se reurbaniza la Rambla, los quioscos se ubicarán temporalmente en la plaza de Catalunya, para poder trasladarlos a su lugar definitivo una vez se haya acabado de remodelar la vía.

Hay una preocupación que quieren dejar patente los responsables municipales: hay que dar más espacio al viandante.

Cuando se cierren no podrá sobresalir nada de su perímetro. Pero se limita “la superficie máxima de ocupación del dominio público con toldos y productos de venta para evitar una apropiación indebida del espacio de paso de los viandantes”.

Así, además de las dimensiones máximas de los chiringuitos, se podrán poner toldos para protección solar (con lona microperforada e ignífuga) de 1,10 metros con una largura máxima de 8,60 metros, un espacio que será marcado en el pavimento. Distarán 60 centímetros de la calzada y deberán permitir la visión del interior.

Obras de la Rambla SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Las medidas

Los nuevos quioscos serán de 4,40 metros por 2,80 metros y con una altura de 2,70 metros. Llevarán cristales blindados en forma de vidrio laminar de cinco milímetros y cinco milímetros sin costuras, es decir, de una sola pieza de arriba abajo (y a prueba de impactos, incluso de vehículos, de vandalismo, de pintadas, de golpes, de ralladuras, de agentes atmosféricos y de contaminación).

La estructura será de acero galvanizado y no tendrán esquinas cortantes, sino redondeadas. Y deberán ser fácilmente transportables de un lugar a otro, ya que, aunque van anclados, no serán fijos.

Tres tipologías de parada

Todos deberán ser iguales y de un color cromático que no desentone con el paisaje urbano.

De hecho, aunque su apariencia exterior es igual, sus funcionalidades pueden variar, puesto que hay tres tipologías de parada: tres de ellas estarán preparadas para la venta de semillas; otras tres, para la venta de flores naturales con expositor tipo carro móvil; y dos serán para venta de flor natural, pero disponen de cámara refrigerada y expositor desmontable.

 La modernidad llega a la Rambla, la vía más tradicional de Barcelona.

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