Clientes del narcopiso del Poble-sec esperando en la entrada / MA

Clientes del narcopiso del Poble-sec esperando en la entrada / MA

Sants - Montjuïc

Un narcopiso en el Poble-sec, el calvario de los vecinos: agresiones, robos y delincuencia

Los residentes de la calle de Salvà se encuentran en una situación límite por un local okupado en el que venden droga

5 abril, 2023 00:00

Noticias relacionadas

Los vecinos y comerciantes del Poble-sec están viviendo un calvario por culpa de un narcopiso situado en la calle de Salvà, en el corazón del barrio. Metrópoli ha podido hablar con los residentes de la zona, que han explicado que se encuentran en una situación límite a consecuencia del local okupado. Los robos, la delincuencia, el incivismo y las agresiones vuelven a azotar uno de los barrios más perjudicados del distrito. 

Según confirman fuentes vecinales a este medio, el narcopiso está liderado por una banda de traficantes de origen dominicano, que se han asentado en el local del número 22 de la calle de Salvà, que anteriormente estaba okupado por otra familia con niños pequeños. "Las personas que estaban antes, a pesar de que estaban instaladas de manera ilegal, no suponían ningún tipo de problema, pero con los de ahora se ha convertido en un sinvivir", dice uno de los vecinos, que ha querido preservar su anonimato por miedo a las represalias.

MIEDO Y PREOCUPACIÓN

Los vecinos que comparten edificio con el local okupado han enviado un escrito a Marc Serra, concejal de Derechos de la Ciudadanía, en el que le han expuesto el calvario que viven desde hace tres semanas. "Es una situación insostenible. El tráfico de gente día y noche es constante. Además, las personas bajo los efectos de las drogas, con actitudes intimidatorias, crean corros en el portal del edificio generando miedo y preocupación a todos los vecinos y colindantes", dice el documento, al que ha tenido acceso este medio. 

Marc Serra Solé, concejal de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Marc Serra Solé, concejal de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Los residentes han aprovechado la ocasión para remarcar lo desprotegidos y amenazados que se sienten. Esto no solo les afecta a ellos, sino al resto de comerciantes de la zona, que han sufrido robos por parte de los clientes del narcopiso. Andreu, nombre inventado para preservar el anonimato de la víctima, es un trabajador que comparte pared con los delincuentes. El hombre ha vivido en primera persona las represalias de los okupas.

PERSONAS VIOLENTAS

"Un día les tuve que llamar la atención, porque los usuarios del local empezaron a molestar y a pedir limosna a los clientes de mi bar. Respondieron de manera muy agresiva y me amenazaron con pegarme. Al día siguiente, destrozaron los cristales del baño del restaurante, que comunica con una parte del narcopiso. Este negocio lo comparto con una socia y a veces está ella, a veces yo. Yo no les tengo miedo porque si me intentan hacer algo me puedo defender, pero cuando está ella sola en el bar no me quedo tranquilo. Tengo miedo de que le puedan hacer daño porque son personas violentas", lamenta Andreu.

Este joven no es el único que tiene problemas con los okupas. Un comercio que hay justo delante también ha sufrido las consecuencias y le han entrado a robar. Pero los robos no son solo a los comercios de la calle de Salvà. Los vecinos tampoco se salvan de la delincuencia: los hurtos de móviles se han disparado desde que este grupo de dominicanos se ha asentado en el barrio, ya que muchos de sus clientes aprovechan los momentos de distracción de las personas pasean por la calle para quedarse con sus pertenencias.

Agentes de las policías barcelonesa y catalana frente a un narcopiso desmantelado / GUARDIA URBANA

Agentes de las policías barcelonesa y catalana frente a un narcopiso desmantelado / GUARDIA URBANA

EL CONTROL DE LOS OKUPAS

Tal como ha podido comprobar este medio, el tráfico de gente entrando y saliendo del local es constante. Los okupas han instalado una cámara en el portal para tener completamente controlado a quién le abren la puerta. Tanto los clientes como los narcotraficantes tienen una sensación de total impunidad y ni siquiera se esfuerzan en disimular el negocio fraudulento que hay en su interior. 

Algunos de ellos incluso salen con la balanza de precisión que usan para calcular los gramos de droga. También fuman marihuana en la calle a plena luz del día. Les da igual que haya menores de edad o las molestias que puedan causar a los vecinos del barrio. Metrópoli ha intentado hablar con los okupas, pero se han negado a hacer ningún tipo de declaración. 

ORDEN DE DESALOJO

Desde el consistorio municipal aseguran a este medio que han tenido conocimiento de la situación a través de los residentes, que se pusieron en contacto con el distrito. "Hemos contactado con la propiedad para garantizar que se hagan todas las acciones judiciales para que se desaloje lo antes posible. También nos hemos reunido con los vecinos y comerciantes afectados".

Según confirman fuentes vecinales, el Ayuntamiento de Barcelona les ha informado de que hay una orden de desalojo para el próximo 14 de abril. No obstante, ellos no han visto el documento y dudan de que consignan echarlos. Los afectados han pedido al consistorio que, de manera urgente, desalojen a los traficantes. "Si esta situación persiste en el tiempo, las consecuencias en la salud pública pueden empeorar, así como la seguridad vecinal en el barrio y la seguridad de las personas que sufren adicciones", concluye la carta.