La multinacional barcelonesa de hemoderivados Grifols ha cerrado el primer semestre de este 2020 con un beneficio neto de 218,2 millones de euros, un 23,9% menos respecto a los 286,8 millones registrados durante el mismo periodo del año pasado.
EFECTOS DEL CORONAVIRUS
"Este impacto, debido principalmente a una menor utilización de la capacidad productiva prevista, se ha reconocido en la línea del margen bruto de la cuenta de pérdidas y ganancias en el segundo trimestre del año", precisa Grifols, que estima que su disponibilidad neta de plasma será un 10% inferior en comparación con 2019.
Grifols argumenta que ha tomado todas las medidas necesarias para proteger la seguridad de los donantes y de su personal, pero que el volumen de plasma obtenido en los centros de donación –una buena parte de los cuales ubicados en EEUU– "se ha visto afectado por las situaciones de confinamiento y las medidas de distanciamiento social" dictadas para evitar la expansión del virus.
PLAN DE CONTENCIÓN
Para compensar este impacto, la compañía de Barcelona ya dijo en junio que llevaría a cabo un plan de contención de gastos operativos por valor de 100 millones de euros, y precisa que ya en el segundo trimestre ha conseguido recortar 20 millones, y concluye que el impacto neto antes de impuestos de la crisis del Covid-19 es de 185 millones.
VACUNA CONTRA EL COVID-19
La multinacional de hemoderivados ya ha iniciado la producción de su inmunoglobulina hiperinmune con anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2 a partir del plasma de personas que han superado la enfermedad.
En un comunicado, la compañía catalana ha explicado que tiene previsto producir las primeras dosis en julio, en el marco de un ensayo clínico, que ya era la fecha apuntada inicialmente por Grífols, que sostiene que se trata del primer tratamiento para combatir específicamente el nuevo coronavirus desde el terreno plasmático.