Escaparate de Antiguitats Olga de Sandoval, comercio participante en ‘Aparadors Artístics’

Escaparate de Antiguitats Olga de Sandoval, comercio participante en ‘Aparadors Artístics’ SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Ciutat vella

El paso adelante del Gòtic: el talento artístico barcelonés se vuelca en los comercios históricos

Ponemos cara a los actores principales de ‘Aparadors Artístics’, una iniciativa que desde 2022 conecta arte y comercio para revitalizar el barrio

Los artistas de Barcelona se vuelcan con los comercios históricos del Gòtic con una exhibición de talento

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“Un escaparate que no refleja al transeúnte no es un escaparate”. A esta doble condición del ojo –a través del cual la gente se observa en la vitrina y viceversa– hace referencia Fèlix Riera como reflejo de la vitalidad comercial de una ciudad.

Una idiosincrasia del Gòtic que Riera, junto a Llucià Homs, saca a relucir cada año a través de la iniciativa Aparadors Artístics. Un proyecto que la publicación cultural Hansel i Gretel inició en 2022 y que este año celebra su cuarta edición.

Fèlix Riera, impulsor de ‘Aparadors Artístics’

Fèlix Riera, impulsor de ‘Aparadors Artístics’ SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Su objetivo es transformar los escaparates de comercios históricos en obras de arte, de la mano de artistas contemporáneos locales de renombre. Lo hace posible el tándem artista-comerciante, que cada año suma más participantes. “Hemos pasado de diez artistas en la primera edición a cuarenta”, precisa Riera en conversación con Metrópoli.

Exhibición de talento

Este binomio recupera el espíritu de L’Auca del Senyor Esteve, donde Santiago Rusiñol presenta la conciliación de dos mundos aparentemente irreconciliables: el tendero sensato, con voluntad de hierro, que levanta su persiana cada día, y el artista bohemio. Un vínculo entre tradición y modernidad.

En la década de los 60, la tienda Gales de paseo de Gràcia, se convirtió en un escaparate para Antoni Tàpies, que expuso allí su obra Porta metàl·lica i violí, de 1953.

Una exhibición de talento con la que Barcelona pone de relieve su larga tradición de colaboración entre comerciantes y artistas, especialmente en el ámbito del arte contemporáneo.

En pleno auge cultural marcado por el modernismo, nombres como Ramón Casas, Salvador Dalí, Joan Miró, Joaquim Mir o Xavier Montsalvatge encontraron en estos espacios una oportunidad para exponer sus creaciones.

Daniel G. Andújar, artista visual y participante en ‘Aparadors Artístics’

Daniel G. Andújar, artista visual y participante en ‘Aparadors Artístics’ SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Más de medio siglo después, es el turno de artistas como Daniel G. Andújar, vecino del Raval, quien este año se ha estrenado en Aparadors Artístics. “Ha sido una oportunidad muy importante para mí”, expresa a este diario.

Una procesión artística

Daniel ha diseñado el escaparate de Atelier de Ballerinas, ubicado en la Baixada de la Llibreteria, número 4. Además, el 23 de octubre, sacó a la calle reproducciones a tamaño real de algunas de las obras más emblemáticas del Museo del Prado y del Hermitage.

“Paseamos unas 70 copias por el centro de Barcelona”, explica. Una performance que organiza bajo el nombre El Museu del Barri, en colaboración con alumnos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y de La Massana. Un “momento emblemático para el barrio”, en palabras de Daniel, donde los estudiantes portan los cuadros e integran a los turistas como parte del público.

Copia de ‘Las meninas’ en las calles del Gòtic, en Barcelona

Copia de ‘Las meninas’ en las calles del Gòtic, en Barcelona Jordi Oliver

Además de Barcelona, Daniel ha llevado su performance a China en dos ocasiones, así como a Santiago de Compostela, Murcia y otras ciudades. “Nuestro deber es proteger el status quo del barrio”, afirma a este digital, subrayando que el contexto social y cultural del entorno juega un papel fundamental en su obra.

Los comerciantes, pieza esencial

Mano a mano con los artistas encontramos a los comerciantes. Algunos de ellos llevan más de 40 años al frente de sus negocios. Es el caso de Olga de Sandoval, propietaria de la tienda de antigüedades situada en el número 21 de la calle dels Banys Nous. La historia de este anticuario comenzó ​​en Santes Creus. Fue su madre quien inició el proyecto, que trajo a Barcelona cuando se quedó viuda.

Olga participa en Aparadors Artístics desde sus inicios. “Siempre me involucro en los proyectos que revitalizan el barrio”, expresa a este medio.

Olga de Sandoval, propietaria de Antiguitats Sandoval

Olga de Sandoval, propietaria de Antiguitats Sandoval SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Estos días, cuenta, ha notado una mayor afluencia de gente por la zona, visitantes que se detienen ante su escaparate para observar la intervención artística. “Tienen carta blanca para hacer lo que quieran con los objetos de mi tienda”, señala. Alba Feito es quien firma el escaparate de Olga este año.

Oscar Pàmies es otro comerciante del barrio. Lleva varios años al frente de Oba Art Gallery, y es la segunda vez que participa en la iniciativa impulsada por Riera y Homs. “Es una forma de que la gente aprecie el arte como algo accesible para todos los públicos, y no solo como algo reservado en galerías”, destaca.

Oscar Pàmies, propietario de Oba Art Gallery

Oscar Pàmies, propietario de Oba Art Gallery SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Oscar se dedica a la compra y venta de arte –desde pinturas hasta esculturas, pasando por óleos– que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad.

Su exposición, creada junto a Antoni Camarasa, gira en torno a las ermitas y ya fue presentada anteriormente en el monasterio de Poblet. “Pensamos que era un buen momento para mostrarla en Barcelona y exponerla en el escaparate”, concluye.

Hito de colaboración

Riera celebra la cuarta edición de Aparadors Artístics como un verdadero hito de colaboración entre el comercio, los artistas, el sector público y privado, el barrio y la propia dinámica de la ciudad. “Una zona tan importante como el Gòtic necesita la máxima colaboración”, expresa.

“Los comercios no solo venden objetos; también regulan el espacio público. Representan una transacción comercial, pero al mismo tiempo son un proyecto de futuro. Muchos tienen una larga tradición familiar –de padres a hijos–, guardan un vínculo especial con el barrio y con la ciudad, y mantienen una relación cercana con sus clientes”, explica Riera.

En definitiva, algo más que un simple lugar donde entrar y comprar.