La empresa española AFR-IX telecom, operador de infraestructuras y telecomunicaciones, líder en la región del Mediterráneo y con sede central en Barcelona, anuncia la construcción de Medusa, una nueva infraestructura de comunicación submarina que quiere ser un referente en el Mediterráneo por su carácter neutral, de acceso abierto e independiente.

Para ello, AFR-IX ha firmado un acuerdo con Alcatel Submarine Networks (ASN), parte de Nokia y con más de 650.000 kilómetros de sistemas de cable submarino desplegados en todo el mundo para la construcción de los 8.700 kilómetros de cable de fibra óptica de Medusa.

CABLE SUBMARINO MÁS LARGO DEL MEDITERRÁNEO

Este ambicioso proyecto, que implica una inversión de 326 millones de euros será el cable submarino de fibra óptica más largo del Mediterráneo. Es una infraestructura que reforzará la red de cables submarinos de fibra óptica ante una demanda creciente de tráfico de datos --incremento de un 40% anual-- y en un contexto en el que los cables submarinos sostienen el 98% del tráfico de Internet.

Medusa dará respuesta a tres necesidades urgentes de conexión: conectará el Sur de Europa con el Norte de África, reforzará las comunicaciones entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico y enlazará las principales islas del Mediterráneo como son Sicilia y Creta.

Infografía que muestra las conexiones del cable Medusa

326 MILLONES DE EUROS

El cable se inicia en Lisboa y finalizará su recorrido en la ciudad egipcia de Port Said, pasando por diferentes países del Mediterráneo. En este sentido, contará con 16 puntos de aterrizaje en países como Portugal, Marruecos, España, Francia, Argelia, Túnez, Italia, Grecia y Egipto.

La infraestructura de fibra óptica submarina entrará en funcionamiento  en 2024, con la activación del primer tramo que conectará Lisboa, Barcelona y Marsella, con segmentos que alojan hasta 24 pares de fibra con una capacidad de 20 Tbit/s por par de fibra. Específicamente, se espera la llegada de Medusa a la estación Barcelona CLS para julio de 2024.

CABLE INTELIGENTE

Medusa es un cable de nueva generación y, como tal, el proyecto quiere dar respuesta a los retos actuales de las conexiones submarinas: establecer nuevas rutas para diversificar y descongestionar el tráfico de datos, ganar capacidad con un mayor número de fibras por cable y potenciar el acceso abierto a todas las estaciones de aterrizaje, esto último siempre sujeto a las regulaciones locales de cada país.

Más allá de la mejora de la conectividad, el cable contará en alguno de sus segmentos con una tecnología de monitorización inteligente pionera. Se trata de un sistema con sensores acústicos DAS (Detección Acústica Distribuida), que permite prevenir daños en el cable, que tiene una vida útil prevista de 25 años, mediante la alerta temprana de actividades potencialmente dañinas.

Asimismo, este sistema podría tener una aplicación muy positiva en el terreno de las mediciones sísmicas submarinas e incluso estudiar el comportamiento de mamíferos marinos en peligro de extinción. Este ambicioso proyecto, del que Medusa es un elemento clave, nace de la colaboración de un consorcio público-privado que integran AFR-IX telecom, la Universidad de Alcalá, el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y Aragón Photonics.

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