Cerca de 20 años de funcionamiento del Sistema de Gestión Integral (SIG) que lleva a cabo Ecoembes han puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la eficiencia de del modelo de reciclaje que se aplica en Catalunya. La Agència Catalana de Residus  planteará al Govern de la Generalitat, cuando se constituya, la aplicación de un nuevo modelo de gestión al que se incorporará el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) mediante el que podrán reciclarían unas 121.000 toneladas de residuos en Catalunya, lo que supone 41.000 toneladas más por año que con el sistema de reciclaje actual.

El nuevo sistema produciría un aumento de reciclaje de envases de bebidas del 62,7%, hasta el 94,9%, según el estudio encargado al despacho de abogados Jiménez de Parga, y que sirve como base para poner un nuevo sistema de recuperación más eficaz –aunque complemetario-- que el desarrolla Ecoembes y que ha soliviantado a ayuntamientos, gobiernos autonómicos y grupos ecologistas por su escasa transparencia y objetivos medioambientales dudosos.

Ecoembes es una organización sin ánimo de lucro –de la que se critica también falta de transparencia en sus cuentas—dedicada a gestionar los envases ligeros así como los envases de papel y cartón de consumo doméstico. Su accionariado está compuesto por empresas y asociaciones de empresas que integran el sector, es decir fabricantes y envasadores, fabricantes de primeras materias, distribuidores y recicladores. El sistema de tratamientos de estos envases, denomina en Catalunya debe ser renovado cada cinco años de acuerdo con la ley 11/1997 de envases y residuos de envases. El acuerdo actual entre la Agència Catalana de Residuos (ACR) y Ecoembes es del 2013, por lo que tendrá que ser renovado en el 2018. El resultado será consecuencia de un proceso de negociación, pero  al margen del acuerdo que se pueda alcanzar, la ACR considera indispensable la incorporación del SDDR, a raíz de los resultados que ofrecen diversos estudios encargados sobre el nuevo sistema de reciclaje comparado con la experiencia acumulada por Ecoembes.

OBJETIVOS MEDIOAMBIENTALES

No solo Catalunya asume la implantación del nuevo SDDR. También lo han hecho otras autonomías como Navarra, Balears o Comunitat Valenciana. Estas comunidades critican la gestión de Ecoembes y “su defensa del monopolio”, que representa este sistema de reciclaje. La empresa que gestiona el SIG censura, por su parte, “la falta de objetivos medioambientales del SDDR”. Sin embargo, los estudios realizados por la Generalitat de Catalunya para su implantación fijan metas muy concretas. “Se estima que el reciclaje de envases crecería un 16,5%”, además aumentaría un 3,1% la recogida selectiva global ”. Y aumentaría en 1,2 puntos el porcentaje de recogida selectiva bruta. Por otra parte el ‘littering’ (los residuos abandonados) pasarían de 1.280 a 173 toneladas anuales.

Las cifras son elocuentes por lo que se refiere a la recuperación de envases: un 14,4% más de envases de vidrio; un 13,6% más de envases de plástico; un 23,4% más de envases de aluminio; un 10,1% más de brics y un 6,4% más de envases de acero. No obstante, el SDDR no puede ocuparse de todo tipo de envases, razón por la cual deberían mantenerse los dos sistemas, aunque el monopolio de Ecoembes tocaría a su fin, al menos en esas comunidades.

UN SISTEMA OPACO

A la luz de estos datos, la crítica principal de las comunidades autónomas y grupos ecologistas al SIG es que el modelo resulta opaco a los controles externos, en tanto que ofrece una mera aproximación en toneladas de material que se rescatan de los residuos. No se hacen públicos datos sobre los envases vendidos, lo que se recogen en los contenedores de reciclaje o las que llegan a los plantas de tratamiento. Tampoco se sabe cuántos envases se recuperan para ser reciclados.

Asociaciones ecológicas como Retorna (una iniciativa sin ánimo de lucro constituida por la industria del reciclado, ONG ambientales, sindicatos y asociaciones de consumidores) defiende el sistema de SDDR frente al de Ecoembes. “Volver al hábito de devolver las latas y las botellas a las tiendas mediante un depósito de 10 céntimos va a acabar con el abandono diario en España de 30 millones de envases de bebidas cada día”, sostiene la organización, que, por otra parte, recuerda que esta práctica se realizó en España hasta los años 80 y actualmente se lleva a cabo con éxito en más de 40 regiones del mundo, ya que “evita que cada día muchos de esos envases abandonados acaben en el fondo del mar, ayuda en la lucha contra el cambio climático y promueve una economía circular limpia”, defiende.

COSTES DEL SISTEMA

El sistema de devolución tiene un coste para los diferentes agentes, aunque se produce una transferencia de costes: los municipios consiguen un ahorro de 16,90 millones de euros, según el estudio de la Agència Catalana de Residus; para los productores, sin embargo, supondría un incremento de su contribución en 8,26 millones de euros. Los consumidores correrían con la mayor parte de la aportación con 26,44 millones en depósitos no reclamados. Pero en todo caso, esta es una opción individual, ya que en el caso de retornarse todos los envases, el coste para el consumidor sería cero. Y finalmente los ingresos que producen la gestión neutraliza el coste de implantación y mantenimiento.

 

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