Dos “startup” de Barcelona fundadas por emprendedores catalanes han terminado sus días de mala manera y con un futuro más que incierto. Ocurre que una vez entran en el Juzgado Mercantil para solicitar el concurso de acreedores o suspensión de pagos, las posibilidades de supervivencia se reducen al mínimo. De hecho, las estadísticas que se manejan hablan de menos de un 10% de empresas salvadas tras pasar por las horcas caudinas del concurso.

La primera de ellas es Hotelerum Booking Services, cuyo cuartel general se encuentra en Rambla de Catalunya, entre Provenza y Mallorca. Hotelerum tiene de fundador al gurú digital Dídac Lee, miembro de la junta directiva del FC Barcelona, que ya vendió sus acciones.

La firma es un motor de reservas hoteleras, destinado tanto a grupos y empresas del sector como a particulares. Presta el servicio de conseguir reservas directas de habitaciones, sin tener que pasar por intermediarios, de forma que se ahorra el pago de comisiones.

FUNDADORES

Hotelerum permite la gestión completa de planes de tarifa, ofertas, promociones, ventas adicionales y paquetes. Además, la plataforma se puede integrar en una página web, en Facebook, en Google Analytics y en múltiples aplicaciones de marketing hotelero.

Hotelerum nació en 2010. Su consejo de administración fundacional estaba formado por Dídac Lee, cuyo nombre real es Dídac Shi-Sun Lee Hsing, como presidente; Humbert Torroella Navarro, consejero delegado; y Roque Velasco Luque, vocal

En 2013 se incorporaron, en representación de los nuevos inversores que tomaron participaciones, el abogado David Villa, Andrés Soldevila Ferrer (de la familia propietaria del hotel Majestic de Barcelona) y la abogada Sara Mirabete Pizarro. De secretario del consejo ejercía el bufete Rousaud Costas Durán. Todos ellos cesaron en 2016 y Humbert Torroella pasó a ejercer de administrador único.

Dídac Lee, nacido en Figueres, de origen taiwanés, es un especialista en tecnologías de la información. En 2006 fue designado “el mejor empresario joven catalán”.

BRAVENTO

La otra startup se llama Bravento. Su expediente ha recaído en el Juzgado Mercantil número 9 de Barcelona. La entidad nació en 2014, promovida por Xavier Sabaté Rius. Tiene su domicilio social en la calle Aribau de la Ciudad Condal. Esta aplicación para teléfonos móviles transforma las actividades deportivas que se llevan a cabo en un juego.

La APP está diseñada para motivar al usuario a practicar deportes al aire libre, a la vez que se convierte en un juego competitivo. Entre sus singularidades figura la de poder retar a deportistas profesionales que también la utilizan y la de entablar “batallas” o determinados retos con usuarios que se encuentran en otros países o ciudades.

Desde su nacimiento, Bravento ha lanzado hasta cinco ampliaciones de capital, que fueron cubiertas por inversores digitales especializados en empresas de reciente creación.

Bravento ha sido incapaz de generar ventas. Los únicos ingresos se limitan a los escuálidos 4.554 euros logrados en 2017.

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