Dos perros en la perrera municipal de Barcelona / ARCHIVO

Dos perros en la perrera municipal de Barcelona / ARCHIVO

Economía

Barcelona destina 400.000 euros a educar a los inquilinos de la perrera municipal

El Ayuntamiento contrata a una empresa para socializar a los animales y facilitar su adopción, modificando y suavizando su conducta

25 abril, 2024 23:30

“La socialización de los perros alojados en el Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona (CAACB) es un valor muy importante para favorecer su adopción. Un perro abandonado puede presentar problemas de comportamiento que dificulten su convivencia con otros animales o con determinados perfiles de personas (referentes masculinos, referentes femeninos, niños…) que es preciso reorientar para facilitar su adopción”. Ésta es una de las razones de que el Ayuntamiento haya tenido que contratar a una empresa para ejecutar servicios de educación canina en la perrera municipal.

El CAACB acoge anualmente unos 2.500 animales de compañía, la mayoría de los cuales quedan a la espera de poder ser adoptados. Entre ellos hay perros, gatos, hurones y, en menor medida, otras clases de animales, algunos de ellos provenientes de los puntos de inspección fronterizos, víctimas del tráfico de animales exóticos. Una vez en las dependencias del centro municipal, todos ellos han de ser atendidos en condiciones y se les ha de proporcionar una estancia confortable.

Muchos fueron maltratados 

Lo malo, según explican fuentes municipales a Metrópoli, es que en muchas ocasiones llegan animales que han sufrido malos tratos, lo que deriva en comportamientos anormales que necesitan corregirse. En el centro se debe dar a los animales lo que se llama una “educación en positivo”, una especie de terapia donde no existe el castigo y donde el estrés se convierte en distrés o estrés negativo. ¿Cómo se consigue eso? Mediante un adiestramiento donde se combinan la alimentación, el ambiente y la actitud y donde predominan las caricias a los reproches. No se trata de obligar al animal a hacer algo, sino de modificar su conducta sin recurrir a la vía de estímulos aversivos. Las normas dentro del centro son muy estrictas. Incluso los visitantes tienen prohibido gritar o correr, porque estas actitudes pueden violentar a los animales. Tampoco se pueden utilizar medios de locomoción como patinetes, monopatines o bicicletas ni utilizar objetos que puedan llamar la atención de los animales, como pelotas, silbatos, bocinas o linternas.

La vida en el CAACB es básicamente sedentaria y gregaria. Los animales necesitan paseos, que se les saque a pasear, lo que favorece el ejercicio físico y la socialización. “Esta actividad era realizada por voluntarios del centro, pero ante la falta de recursos efectivos y de las necesidades concretas de los perros con requerimientos de comportamientos especiales, se hace necesario completar el servicio con medios externos”, dice un informe del Área de Movilidad, Infraestructuras y Servicios Urbanos del Ayuntamiento.

Una expresa experta 

Por esta razón, el consistorio firmó el pasado 4 de abril un contrato con la empresa Help Guau por 393.967 euros, con el objetivo de ayudar en la adopción de animales y reeducar a los perros que presenten conductas que se salen de la normalidad. El contrato es por un año, hasta abril de 2025, con la opción de poder prorrogarlo por otro año más. Esta empresa es un referente en la adopción de mascotas y tiene una residencia canina cerca de Argentona, donde dispone también de una consulta y un quirófano veterinario. Además de tener un servicio de recogida de animales (en el que trabajan permanentemente 8 personas) durante las 24 horas del día, trabaja para varios ayuntamientos.

Según las cláusulas del contrato, la tarea de Help Guau es modificar la conducta individual de los perros que lo necesiten, apoyar a los técnicos municipales en las adopciones de los animales, seleccionando y acompañando en el proceso de selección a los mismos y a las familias, y formar a los profesionales del CAACB y a los voluntarios. Precisamente uno de los puntos específicos del contrato señala que la empresa ha de formar a los trabajadores del CAACB “en el manejo de perros con problemas de comportamiento, incluyendo la formación específica para alojarlos en jaulas conjuntas”. Su cometido es ofrecer las indicaciones y las pautas sobre el alojamiento, alimentación y trato a los animales.

Socializar a los perros 

También ha de apoyar veterinariamente al equipo de veterinaria del centro en la manipulación de los perros y apoyar en las actividades de ocio de los mismos, encargándose al mismo tiempo, de los paseos de los perros de difícil adopción y solucionando los problemas de comportamiento para estabilizar a los animales.

La modificación del comportamiento es fundamental. “La actividad de paseo ha de permitir que los perros puedan realizar una actividad física, puedan reducir su nivel de estrés, así como cubrir las necesidades más instintivas del animal”, explican las cláusulas del contrato. A partir de ahí, han de desarrollar e incentivar la relación de los perros con otros congéneres o con personas. Paralelamente, se educa a los animales en funciones como la exploración, el olfato, la masticación y, en resumen, la autoconfianza del animal. Se trata, según los responsables municipales, de “socializar a los perros para facilitar su adopción”.