Restauradores y hoteleros esperan un giro radical en la política turística
Defienden la importancia del sector para la economía de la ciudad
8 marzo, 2019 00:00Noticias relacionadas
La percepción que los ciudadanos de Barcelona tienen del turismo ha mejorado sensiblemente en los últimos meses. Una mejora que los responsables de los gremios de restauración, hostelería y comercio califican de lógica y ven con muy buenos ojos, teniendo en cuenta la importancia que para la economía de la ciudad tienen estos sectores.
El director general del Gremi de Restauració, Roger Pallarols, afirma que esta variación era de esperar ya que “al final, todo vuelve a su sitio, los ciudadanos no somos tontos y sabemos lo importante que es para la economía de la ciudad el turismo, que genera riqueza y trabajo”.
Según Pallarols, la causa de la mala percepción que algunos ciudadanos tenían del turismo hace algún tiempo fue producto “de los mensajes negativos que se lanzaban desde alguna administración. Se creo un problema donde no existía ya que el turismo ha sido muy provechoso para la ciudad y las empresas y ha sido la envidia de muchas ciudades del mundo”.
POLÍTICA ERRÁTICA
El director general del Gremi de Restauració considera que el malestar que los ciudadanos de Barcelona hacían notar contra el turismo era también fruto de la “política errática que se hacía, que provocó una caída del turismo de más calidad. También influyó el conflicto político. Ahora todos nos hemos dado cuenta de lo importante que es que la ciudad funcione con el ritmo de los años anteriores a este mandato”.
Respecto a qué medidas deberá adoptar el gobierno municipal que salga de las próximas elecciones, Roger Pallarols afirma que “debe haber un cambio radical, sobre todo en cómo se posiciona en algunos temas y cómo se relaciona con algunos sectores. Hay que hacer una enmienda a la totalidad y empezar a generar complicidades con el sector privado para que la economía de la ciudad no se para y continúe generando riqueza. No puede ser que a un sector como la restauración, que genera el doble de trabajo de otros sectores, se le pongan tantas trabas. En este mandato hemos visto como el Ayuntamiento se ha convertido en el principal obstáculo del sector”.
PONER FIN A LA DEMONIZACIÓN
Gabriel Jané, presidente de la asociación Barcelona Oberta, afirma que parte del éxito del cambio de tendencia en la percepción del turismo por parte de los ciudadanos la tiene el hecho de “la voluntad de los actores económicos de poner fin a la demonización que se ha hecho por parte de la administración municipal. La labor pedagógica que se ha hecho ha sido muy importante”.
Jané, que asegura que los sectores ligados al turismo, como la restauración, la hostelería y el comercio, “tienen una enorme importancia para la economía de la ciudad. No se puede olvidar que representan el 25 por ciento de la actividad económica de Barcelona por lo que su importancia es enorme”.
Para el presidente de la asociación, es básico que “se recupere la política de fomento y promoción el turismo, aspecto en el que en los últimos años no se ha hecho nada”, y ha pedido que se reinvente el Consorci de Turisme de Barcelona “desde la perspectiva con la que se creo. Debe ser el gran aparador mundial de lo que es Barcelona, no solo por el sol y la playa, sino también por la cultura, los eventos empresariales, las ferias, el arte y la arquitectura”.
Por su parte, Pau Guardans siempre ha defendido que Barcelona “debe poner las luces largas y debe pasar de ser una ciudad admirada a ser una ciudad relevante en el panorama global”. Considera que para eso es necesario una mayor colaboración “entre el sector público y el privado”.
LA FAVB, EN CONTRA
Por su parte, la FAVB siempre ha sido partidaria de controlar el número de turistas que acceden a la ciudad y se ha mostrado especialmente crítica con la llegada de numerosos cruceros al puerto, que según los responsables de la federación traen un turismo de baja calidad ya que ni pernocta ni aporta prácticamente nada a la economía de la ciudad, ya que durante el corto periodo de tiempo que permanecen en la ciudad su gasto económico suele ser muy bajo.