El proceso de cambio es inminente, es una realidad en muchos ámbitos, en el campo de la energía, en la utilización de los recursos hídricos o en el sector de la alimentación. La premisa es que nada se podrá impulsar sin pensar previamente en la sostenibilidad. Pero, ¿cómo se acometen esos procesos? El presidente de Agbar, Ángel Simón, tiene claro que se deberá tener en cuenta la “equidad” como gran exigencia para todos. Ante la Junta General de Grupos de Interés de la empresa, y con el objeto de “ofrecer una rendición de cuentas” por todo lo que realiza la empresa, Simón ha querido ser claro: “La crisis climática no se podrá asumir si hay desigualdad”.
En esa reunión con los grupos de interés, en el Museo del Agua en Cornellà, Simón ha mostrado su satisfacción por el modelo elegido por la empresa, porque, frente a los diferentes grupos de interés del grupo, se puede “consolidar las alianzas con todos los stakeholders y generar confianza mutua para seguir trabajando, desde la corresponsabilidad, para mejorar la calidad de vida de las personas”.
ESTRÉS HIDRÍCO SEVERO
Pero, ¿cómo se logra esa confianza? Simón se ha referido a la necesidad imperiosa de atender un reto que sigue sin estar en la primera línea de la agenda pública, como es el “estrés hídrico”, con la posibilidad de sufrir una sequía severa en los próximos meses, porque las lluvias que se concentraron en el mes de abril no serán suficientes. El cambio climático es el principal, y toda la sociedad debería prepararse para ello. Pero esa transición, los cambios que se deban impulsar, no pueden cargarse sobre las espaldas de los más pobres. “Cada uno debe cumplir con su papel, y las empresas tenemos el nuestro, que es responder ante esta nueva realidad”, ha señalado.
Ese compromiso con el medio ambiente ha concentrado una buena parte de la Junta General de Grupos de Interés, con la participación de Tomàs Molina, meteorólogo y divulgador científico. Molina ha apuntado que en 2050 más del 40% de la población mundial vivirá en áreas de estrés hídrico severo. Frente a ello, la innovación será fundamental para gestionar unos recursos que serán cada vez más escasos.
Agbar se prepara para esa nueva situación. Narciso Berberana, director de Desarrollo Sostenible de la empresa dio cuenta de ese impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos, mientras que Guillermo Pascual, director de operaciones, señaló el papel de Dinapsis, la red de hubs para la transformación digital de Agbar, actuando conjuntamente con las administraciones y la ciudadanía para impulsar el desarrollo sostenible en diferentes puntos del territorio. Así, en el acto se ha contactado telemáticamente con centros en Albacete, Granada o Benidorm, en el que se actúa localmente con esos objetivos.
Simón ha reiterado esa premisa: lo primero de todo, los datos. Los necesarios para poder actuar en consecuencia. Digitalización y políticas concretas de actuación, en función de la realidad cambiante. Y con el propósito de colaborar con todas las administraciones. Esa ha sido la constante en toda la reunión de la Junta General de Grupos de Interés de Agbar: la defensa de la colaboración público-privada.
PACTO SOCIAL
El diálogo, a juicio de Simón, “es constante”. Con “ciudades, regiones, gobiernos autonómicos o estados federados, con todos tenemos buenas relaciones, aunque hay excepciones”. Con la relación complicada con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, --la líder de los comunes ha elegido a Agbar como adversario político—Simón ha insistido en que él tendrá “la mano tendida para dialogar con todos, con buena fe, para mejorar”.
Todos los participantes han incidido en esa colaboración entre la administración y el sector privado, con el objeto de tener a las “personas en el centro de todo”. El pacto por la sostenibilidad, por la innovación, por las mejoras en todos los ámbitos, debe partir siempre de “un pacto social”, a juicio de Simón, que ha valorado también la fuerza de Veolia, como el gran grupo multinacional, con el que Agbar puede trabajar para perseguir el gran objetivo: la confianza con toda la comunidad, con proveedores, con accionistas y con las personas que acaban recibiendo un servicio esencial como es el agua.