Valmaña abandona Cementiris de Barcelona tras el fiasco de la funeraria exprés de Colau
El director general se retira tras una longeva y errática gestión que vivió su capítulo más bochornoso con el hundimiento de 144 nichos
28 febrero, 2019 00:01Noticias relacionadas
Jordi Valmaña Corbella, director general de Cementiris de Barcelona (CBSA), tiene las horas contadas en la empresa municipal. Según han explicado fuentes del sector a Metrópoli Abierta, la salida de Valmaña se producirá a finales de marzo, tras el fiasco del actual gobierno municipal de crear una funeraria pública exprés.
En Cementiris de Barcelona también asumen que la longeva etapa (desde enero de 2006) de Valmaña llega a su fin. En la empresa pública esgrimen que en breve se hará oficial su prejubilación, después de que se especulara anteriormente con su salida el pasado diciembre, en unas condiciones económicas que podrían ser muy favorables para el directivo. El salario de Valmaña es elevado. Cobra 108.864 euros anuales, según el portal de transparencia del Ayuntamiento de Barcelona.
NACIONALISTA CONFESO
El final de Valmaña coincide con un momento muy turbulento en el sector funerario, tras las duras acusaciones de los comuns contra Serveis Funeraris de Barcelona (SFB), empresa mixta, y su deseo de crear una funeraria municipal por motivos meramente electoralistas que fue tumbada por la oposición. PP, Cs, PSC y PDeCAt votaron en contra y ERC se abstuvo.
Nacionalista confeso, en el pasado con carnet de Convergència, Valmaña ha dirigido la empresa pública con gobiernos del PSC, de CiU y de los comuns. La suya ha sido una gestión opaca, con muchas tensiones internas que no han trascendido, y siempre quedará marcado por el hundimiento de 144 nichos, el 15 de septiembre de 2017.
EL MAYOR ESCÁNDALO
Valmaña y el presidente de Cementiris, Eloi Badia, no asumieron responsabilidades tras el mayor escandalo de la historia de la empresa. Y se disculparon ante las familias afectadas con la boca pequeña, más preocupados por tapar las irregularidades cometidas que por aclarar el asunto: no avisaron a los bomberos ni a la Guardia Urbana tras el derrumbe y abrieron algunos nichos, sin permiso de los familiares, de personas que habían fallecido hacía menos de dos años. El hundimiento también constató graves problemas de mantenimiento.
El director general de Cementiris destinó gran parte de su inversión en construir las nuevas oficinas de la empresa. En los últimos 11 años, CBSA acumuló un beneficio de 22 millones de euros, una cantidad que contrasta con las precarias instalaciones de muchos camposantos.
TALENTE ALTIVO
Valmaña, muy criticado por su talante altivo y su fuerte carácter, es una persona de pocas palabras. En Montjuïc bromean con su parecido con Bob Gunton, el actor que interpretaba al alcaide en la película Cadena Perpetua. Sus detractores también le acusan de no escatimar gastos en las comidas oficiales. Le encanta el pescado fresco (sobre todo los calamarcitos y el tartar de atún) y los arroces regados con vinos de renombre.
Metrópoli Abierta tuvo acceso a siete tickets de comida de CBSA. El más barato era de una comida para dos personas en la Taberna Alkazar de Valencia. El más caro ascendía a 214,95 euros, en el restaurante Agua del Port Olímpic.
Valmaña, una figura muy controvertida, prepara su salida, aunque en el Ayuntamiento aseguran que no tienen conocimiento de una inminente jubilación suya. En el sector funerario, mientras, no deja muchos amigos y algunas fuentes aseguran que su gran sueño, imposible ya, era "dirigir Serveis Funeraris de Barcelona", la empresa mixta a la que Colau ha declarado la guerra en los últimos días.