La ayuda de los 20 céntimos por litro a los precios de la gasolina ha supuesto un bálsamo durante estos últimos meses para los conductores que, si bien no han dejado de ver cómo el precio a los carburantes no ha dejado de aumentar, notan en sus bolsillos un roto que podría haber sido mucho más grave.
Dicha ayuda supuso una medida temporal del Gobierno de Sánchez para mitigar el palo a las economías domésticas españolas que la subida de los carburantes a nivel internacional podría haber hecho. Y es que la guerra comercial con Rusia no solo ha desatado un descontrol en los precios del gas y la luz, también se nota en la gasolina. No obstante, la medida era, como se ha dicho, temporal, y queda poco para su final.
En principio, la ayuda a los carburantes termina el próximo 31 de diciembre. Las consecuencias pueden ser desastrosas no solo para los usuarios, que pagarán más por moverse en coche o moto, sino para todos aquellos trabajadores que dependan de camiones, furgonetas o cualquier otro vehículo que funccione con combustibles fósiles. Además, el auge de precios de la gasolina podría desatar una nueva subida en los costes generalizada.
¿NUEVA PRÓRROGA?
Por ello, se prevé que poco antes del 31 de diciembre, fecha límite de la ayuda, el Consejo de Ministros acuerde prorrogar la medida por el próximo año. No obstante, eso no está asegurado, por lo que la Confederación Española de Estaciones de Servicio (CEEES), la patronal de las gasolineras españolas, ha pedido que se cambie la ayuda por una rebaja en los impuestos a los combustibles a través de un IVA reducido. Todo apunta, pero, que la petición no prosperará.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha considerado que la ayuda es una "medida útil para toda la sociedad y veremos el alcance e impacto que ha tenido, pero somos conscientes de que hay sectores que son más sensibles y eso tiene que guiarnos en esa decisión que estamos a punto de adoptar y que vamos a anunciar en breve".